Ciudad de México, 30 de mayo (SinEmbargo).- Durante mucho tiempo se pensó que la forma en que evolucionan y mueren las estrellas era un campo bien comprendido. No hace mucho, astrónomos creían que estrellas como el Sol expulsaban la mayor parte de sus atmósferas al espacio durante la fase final de sus vidas.
Sin embargo, nuevas observaciones de un enorme cúmulo estelar realizadas con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO por sus siglas en ingles) demostraron que la mayor parte de las estrellas estudiadas sencillamente nunca alcanza esa fase.
Contra todo pronóstico, el equipo internacional descubrió que la mejor forma de predecir cómo termina la vida de las estrellas es conociendo la cantidad de sodio en ellas.
Modelos detallados predecían que las estrellas con una masa similar a la del Sol tendrían un periodo, hacia el final de sus vidas —llamado de rama gigante asintótica o AGB– en el que pasaría por una explosión final del núcleo y gran parte de su masa sería expulsada en forma de gas y polvo hacia el exterior.
Nuevas generaciones de estrellas son formadas después por este material expelido. Este ciclo de pérdida de masa y renacimiento es vital para explicar la evolución química del universo. Este proceso es a su vez el que proporciona el material requerido para la formación de planetas y los ingredientes para la vida orgánica.
Sin embargo, cuando Simon Campbell, del Centro de Astrofísica de la Universidad de Monash en Melbourne revisó antiguos artículos, encontró abrumadoras evidencias que sugerían que algunas estrellas se saltaban estas reglas y obviaban por completo esta fase, público ESO en un comunicado.
“Para un científico que trabaja con modelos estelares esta sugerencia era una locura. Según nuestros modelos, todas las estrellas pasan por la fase AGB. Revisé de nuevo todos los estudios antiguos, y descubrí que no había sido investigado adecuadamente. Decidí investigar por mi cuenta, a pesar de tener muy poca experiencia observacional”, dijo el experto australiano en teoría estelar.
Para ello, Campbell y su equipo usaron el telescopio VLT para estudiar la luz proveniente de las estrellas ubicadas en el cúmulo globular de estrellas NGC 6752, en la constelación austral del Pavo.
El inmenso cúmulo contiene tanto estrellas de primera generación como de segunda generación que se formaron más tarde. Ambas generaciones pueden distinguirse por la cantidad de sodio que contienen, medidas que pueden hacerse gracias a los datos de alta calidad obtenidos por el VLT.
“FLAMES, el espectrógrafo multiobjeto de alta resolución del VLT, era el único instrumento que podía permitirnos obtener datos de tan alta calidad para 130 estrellas al mismo tiempo. Y nos permitió observar gran parte del cúmulo globular de una vez”, agregó el investigador.
Los resultados indicaron que todas las estrellas AGB del estudio eran de primera generación, con bajos niveles de sodio, y ninguna de las de segunda generación –con mayor cantidad de sodio– había pasado por la fase de estrella AGB. En conclusión: un 70% de las estrellas no había pasado por la fase final de pérdida de masa y quemado del núcleo.
“Parece que las estrellas necesitan tener una ‘dieta’ baja en sodio para alcanzar la fase de AGB en su edad anciana. Estas observaciones son importantes por varios motivos. Estas estrellas son las más brillantes de los cúmulos globulares, por tanto habrá un 70% menos de estrellas brillantes de lo que predice la teoría. ¡Esto también significa que nuestros modelos de estrellas están incompletos y deben ser revisados!”, concluyó Campbell.
Por su parte, el equipo espera encontrar resultados parecidos para otros cúmulos de estrellas y tienen previsto llevar a cabo más observaciones. De momento, parece que las teorías estelares se tambalean tras las nuevas observaciones del VLT.