Rita Varela Mayorga
26/07/2016 - 12:05 am
No te preocupes, Osorio…
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que por estos días atraviesa por una tormenta de credibilidad luego de cambiar las reglas para medir la pobreza en el país y borrar de tajo el pasado, informó ayer que en 2015 se registraron 20 mil 525 homicidios en México, una proporción de 17 homicidios dolosos […]
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que por estos días atraviesa por una tormenta de credibilidad luego de cambiar las reglas para medir la pobreza en el país y borrar de tajo el pasado, informó ayer que en 2015 se registraron 20 mil 525 homicidios en México, una proporción de 17 homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes a nivel nacional. Esta cifra cierra la suma de asesinatos en la primera mitad del sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto con 62 mil 926 –si consideramos que esa cifra no está “cuchareada”, como pretende hacer el Inegi con la del número de pobres.
Si bien nos va, entonces, en los seis años de la administración peñista la cifra cerraría en 125 mil 852 homicidios, superando así a la del panista Felipe Calderón Hinojosa, quien en diciembre de 2006 lanzó una estrategia de guerra –con la participación de las Fuerzas Armadas– en contra del narcotráfico y que, dicho a su tiempo por expertos nacionales e internacionales, fue fallida en todos los sentidos y no hizo sino aumentar la violencia y la presencia del crimen organizado por todo el país.
De acuerdo con datos del Inegi revelados el 30 de julio de 2013, el sexenio de Felipe Calderón dejó un saldo de 121 mil 683 muertes violentas; es decir, un asesinato cada 30 minutos.
Las cifras de homicidios con Peña Nieto, sin embargo, serían aún más abultadas, afirman especialistas en seguridad, si se considera que en su sexenio también ha hecho crisis el fenómeno de los desaparecidos.
El Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED) reportó en febrero pasado que del 1 de enero de 2007 y hasta el 31 de diciembre de 2015 se registraron 27 mil 659 casos de desaparecidos en el país.
Apenas al iniciar este julio, el representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH México), Jan Jarab, consideró que el Gobierno de México ha fracasado en la políticas para enfrentar las desapariciones forzadas. “No hemos podido evitar que las desapariciones se hayan convertido en este país en una situación aparentemente normal para algunas instituciones, no se ha avanzado lo suficiente en la búsqueda de personas desaparecidas, ni en las investigaciones para llevar ante la justicia a los responsables de uno de los crímenes más horribles”, dijo Jan Jarab.
Como Jarab, ayer especialistas en seguridad consultados por SinEmbargo establecieron que la estrategia de seguridad del Gobierno de Peña Nieto –que dirige Miguel Ángel Osorio Chong desde la Secretaría de Gobernación–, no sólo es una copia de la de Calderón Hinojosa, sino que, además, también se le puede considerar ya como un gran fracaso.
Pero ante las alertas, ante las denuncias en organismos internacionales, ante las cifras del horror y la alarma de la población, el Gobierno federal no ha movido ni un milímetro esa estrategia. Al contrario, el Presidente mantiene su apoyo en el hombre que tiene bajo su responsabilidad las instituciones encargadas de garantizar “la convivencia armónica, la paz social, el desarrollo y el bienestar de las mexicanas y de los mexicanos en un Estado de Derecho”.
El 19 de abril de 2013, el Presidente Peña Nieto dijo una frase que ahora parece aplicar a todos sus secretarios de Estado, comenzado por el propio Osorio Chong.
“Rosario no te preocupes, hay que aguantar, porque han empezado las críticas, han empezado las descalificaciones de aquellos a quienes ocupa y preocupa la política.
“Que sigan aquellos criticando las acciones, porque a otros los ocupan las elecciones; a nosotros nos ocupa y nos compromete acabar con el hambre de México”, le dijo a Rosario Robles Berlanga, entonces titular de la Secretaría de Desarrollo Social, en su discurso de arranque de la Cruzada Nacional contra el Hambre.
Y fue tanta la despreocupación que ahora la pobreza y el hambre siguen creciendo en el país y, al parecer, nadie se preocupa ni mucho menos se ocupa por contenerlas.
Por los resultados, el titular de la Segob debió recibir la misma palmadita en la espalda: “No te preocupes, Osorio Chong, hay que aguantar, porque ha empezado las críticas y... blablablá”.
Pero, además, la despreocupación parece permear a todo el Gabinete. “No te preocupes, Videgaray”, “no te preocupes, Nuño”, “no te preocupes, Ruiz Massieu"…
Y ellos, los secretarios, los de la elite, tan tranquilos… Algunos, aún lo piensan, tienen un futuro político por delante; otros más ya sólo se concentran en asegurar económicamente ese porvenir y, por supuesto, los únicos que siguen perdiendo todo en este mar de despreocupaciones son los mexicanos de a pie.
¡Buena semana, y nos vemos el próximo martes!
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