FEMINICIDIOS: ES EL GOBIERNO, GUANAJUATO

29/10/2013 - 12:00 am

El problema de los feminicidios en Guanajuato, dicen activistas y organizaciones, está enraizado no sólo en la sociedad, sino el gobierno mismo; en su indolencia, en tratar de ocultar la tragedia antes que generar políticas públicas para detenerla. Martha Lucía Mícher, Legisladora federal y presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en la Cámara de Diputados, revisa el caso Lucero y establece: La reacción del Gobernador Márquez fue “fatal, misógina, irresponsable”. ¿Y el obispo de Celaya?, se le pregunta. Responde: “Más irresponsable. No le interesan las mujeres. Es una religión que ahora ya ni permite a las mujeres hablar con los sacerdotes sobre la violencia...”

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SEGUNDA PARTE

Guanajuato, 29 de octubre (SinEmbargo).– Sin saberlo, Fabiola Tejeda vivió una semana más de lo que su asesino tenía en mente.

Cuando se apareció un apuesto empresario de Monterrey en su página de Facebook, Fabiola pensó que al fin la suerte se le enderezaba. El hombre, José Ibarra, la citó entre el 15 y el 17 de septiembre de 2011 en el parquecito a cuyo costado estaba la oficina de Carlos Zamarripa, Procurador de Justicia de Guanajuato.

–Es que no sé… –duda Fabiola con una amiga y un primo suyo, un hombre con el volumen de un refrigerador grande y mirada que hela la sangre.

Fabiola desconfía de su propia suerte. Tras meses en la pobreza y semanas de dormir a sus dos hijos en un colchón recuperado de la basura, se aparece una oportunidad única: el encargo de un hotelito en la ciudad de Guanajuato y un pequeño vehículo para ir y venir por la ciudad. Un sueldo más que decoroso y la posibilidad de volver a la escuela. Fabiola quiso continuar alguna carrera relacionada con la computación. Algún pariente les obsequió una máquina usada que ella pronto conectó a internet, abrió su cuenta en Facebook y ahí conoció a su futuro empleador.

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–Mi pide que vaya a una entrevista y luego a una cena de negocios en Casa Valadez –Fabiola refiere a sus amigos un lujoso restaurante en que empresarios y políticos locales se reúnen a cerrar negocios y discutir proyectos.

–Nosotros te seguimos –propone su primo.

Y así lo hacen. Fabiola se alista y aborda un camión. Su amiga y su primo viajan con ella y descienden en el parque. Buscan al hombre que sólo Fabiola conoce de foto, pero transcurre una hora, dos horas y nada.

–Te vi con alguien. Creí que era tu marido y no me quise acercar para evitar cualquier inconveniente –explica José Ibarra.

Acuerdan una nueva cita para el 19 de septiembre, el último día en la vida de Fabiola.

GUANAJUATIZANDO MÉXICO

Durante la pasada administración federal, el entonces líder nacional Germán Martínez se propuso en 2008 “guanajuatizar México”. Lo dijo en León, en una de las ciudades más conservadoras de México.

Mala idea, al menos si se atiende la calidad de vida en el estado y particularmente a las condiciones de las mujeres en Guanajuato.

Guanajuato es un estado cuyo Índice de Desarrollo Humano está por debajo de la media nacional. Este Índice es un valor construido por el Programa de las Naciones para el Desarrollo con base en datos de acceso a la educación, la salud y el ingreso.

La información más reciente ubica a Guanajuato entre los estados con desarrollo humano medio. En 2011, la oficina de la ONU publicó los datos comparativos del indicador de México a partir de información construida de 2007 a 2008. Hasta ahora no existen, al menos no públicamente, números más recientes.

En estos términos, Guanajuato está colocado en el lugar 23 en la tabla general de bienestar social. A pesar de ser un estado en la privilegiada ubicación central del país, contar con industria y un campo que alguna vez dio de de comer al país, la calidad de vida aquí es más cercana a la de Chiapas, al que se le asignó el peor valor del Índice, que del Distrito Federal.

Guanajuato está por debajo de la media nacional en el Índice y en varios de sus aspectos integrales. Por ejemplo, el gasto en salud por persona es mostrado como el cuarto más bajo y es uno de los estados en que más participan los recursos privados en la atención médica.

Las mujeres viven en peores condiciones que los varones. Se lee en uno de los el análisis de las Naciones Unidas:

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Según la ONU, el promedio de escolaridad de Guanajuato es inferior a la media nacional y el de las mujeres lo es aún más.

