A siete años del día en que Ronaldo se hizo legendario... un pase, su tradicional bicicleta y el gol de récord mundialista

27/06/2013 - 12:30 am
Foto: EFE
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Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).- Camina con dos bastones en las manos mientras la pierna derecha cojea. Lleva una playera blanca con una carita amarilla sonriente con la palabra “alegría” impresa debajo. Ronaldo sufrió una lesión que le destrozó la rodilla en un partido de la campaña 1999/2000 jugando con el Inter de Milán frente al Lecce. “El Fenómeno” venía recién llegado del FC Barcelona donde mostró una capacidad goleadora poco antes vista en un delantero. Aquel día, con la playera optimista, sonreía recién salido de la operación con el mundo discutiendo si, tras seis meses de recuperación, volvería a ser el mismo.

El 12 de abril del 2000, el estadio olímpico de Roma vería con gusto como Ronaldo regresaba a las canchas en un duelo de copa italiana entre Lazio e Inter. La respuesta ante tanto cuestionamiento sobre el futuro del brasileño, yacía sobre el campo romano. En la primera pelota que tomó, encaró al portugués Fernando Couto mientras lentamente se desplomaba gritando de dolor. El árbitro y jugadores pararon de correr mientras se acercaban a Ronaldo que lloraba. Los médicos entraron para constatar que otra vez la rodilla derecha, se había hecho daño.

Las lesiones de rótula son una de tantas causas por las que los jugadores se retiraban del profesionalismo en antaño. El gran Marco van Basten dijo adiós tras verse imposibilitado de seguir jugando al mismo nivel que lo había convertido en el mejor centro delantero del mundo. Ahora, el futbol veía como una luz se apagaba lentamente. Ronaldo tenía todo el panorama en contra cuando se oficializó que el tiempo de recuperación sería de un año. El deporte más popular del mundo perdía a uno de sus baluartes.

Ronaldo nunca perdió esa gracia que su sonrisa de dientes chuecos inspiraba. Su mentalidad de frente a la portería se había transformado en una especie de motivación para tratar de regresar y  reclamar su lugar mientras muchísimos analistas declaraban categóricamente que el brasileño nunca más sería el mismo. Brasil, que vivía momentos turbios luego de perder el mundial de Francia 98, necesitaba un revulsivo en el ataque en miras a la nueva edición mundialista en suelo asiático durante 2002.

Foto: EFE
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Cuando Felipe Scolari convocó a Ronaldo en la lista final para Corea-Japón, la prensa brasileña se le vino encima. Tras la seria lesión, el jugador no tenía el ritmo que los periodistas consideraban necesario para ser el delantero centro de Brasil. El técnico dejó claro que su decisión estaba tomada, poniendo punto final al debate. Detrás de Ronaldo, en la creación de juego, un joven Ronaldinho que le dio la mano al mítico delantero que robó en la competencia. Brasil fue campeón del mundo por quinta ocasión en su historia, con 8 goles del ave fénix que retomaba su lugar.

En cuatro años vendría el Real Madrid con sus galácticos. Ronaldo se vistió de blanco para darle alegrías a la afición madridista que de pronto tenía en cancha a Figo, Zidane, Beckham, Raúl y al astro brasileño. Fue en esa época cuando los problemas de sobrepeso comenzaron a afectar el cuerpo del delantero. La tiroides era su nuevo martirio tras superar las dolencias de la rodilla derecha. Así, con un rendimiento entrecortado, llegaba el Mundial de Alemania en 2006.

Ronaldo era convocado a su cuarto mundial lo que ponía a su nombre entre muchas grandes figuras del futbol. Como en 2002, su presencia en la selección era cuestionada por el sobrepeso expuesto por su figura. Los primeros dos partidos dieron la razón a las críticas con un Ronaldo errático en la cancha. Fue en el tercer partido frente a Japón donde la historia comenzó a re-escribirse. Dos goles suyos empataron la marca de Gerd Muller con 14 tantos anotados en los mundiales.

Ya en octavos de final, el 27 de junio de 2006, la ciudad de Dortmund recibió a Brasil y Ghana. Tras un pase exquisito, Ronaldo quedó solo frente al portero. Con su tradicional bicicleta se quitó la presión del guardameta y empujó el balón a la red. El gol 15 del delantero en 19 partidos jugados durante 4 justas mundialistas, es un récord que sigue vigente. El “Fenómeno” que lloraba en el 2000 con la rodilla derecha, se consagraba como uno de los mejores delanteros en la historia.

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