“No está claro cuántos de los más de 30,000 homicidios reportados este año están relacionados con cárteles, pero la violencia tiene preocupados a los analistas: la estrategia de ‘decapitación’, derrocar a los líderes de los cárteles, está fallando”, agrega.
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Ciudad de México, 25 de diciembre (SinEmbargo).- Los esfuerzos para acabar con la violencia relacionada con los carteles en México comenzaron este año con un estallido: el caso del capo del Cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán, extraditado a los Estados Unidos para enfrentar cargos criminales. Pero a pesar de la fanfarria sobre la extradición, la violencia se ha disparado en México y este año se perfila como la más mortífera del país, dice hoy The Washington Post.
“No está claro cuántos de los más de 30,000 homicidios reportados este año están relacionados con cárteles, pero la violencia tiene preocupados a los analistas: la estrategia de ‘decapitación’, derrocar a los líderes de los cárteles, está fallando”, agrega.
Según un informe de noviembre del Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), un grupo de expertos no partidistas de Capitol Hill, 107 de los 122 criminales más violentos de México habían sido eliminados, pero los asesinatos aumentaron, de acuerdo con The Washington Post.
“Eso sugiere que los líderes pueden no ser tan cruciales para las operaciones como esperaba el gobierno y que sacar del juego a esos líderes no reprimirá la violencia”, dice.
“Las organizaciones se fragmentaron pero no desaparecieron y, en cambio, experimentaron un combate mortal hasta que un nuevo líder (o dos) reemplazó al ex jefe, lo que resultó en la aparición de nuevos grupos”, dijo el CRS.
“Atacar a los líderes de los cárteles puede interrumpir la cadena de suministro de drogas hacia Estados Unidos, pero eso puede crear espacio para que los competidores intenten controlar las rutas de suministro”, dijo al infuyente diario norteamericano Jeronimo Cortina, profesor asistente en el departamento de ciencias políticas del Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de Houston.
El resultado es “un mundo subterráneo cada vez más fragmentado”, dijo al Post Alejandro Hope, un analista de seguridad.
“No todas las bandas criminales más pequeñas se pueden enfocar en la actividad del narcotráfico, típicamente dirigida por los cárteles, dijo Hope. En cambio, algunos se han diversificado en la industria en extorsión, secuestros y robos.
De acuerdo con The Washington Post, el informe de CRS señala que varios factores podrían estar impulsando este aumento de la violencia, incluyendo la continua fragmentación del Cártel de Sinaloa, la competencia para satisfacer la creciente demanda de heroína en los EU y los ineficaces esfuerzos de aplicación de la ley en contra de las organizaciones delictivas transnacionales.
Los grupos criminales más pequeños y localizados también tienden a estar menos organizados y no tienen la capacidad de desafiar a la policía mexicana o corromper a segmentos del gobierno, dijo Hope. “Pero son más violentos que sus predecesores”.