Un informe elaborado por la Comisión de Equidad de Género de la Cámara de Diputados aporta más detalles:

“Las mujeres en Guanajuato tienen un trato asimétrico que redunda en la restricción de sus libertades y en el ejercicio de sus derechos: así, por ejemplo, la tasa de alfabetización es de 88 por ciento para las mujeres y de 92 por ciento para los hombres; la tasa de matriculación (de primaria a licenciatura) para mujeres es de 60.4 y para los hombres 63 por ciento. Pero la brecha más importante en uno de los componentes del índice se aprecia en la brecha de ingresos provenientes del trabajo: las mujeres ganan, en promedio, el 39 por ciento de lo que ganan los hombres”.

Como conclusión, tanto el organismo internacional como la Cámara de Diputados señalan que el desarrollo de Guanajuato está frenado porque las mujeres no son incluidas de manera adecuada.

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Martha Lucía Mícher. Foto: Cuartoscuro

La Diputada federal Martha Lucía Mícher, feminista que ha desarrollado parte de su carrera política Guanajuato, extiende la crítica del problema al ámbito nacional.

Durante la anterior administración del Gobierno del DF, Mícher encabezó el Instituto de las Mujeres del Distrito Federal y coprotagonizó el intento de declaratoria de alerta de género en el Estado de México.

Ahora, con varios de los mexiquenses que se opusieron a esa declaratoria, incluido el actual Presidente Enrique Peña Nieto, se ve distante la posibilidad de que el gobierno de Guanajuato sea advertido política e institucionalmente por la violencia feminicida.

“El gobierno federal, que preside el Sistema para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres ha sido omiso. La Secretaría de Gobernación y los estados priistas, mayoritariamente, han rechazado la declaratoria de alerta de género. Lamentablemente también se ha sumado el PAN para el caso de Guanajuato”, apunta Mícher, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género en la Cámara de Diputados.

“No les interesan los derechos humanos de las mujeres. Es necesario preguntarse dónde colocan a las mujeres el gobierno federal y los gobiernos estatales y dónde colocan su responsabilidad para dar cumplimiento a una ley. No tienen una buena tipificación de los delitos y no resuelven a favor de los derechos de las víctimas”.

El 12 de septiembre, la guanajuatense Lucero Salcedo Palacios, fue brutalmente golpeada por un sujeto llamado Miguel Ángel Jasso luego de que la joven se negara a sostener relaciones con él. Ante la negativa de la chica, el hombre pretendió asfixiarla. La fiscalía y la juez de la causa redujeron la gravedad de las imputaciones. El Ministerio Público envió una agente que simuló ser psicóloga para averiguar detalles de la vida sexual de Lucero, información que luego fue difundida para descalificarla.

Lucero publicó su caso en las redes sociales y el gobierno de Guanajuato reculó en medio de los señalamientos políticos.

Diez días después, el 22 de septiembre, también en León, Laura Patricia Vázquez fue asesinada por su esposo luego de que la mujer denunciara en tres ocasiones violencia intrafamiliar ante la autoridad sin conseguir su protección.

Las activistas de Guanajuato retomaron la exigencia de alerta de género en el estado, promovida sin éxito en  abril. El obispo de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia, se sumó al debate:

“No creo que sea cosa de género. Son homicidios que se deben de investigar las causas y no se debe de hacer más escándalo en este sentido, es duro decirlo pero son crímenes normales, circunstanciales”, dijo.

Para la Diputada Mícher, el caso de Lucero es aislado en cuanto a la capacidad mostrada por una ciudadana de demandar articuladamente su exigencia de justicia, pero es un caso sin excepción en cuanto a la agresión sufrida y la indolencia de las autoridades.

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“El tema tiene que ver con el conservadurismo, con la visión ciega de género en que no se contempla la desigualdad en el acceso al ejercicio del derecho y no interesan las mujeres. Lo que le interesa al gobierno de Guanajuato es que voten por ellos, pero nada más. No les interesa el ejercicio de la ciudadanía plena, ni una vida libre de violencia. Así es como las instituciones naturalizan la violencia contra las mujeres”.

El ejercicio gubernamental se convierte así en un modo de violencia institucional mediante acciones u omisiones cometidas contra una o varias mujeres para impedir su acceso al ejercicio pleno de un derecho, en este caso, a vivir libres de la violencia.

–¿Se agrava la situación contra las mujeres o simplemente es más visible?

–Desgraciadamente el asunto se mide con las denuncias, pero no porque no se denuncie deja de haber violencia contra las mujeres. Lo que está claro es que, aunque denuncies, el estado no se responsabiliza de que tengas a la mano una autoridad que te ayude y proteja y sancione a los agresores. Al contrario: si denuncias y se supone que se llama a hacerlo, te maltratan, te revictimizan, te consideran persona non grata y casi hasta terminas siendo tú quien provocó el delito.

