Ciudad de México, 26 de mayo (SinEmbargo).- Los relojes que la organización Consumers International (CI) puso en línea para contabilizar el número de muertes por mala alimentación, ocurridas del 18 al 26 de mayo, mientras se llevaba a cabo la 68ª Asamblea Mundial de Salud, pararon en más de 723 mil fallecimientos.
Como parte de una campaña de concientización, CI dispuso en su página de Internet estos contabilizadores, en los que también se reflejó el costo que ha tenido la obesidad en la economía mundial, culminando con más de 38 mil millones de dólares.
La organización, que conjunta a grupos en defensa del consumidor de distintos países, realizó una encuesta en seis naciones, entre ellas Estados Unidos, Brasil, India y los Países Bajos, en la que concluyó que la gran mayoría de las personas no está consciente del impacto que la mala alimentación tiene en la salud pública y economía de todo el mundo.
Observaron que más del 80 por ciento de los encuestados subestiman el impacto global que tiene la alimentación poco saludable en comparación con otras causas, como la guerra o el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Así, sólo el 18 por ciento de ellos identificaron correctamente que las dietas insanas contribuyen a un mayor número de fallecimientos a nivel mundial que el tabaquismo, el consumo de alcohol, la malaria y los factores mencionados anteriormente.
“Desde 1980, la prevalencia de la obesidad en todo el mundo casi se ha duplicado, y la incidencia de diabetes tipo 2 se ha disparado con la alimentación no saludable que es la mayor contribuyente al problema global”, dijo Amanda Long de CI.
Por ello, el pasado 18 de mayo fue el día elegido por Consumers International para hacer público el número de muertes que se puede dar en un periodo tan corto como poco nueve días, justo en los que tomó lugar en Ginebra, Suiza, la Asamblea Mundial de la Salud, en donde el órgano decisorio más importante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reúne año con año a discutir y adoptar distintas decisiones sobre política sanitaria a nivel global.
El estudio realizado por CI demostró también que los encuestados muestran apoyo a las acciones encaminadas a la protección del consumidor, tales como aquellas que llaman a la reducción de los altos niveles de grasa, azúcar y sal en los alimentos cotidianos; la regularización en la venta de alimentos para niños altos en estos mismos ingredientes, así como el que se ofrezcan mayor y mejores datos a la población en cuanto a la información nutrimental de cada producto.
“Nuestro estudio sugiere que pocas personas entienden la magnitud de la crisis de salud a la que nos enfrentamos”, citó la organización en su página de internet a su directora general, Amanda Long. Esto debido a que el 71 por ciento de los participantes en la encuesta aseguraron que una dieta saludable es “muy importante” para ellos y su familia.
“La alimentación poco saludable contribuye a 11 millones de muertes al año y su rango está por sobre el tabaco como la principal causa mundial de estas enfermedades no transmisibles y prevenibles, tales como las enfermedades del corazón y el cáncer. La obesidad le cuesta a la economía mundial 2 mil millones de dólares al año”, escribieron en un comunicado.
Desde hace un tiempo, CI ha estado haciendo una campaña para que se forme una Convención Global para Proteger y Promover la Alimentación Saludable, basada en el Convenio Marco para el Control del Tabaco, que involucraría a los Estados miembros de la OMS en un compromiso por disminuir las millones de muertes sucedidas por esta causa.
La asociación recordó que los principales ejes de acción para esta convención serían:
- Restricciones a la comercialización de alimentos poco saludables a los niños
- Mejor etiquetado nutricional
- Reformulación de los alimentos procesados para reducir la grasa, el azúcar y la sal
- Uso de herramientas fiscales para apoyar el consumo de alimentos saludables