El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), liderado por Andrés Manuel López Obrador, se presenta por primera vez en estos estados y, según analistas consultados por Efe, tiene asegurada la victoria en tres de ellos (Morelos, Tabasco y Chiapas) y en Ciudad de México.
En poco más de cinco meses, el Presidente Enrique Peña Nieto entregará la Banda Presidencial a su sucesor. Con el acto simbólico, concluirá su administración y legará los resultados de un sexenio, que según las cifras oficiales y la información de 13 organizaciones nacionales e internacionales, son preocupantes en materia de inseguridad (violencia), corrupción y desarrollo económico (empleo).
Por Eduard Ribas i Admetlla
Ciudad de México, 26 de junio (EFE).- Los partidos de izquierda aspiran a ganar la mayoría de los cargos de Gobernador de ocho estados mexicanos que se eligen en las elecciones del 1 de julio, mientras que el antaño hegemónico Partido Revolucionario Institucional (PRI) apenas podría conservar Yucatán, según los sondeos.
De los 31 estados de la República, elegirán a su Gobernador los ciudadanos de Jalisco, Veracruz, Puebla, Guanajuato, Chiapas, Tabasco, Yucatán y Morelos; que conjuntamente representan 28 millones de electores, además de la capital mexicana.
El Movimiento Regeneración Nacional (Morena), liderado por Andrés Manuel López Obrador, se presenta por primera vez en estos estados y, según analistas consultados por Efe, tiene asegurada la victoria en tres de ellos (Morelos, Tabasco y Chiapas) y en Ciudad de México.
Morena también tiene posibilidades de ganar en el oriental Veracruz, mientras que el también progresista Movimiento Ciudadano arrebataría al PRI el Gobierno de Jalisco, uno de los estados más ricos y poblados del país.
El revés electoral del PRI se extendería hasta Chiapas, donde actualmente gobierna con el Partido Verde y que pasaría a Morena, y solo podría conservar Yucatán, región tradicionalmente priista.
Asimismo, el feudo conservador de Guanajuato seguirá en manos del derechista Partido Acción Nacional (PAN), que se disputará su actual Gobierno de Veracruz y de Puebla en una elección muy reñida con Morena.
“El PRI vive uno de los peores momentos de su historia política”, explicó a Efe el coordinador del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Khemvirg Puente, quien comparó los comicios del próximo 1 de julio con los del año 2000, cuando el PRI perdió la Presidencia de México por primera vez.
En esta ocasión, sin embargo, no solo parece que perderá la Presidencia sino también “dejará de ser competitivo” en la mayoría de estados que eligen Gobernador, explicó el experto.
Ximena Mata, investigadora de la consultoría electoral Integralia, matizó que sea cuál sea el resultado de los próximos comicios, el PRI seguirá teniendo un gran poder territorial puesto que seguirá gobernando en once estados que no tienen elecciones.
Aún así, el rechazo generalizado hacia el PRI, reflejado en las encuestas, la lleva a vaticinar que el priismo perderá también algunos de esos gobiernos cuando se enfrenten a las urnas de nuevo.
Ambos expertos coincidieron que el mayor damnificado en los próximos comicios regionales será el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), que será sustituido por Morena en aquellos estados en los que gobierna.
López Obrador fundó Morena tras su salida del PRD y todos los sondeos apuntan a que ahora le quitará su poder territorial: “habrá un realineamiento de la misma izquierda con un grupo político diferente”, sostuvo Puente.
“Los estados en los que ganaba el PRD pasarán a ser de Morena y en los que no, Morena será más competitivo (que el PRD)”, añadió Mata.
El previsible buen resultado de Morena se atribuye al “efecto arrastre” que tiene López Obrador, quien lidera todos los sondeos a la Presidencia de México, que se dirimirá también el 1 de julio.
“La mayoría de candidatos locales de Morena eran desconocidos y ganarán no tanto por quiénes son sino por lo que representan”, desgranó Mata, quien atribuye a la figura de López Obrador gran parte del éxito que pueda tener Morena.
Por ejemplo, en Tabasco, tierra natal de López Obrador, Morena arrasaría con cerca del 60 por ciento de los votos, una cantidad todavía mayor que la que atribuyen los sondeos para el líder izquierdista en su candidatura presidencial.
A pesar de unos resultados exitosos, Puente señaló que Morena no logrará controlar la mayoría de congresos locales, lo que dificultaría que una eventual presidencia de López Obrador acometa reformas constitucionales.
“Los estados pueden actuar como un contrapeso a la presidencia de López Obrador”, concluyó Puente, quien auguró que los gobernadores asumirán un mayor peso político en el próximo sexenio.
EL LEGADO DE PEÑA NIETO
En poco más de cinco meses, el Presidente Enrique Peña Nieto entregará la Banda Presidencial a su sucesor. Con el acto simbólico, concluirá su administración y legará los resultados de un sexenio, que según las cifras oficiales y la información de 13 organizaciones nacionales e internacionales, son preocupantes en materia de inseguridad (violencia), corrupción y desarrollo económico (empleo).
Para politólogos consultados por SinEmbargo, el Gobierno de Peña Nieto no sólo no resolvió los problemas que prometió que acabaría, sino que empeoró la circunstancia y dejó en claro que “el problema del Partido Revolucionario Institucional [PRI] no solamente es la mala gestión o los malos resultados en materia económica, de seguridad y de combate a la corrupción”, explicó Enrique Toussaint de la Universidad de Guadalajara (UdeG).
El problemas es que, explicó, “ya quedó interiorizado, en buena parte del electorado y de la ciudadanía, que el PRI no es un partido que tenga dos o tres cuadros corruptos […] sino que, en general, la forma en que operan los gobiernos del PRI es a través de la corrupción”.
En términos generales, los analistas consultados observan una administración “desastrosa” que le va a pegar a los propios priistas “en el centro de flotación”. Y donde el principal responsable de una segunda “derrota histórica del PRI, es un propio priista”, refirió Juan Luis Hernández Avendaño, director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana en Puebla.
Esta circunstancia, dicen, es beneficiosa, sobre todo, para Andrés Manuel López Obrador (AMLO). Y en el paquete de responsables, además del Presidente, su partido y sus gobernadores (como los duartes en Veracruz y Chihuahua, los Moreira en Coahuila, entre otros), están también quienes en 2012 apoyaron el denominado “Pacto Por México”, que fue un acuerdo entre el PRI y los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) para sacar adelante una serie de reformas.