Autora: Karla Motte
La colonia Santa María la Ribera, ubicada en la delegación Cuauhtémoc de la ciudad de México, es considerada un barrio mágico por su riqueza cultural e histórica. Parte de su arquitectura conserva elementos de la época de su fundación hacia mediados del siglo XIX, además de que resguarda museos, escuelas y recintos que enriquecen la vida cultural de la zona. Su fundación constituyó uno de los primeros fraccionamientos urbanos dirigidos a la clase media de la época (se creó de manera casi simultánea a la Colonia San Rafael), por lo que fue un proyecto de gran envergadura en ese tiempo.
En 1861 inició la venta de terrenos delimitados por la Avenida México-Tacuba, la calzada Nonoalco, Insurgentes y la Calzada Verónica (que ahora es Circuito Interior) que formaban parte de los ranchos de la Teja, Santa María y Los cuartos. El fraccionamiento y la venta de los lotes corrió a cargo de la inmobiliaria “Hermanos Flores”, que proyectaron la construcción de casas habitación para las familias adineradas de la época. Así, paulatinamente fue cobrando forma la colonia, cuyas calles se nombraron aludiendo a la vegetación por un ímpetu de ligar la colonia al mundo campirano: naranjo, fresno, chopo, cedro, etc.
Además de las casas, se planteó la implementación de todos los servicios, mercado, iglesia, escuelas, museos, teatros, comercios y hasta una fábrica: la de chocolates llamada “La cubana”. Entre sus edificios históricos está el Museo de Geología, que fue construido durante el porfiriato para la investigación y la difusión de la ciencia. Fue inaugurado en 1906 y hasta el día de hoy conserva gran parte de la decoración original, incluyendo las vitrinas que desde su fundación resguardan piedras, minerales y fósiles. Cuatro años después se colocó frente al Museo un elemento característico de la identidad del barrio: el kiosco morisco.
Con motivo de una muestra internacional realizada en San Luis Missouri en el año 1902, el ingeniero José Ramón Ibarrola construyó el kiosco para ser enviado como el pabellón mexicano. El estilo mudéjar se realizó con una estructura de hierro que se fundió en Pittsburgh, y tras haber cumplido su misión en Estados Unidos lo regresaron a México y fue colocado en la Alameda Central. Sin embargo, no permaneció mucho tiempo ahí, ya que con motivo de las fiestas del Centenario de la Independencia en 1910 el presidente Porfirio Díaz ordenó que fuese colocado en el corazón de la colonia Santa María la Ribera.
Otro emblemático edificio de esta colonia es el del Chopo, que se edificó en la calle del mismo nombre entre 1901 y 1907 a iniciativa del empresario José Landero y Coss, quien compró la estructura en Alemania y fue enviada a México por partes para ser armada. Originalmente se planteó que el edificio funcionaría como un espacio de exposición de productos industriales. Sin embargo, este proyecto tuvo una duración muy corta debido a los problemas financieros de la compañía de Landero, y el edificio fue arrendado por la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en 1909. El presidente Porfirio Díaz decidió utilizar el edificio en el marco de las fiestas del Centenario para albergar una exposición de arte industrial, y posteriormente una colección de historia natural, la cual permaneció durante gran parte del siglo XX, hasta que la UNAM se hizo cargo de él en 1973. El Museo del Chopo actualmente es un museo de arte y un cine.
La colonia Santa María la Ribera, con una enorme riqueza cultural que apenas hemos esbozado a través de algunos de sus edificios, es un baluarte cultural e histórico de la ciudad. Su traza, arquitectura, calles y recintos constituyen un gran espacio, digno de conocerse y disfrutarse.
Publicado por Wikimexico / Especial para SinEmbargo