El movimiento Hamás indicó que la crisis se ha agudizado porque la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no ha enviado los suministros necesarios; la ANP, por su parte, acusa a los islamistas de llevar a cabo "una campaña engañosa".
Por Saud Abu Ramadán
Beit Hanún (Gaza), 29 de enero (EFE).- La situación sanitaria en Gaza se deteriora con rapidez tras el cierre hoy del hospital de Beit Hanún, que ha dejado de atender a los pacientes y los ha trasladado a otros centros por la crisis eléctrica que padece el enclave costero palestino.
Majed Odwan, de 75 años, sufre una enfermedad crónica de riñón y estaba a la espera de ser operado el hospital, en el noreste de la Franja, pero ahora no sabe qué va a pasar porque el centro le ha notificado la suspensión de sus servicios, de los que dependen unas 300 mil personas.
"Siento un fuerte dolor y necesito cirugía con urgencia", explica a EFE, y aunque entiende que sin combustible ni electricidad "el doctor no puede hacer funcionar ninguna máquina", no puede evitar quejarse: "Realmente no es justo".
"Está oscuro aquí. Y cuando la enfermera se acerca a mi hijo para ponerle una inyección lo hace con la luz de su teléfono", cuenta a EFE Om Ahmad Aashur, la madre de Raed, un adolescente diabético de 15 años que recibía hasta hoy tratamiento en el centro.
Lo hace entre el inusual silencio del hospital, sin el ruido de los generadores ni de los pacientes, ya que solo cinco de los 65 que estaban ingresados se han quedado, en la penumbra de las habitaciones.
Del resto, veinte fueron enviados a sus casas, donde les han dicho que deben esperar hasta la reapertura, que aún no tiene fecha, y otros cuarenta fueron trasladados en ambulancias a otros hospitales de Yabalia y Gaza capital.
El movimiento islamista Hamás alerta desde hace dos semanas del agudizamiento de la crisis sanitaria porque, acusan, la Autoridad Nacional Palestina (ANP) no envía al enclave las cantidades de medicinas y combustible necesarias.
La Franja lleva once años bajo poder de Hamás, tiempo durante el que Israel ha impuesto un duro bloqueo por el que controla la entrada y salida de personas y bienes, que también ha agravado el aprovisionamiento del sector.
En octubre los islamistas firmaron un acuerdo con los nacionalistas de Al Fatah, al frente de la ANP, para cederles el control, pero la entrega total de la gestión del territorio no se ha realizado aún, algo de lo que Hamás responsabiliza al Gobierno de Abás.
La ANP se ha defendido de las acusaciones y considera que los islamistas "llevan a cabo una campaña engañosa y distorsionan los hechos al afirmar que el Gobierno ignora las necesidades de combustible y medicina del hospital de Gaza", recogió hoy un comunicado difundido por la agencia oficial palestina Wafa.
Éste asegura que hace dos semanas enviaron cuarenta camiones cargados de medicinas y otros suministros médicos por valor de cuatro millones de dólares, mientras acusa a Hamás de mantener la recolección de impuestos para sus propias arcas y no contribuir al sector médico y a otros gastos.
Residentes de la zona de Beit Hanún señalaron a EFE que la crisis del hospital podría haber sido exagerada por las autoridades islamistas en el marco del tenso pulso y acusaciones mutuas que mantienen con la ANP.
Algunos afirmaron haber visto anoche luces en las instalaciones del hospital mientras en las viviendas no había suministro, se preguntan por qué solo algunos pacientes fueron enviados a casa en lugar de a otros hospitales y cuestionan que la crisis haya estallado en un pequeño centro como el de Beit Hanún, con los servicios de una clínica, y no en el principal hospital de Gaza, Al Shifa, que consume más electricidad.
El Portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf al Qedra, sin embargo, insistió en la alerta y advirtió que los pacientes de Beit Hanún están siendo trasladados a otros hospitales también acuciados por la escasez.
Y el director del hospital, Jamil Serhan, lamenta la suspensión de su media de 12 cirugías diarias y de la atención que proporcionan a unas 450 personas cada jornada, y asegura que no pueden continuar porque la cantidad de combustible que tienen "es cero".
"No es la primera vez que hay una crisis como ésta, pero no tiene fin y lleva muchos años ocurriendo", lamenta.
La Organización Mundial de la Salud intenta mediar en la crisis e informó de que países donantes han aportado un millón de dólares para aliviar la situación y que el Ejecutivo palestino a acordado activar la entrada de combustible en Gaza y garantizar los servicios médicos a los más de dos millones de habitantes del enclave.