–¿Qué opina de la reacción del gobernador Márquez?

–Fatal, misógina, irresponsable; él, como responsable de la procuración de justicia, no es congruente con hacer cumplir la Constitución del estado.

–¿Y el obispo de Celaya?

–Más irresponsable. No le interesan las mujeres. Es una religión que ahora ya ni permite a las mujeres hablar con los sacerdotes sobre la violencia. ¿Qué puede pasar cuando llegue una mujer con un sacerdote como el obispo de Celaya y diga: “Tuvimos relaciones obligadas, me sometió, me apuntó con una pistola”? La respuesta será: “No exageres, mi reina, es demasiado, es mentira”. Ante una ceguera de género como la que muestra, yo prefiero decirle al señor que se ponga a estudiar.

–¿Qué tan fuertes son las mujeres de Guanajuato para enfrentar la violencia de género?

–Vea el caso de Lucero. A pesar de cómo la trataron, conoce sus derechos y dio clase a la Secretaría de Salud sobre sus derechos. En los demás casos, en los que no se denuncian y son mayoría, debo hablar del gobernador: un gobernador, un gabinete y un poder judicial gobernados por una serie de principios religiosos violando el estado laico y legislando sobre las mujeres en un sistema tradicional. Fomentan que seamos incubadoras y que escasamente podamos decidir algo sobre nuestra vida.

LEÓN SANGRANTE

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Ciudad de León, Guanajuato. Foto: Humberto Padgett

Desde su fundación, hace casi cinco siglos, la ciudad de León nunca había sido gobernada por una mujer, hasta ahora, en que más asesinatos de mujeres ocurren. La alcaldesa Bárbara Botello, una joven abogada, recuperó para el PRI la principal ciudad de El Bajío, gobernada durante ocho administraciones consecutivas de Acción Nacional.

León es el sexto municipio más poblado de México. Ninguna mujer gobierna una demarcación más grande en el país y sólo tres mujeres, incluida Botello, son cabeza de autoridad entre las 10 delegaciones o alcaldías más pobladas de México. Las otras dos son la alcaldesa panista de Monterrey y la delegada perredista de Gustavo A. Madero, en el Distrito Federal.

En ninguno de los tres sitios se puede decir que la situación de las mujeres, al menos en términos vitales, sea mejor para las mujeres que como lo es en los mayoritarios gobernados por varones.

León no es lo que su publicidad oficial muestra: una próspera tierra con vocación de prosperidad y orden. León es una ciudad cuyo Índice de Desarrollo Humano, indicador de la ONU a partir de criterios de educación, salud e ingreso, no está ni siquiera dentro de los primeros 30 del país.

El Gobernador Miguel Márquez ha respondido respecto a la demanda de declaratoria de género que otros 12 estados están en peores condiciones si de asesinatos de mujeres se habla. Es cierto, pero los datos a detalle revelan la hora negra. Todos los estados con mayor índice feminicida que Guanajuato están tomados por el narcotráfico, excepto el Distrito Federal y el Estado de México, de acuerdo con las estadísticas obtenidas por SinEmbargo de la Secretaría de Salud federal.

Mientras la tasa de feminicidios en el estado de El Bajío fue de 2.0 en 2011, la mitad de la cifra nacional, Guanajuato ha mantenido al alza los datos de las muertes de las mujeres. Un ejemplo, lo da la siguiente comparación. El número refiere los casos de asesinatos de mujeres entre 100 mil personas de ése género.

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Los drásticos ascensos en las tasas feminicidas en los estados con mayor violencia producida por el narcotráfico se observan a partir de 2007, al año siguiente de que el entonces Presidente Felipe Calderón iniciara la llamada guerra al narco. El pivote se observa, en el caso concreto de Chihuahua, en 2010.

Pero esto no significa que Guanajuato no sangre por el crimen organizado. Nuevamente, en el caso de Chihuahua, las ejecuciones han disminuido, mientras en otros lugares, Guanajuato, el Distrito Federal y el Estado de México, incluidos, se observa un ascenso.

En el caso concreto de Guanajuato, Los Caballeros Templarios de Michoacán se disputan el control de la extorsión, el secuestro y la producción, trasiego y venta de drogas con el Cártel Jalisco Nueva Generación y Los Zetas, principalmente, y con algunos reductos de La Familia Michoacana.

Guanajuato no es más la provincia bucólica. En León, ciudad que presumía vocación de orden, en una semana los periódicos pueden mostrar, un día el hallazgo de cuatro ejecutados abandonados en bolsas de plástico, al siguiente cómo un policía municipal es captado mientras detiene y ejecuta un civil o cómo una madre asesina a sus dos hijos. La prensa local no se ceba con los narcos ni con el agente al que ha comprado, sino con la mujer: “Hiena asesina a sus dos hijos”.

