La combinación de un tipo de cambio depreciado y mayores precios internacionales de la gasolina provocarían un aumento adicional del 10 por ciento en febrero, estiman los analistas de UBS Luiz Carvalho y Julia Ozenda.
Por Gabriela Jiménez
Ciudad de México, 1 de febrero (EconomíaHoy).- Los precios de la gasolina en México pueden tener un aumento de alrededor de un 10 por ciento adicional al actual en febrero, estiman los analistas de UBS Luiz Carvalho y Julia Ozenda.
En su análisis sobre políticas de precios de combustibles en América Latina, el banco señala: "en otras palabras, podría haber otro gasolinazo en febrero debido a la depreciación del peso y un aumento en los precios de la gasolina en Estados Unidos".
Un alza de precios de otro 10 por ciento sobre los actuales llevaría a la gasolina Magna a un costo de 17.58 pesos por litro; la Premium costaría 19.56 pesos por litro, y el diésel 18.75 pesos por litro.
Y es que México compra al vecino país del norte más de la mitad de la gasolina que consume y lo hace en dólares, por lo que al incremento de los precios de los combustibles por sí mismo hay que agregar el incremento correspondiente al encarecimiento de la moneda estadounidense respecto al peso.
Sólo durante el mes de enero de 2017, el peso se depreció un 0.85 por ciento y desde el 8 de noviembre, día de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, a la fecha, la caída es ya del 13 por ciento.
El banco suizo también da cuenta de la molestia ciudadana que siguió al primer aumento del año, de alrededor de 20 por ciento y sugiere que un nuevo aumento será problemático para el gobierno. "Dada la reacción al aumento de enero, un nuevo incremento podría ser un reto para las autoridades", dice el documento.
La Secretaría de Hacienda estipuló que habrá dos aumentos semanales establecidos por el gobierno durante las primeras dos semanas de febrero, y a partir de la tercera semana los precios se moverán de acuerdo con los precios internacionales. "Las fluctuaciones estarán determinadas esencialmente por los precios de Estados Unidos, y estarán sujetos al tipo de cambio".
APUESTA PERDIDA
El significativo salto de doble dígito en los precios de los combustibles obedece a un mal cálculo del gobierno federal, que inicialmente había establecido que la liberalización de las gasolinas se llevaría a cabo en 2018. El año pasado, cuando los precios del petróleo estaban bajos, el gobierno anunció que adelantaría la liberalización a 2017 bajo la percepción de que los precios de la gasolina probablemente bajarían. Pero se equivocó.
El problema, señala UBS, es que en la segunda mitad de 2016 los precios del petróleo volvieron a subir, al tiempo que las elecciones de Estados Unidos hundieron al peso.
Hasta el 1 de enero de 2017, la gasolina sólo podía subir un máximo de 3 por ciento, de manera que aunque el precio internacional del combustible aumentara, el Estado absorbía el costo. En los últimos meses, el precio internacional de las gasolinas superó ese tope del 3 por ciento, ampliándose así cada vez más la brecha con el precio al consumidor final.
Cuando se complete el proceso hacia la liberalización total en todas las regiones del país -lo que finalizará en diciembre de este año- "quedará por ver si hay suficiente competencia entre las gasolineras para asegurar precios competitivos a lo largo y ancho del territorio nacional", indicó UBS.