El Fondo Monetario Internacional concedió este viernes a México una nueva línea flexible de crédito por 88 mil millones de dólares por dos años y canceló el acuerdo vigente por 65 mil millones de dólares.
Ciudad de México, 27 de mayo (SinEmbargo).– El Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó un aumento en la Línea de Crédito Flexible para México por 88 mil millones de dólares y su renovación por dos años más, informó hoy la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y el Banco de México (Banxico).
“El Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó hoy la renovación de la Línea de Crédito Flexible (LCF) para México, incrementando su monto de acceso, como una muestra de confianza en la solidez de la economía mexicana”, mencionó Banxico en un comunicado.
El Banco Central precisó que se aprobó incrementar el acceso, que hasta ahora fue equivalente a unos 67 mil millones de dólares, a aproximadamente 88 mil millones de dólares (esto es: 62.389 miles de millones de Derechos Especiales de Giro).
Además, la cobertura que otorgó el FMI a México es por dos años y el acceso a los recursos, en caso de requerirse, es inmediato y sin condicionalidad alguna.
Como en el pasado, dijo Banxico, el FMI continuará realizando una revisión interna al cabo de un año para poder corroborar que dicha fortaleza del marco macroeconómico se mantiene vigente.
México obtuvo la línea de crédito flexible en 2009 y luego la renovó en 2010, 2011, 2012 y 2014.
“Los riesgos a la baja del crecimiento mundial han aumentado y la volatilidad en los mercados financieros globales se ha incrementado”, dijo David Lipton, presidente interino del directorio del FMI.
“El nuevo acuerdo, por un monto mayor al anterior, continuará desempeñando un papel importante en apoyar la estrategia macroeconómica de las autoridades al proveer un seguro contra riesgos externos mayores y al apuntalar la confianza de los mercados”, agregó.
La Comisión de Cambios consideró oportuna la solicitud de renovación anticipada de la Línea de Crédito Flexible por dos años y un aumento en el monto solicitado, para hacer frente a riesgos provenientes del exterior, entre los que se encuentran:
– Una mayor desaceleración de la actividad económica mundial e incertidumbre sobre su evolución futura, lo que incluye también un menor ritmo de crecimiento económico en los mercados emergentes, aunado al impacto de persistentes precios bajos de algunas de las materias primas, principalmente del petróleo.
– La incertidumbre con respecto al rumbo que seguirán las decisiones de política monetaria en las economías avanzadas y, en particular, la velocidad del proceso de alza de las tasas de interés en Estados Unidos.
– La mayor desaceleración en el comercio, en el empleo y en los flujos financieros mundiales.
La directora del FMI, Christine Lagarde, había halagado el mes pasado a México por haber empleado a la línea de crédito flexible como un instrumento preventivo para mantener los objetivos de su política macroeconómica.
La línea de crédito flexible busca prevenir crisis ya que puede utilizarse en cualquier momento. Los desembolsos no son escalonados ni están condicionados al cumplimiento de metas de política económica, como ocurre con los programas tradicionales respaldados por el FMI.
El organismo pronosticó en abril que la economía de México crecerá 2.4 por ciento para este año y 2.6 por ciento en 2017 gracias a una robusta demanda interna del sector privado.