BARBIE

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Bárbara Botello. Foto: Cuartoscuro

Durante la campaña por la que fue electa, el gobernante Partido Acción Nacional pretendió banalizar su trayectoria apodándola Barbie. La estrategia fue equivocada: el ataque se percibió machista y la ciudad estaba cansada de las administraciones panistas. La priista ganó y el sobrenombre persiste.

En octubre, mes dedicado por varias instituciones a la prevención de cáncer de mama, el Ayuntamiento de León ha colocado enormes moños y letreros de la ciudad de color rosa. Bárbara Botello es una política que acude recurrentemente al discurso de género. Se presenta como una mujer construida por su propio esfuerzo en un mundo hecho por hombres.

Por el contrario, las feministas guanajuatenses la consideran una política que perpetúa las formas machistas de gobernar y que su condición de mujer se reduce al mero empleo de la construcción de su imagen pública.

¿Qué dice Bárbara Botello de que a ella, siendo la primera mujer en presidir la principal ciudad de El Bajío, le corresponda atestiguar el mayor baño de sangre de mujeres?

Bárbara Botello no accedió a obsequiar una entrevista. En cambio, envió a este medio y a través de su oficina de prensa, una serie de ideas elaboradas a partir de algunas dudas planteadas al vocero municipal, Manuel Mora Macbeth, al momento de solicitar la conversación con la Alcaldesa.

Se destaca una contradicción de la funcionaria pública respecto del incremento o no del número de casos. También se incluye en el texto lo que parece una recomendación dada a Botello sobre cómo opinar.

–¿Hay un incremento en feminicidios?

–Las cifras así lo dicen, se está produciendo un aumento importante en esta cuestión. Es urgente atender este problema, pero no por el incremento que se (sic) sino porque es una deuda histórica de la sociedad mexicana en particular y el mundo en general. Si existe un incremento en feminicidios es urgente atenderlo, y aunque no existiese ese incremento, el problema existe igual (sic). Una sola muerte por la violencia machista es inadmisible.

–¿Cuáles son los factores sociales y delincuenciales que derivan en los  homicidios de mujeres?

–El principal factor es la lacra del machismo, sin lugar a dudas. Que un padre asesine a su mujer, que un adolescente agreda a su novia o que un empresario pague menos a una mujer que a un hombre no son circunstancias personales, familiares o económicas. Se trata de machismo y de discriminación de género. Esto es una lacra a nivel local, nacional y mundial.

(No hablar de consumo de alcohol, de drogas, de situaciones económicas severas, las circunstancias personales no justifican el hecho del maltrato contra las mujeres).

(La instrucción entre paréntesis fue incluida en la respuesta de la Presidenta Municipal).

–Como  mujer, ¿qué opina de los feminicidios?

–Más que opinión quiero expresar mi condena hacia los asesinatos de mujeres y mi solidaridad con las familias de las afectadas. Como profesional creé mi propia empresa y tengo el orgullo de ser la primera Presidenta Municipal de León. Como mujer me he hecho a mí misma y todo esto en una sociedad con una tradición social y cultural machista que tenemos que cambiar desde abajo con más educación, con prevención y con protección para las mujeres.

–¿Qué opinión le merece el que el gobernador no quiera gestionar la declaratoria de emergencia por feminicidios?

–La sensibilización y la concienciación sobre la violencia de género es un trabajo político y social que en México todavía está iniciando sus caminos. Hay mucho que hacer todavía para acabar con esta lacra y mucho camino que recorrer para conseguir la igualdad real entre hombres y mujeres. Creo que podemos aprovechar la oportunidad para potenciar este tipo de políticas de igualdad, no sólo desde el punto de vista de la seguridad, sino también para conseguir llevar a las escuelas, a las universidades, a las empresas y, principalmente, a todos los hogares del estado la educación en igualdad tan necesaria para acabar con la lacra de la violencia y la discriminación de género.

–¿Qué se debe hacer para atender esta problemática?

–Lo más importante de todo es alentar y facilitar la denuncia por parte de las mujeres agredidas y por los ciudadanos y ciudadanas que puedan conocer a mujeres que están viviendo situaciones de violencia de género. Todos somos responsables de acabar con esta lacra.

¿Y qué dice la Procuraduría de Derechos Humanos de Guanajuato? Tampoco mucho. Se solicitó entrevistar al procurador Gustavo Rodríguez. El jefe de prensa del organismo, José Luis Pérez, pretextó: “Los feminicidios no son asunto nuestro”. *

Mañana: Tercera y última parte

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