Álex Ferreira no niega que ha nacido en el país donde también vio la luz el autor de “La bilirrubina” y como tal viene de su legado y admite estar orgulloso de conocer a un músico de tanta excelencia. Él, mientras tanto, tiene a muchos seguidores en México para los que tocará el sábado 22 de septiembre, en el Lunario del Auditorio Nacional.
Ciudad de México, 24 de julio (SinEmbargo).- Álex Ferreira es un cantautor dominicano, pero que ha vivido en España y en los Estados Unidos. Tiene una gran base de fans, tanto en su país de origen como en Argentina, Canadá, Portugal y Ecuador.
Ahora, gracias al sistema de fondeo, ha terminado el disco Canapé, un material con 9 canciones y un cover del tema “An audience with the pope”, original de la banda Elbow.
El disco contó con la participación de El David Aguilar en la canción “Ven que te quiero ver” y de Ximena Sariñana en la rola “Marea”. Fue grabado entre República Dominicana y México.
Con sus discos Un domingo cualquiera (2010), El afán (2012) y Cinema tropical (2015) se abrió una carrera en la música pop española, lo que le permitió compartir escenario con Fito Páez, Jorge Drexler, Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana y Russian Red.
Ahora se presenta el próximo 22 de septiembre en el Lunario del Auditorio Nacional, un sitio con el que siempre soñó y para el cual ya está abierta la venta.
–¿Qué es Canapé?
–Canapé es mi cuarto disco, un trabajo muy especial porque un poco que resume todo lo que he venido haciendo en estos últimos años. Se hizo por un fondeo con los fans y es un disco que me ha traído muchísimas alegrías. Ahora me encuentro en la Ciudad de México porque estamos preparando un gran concierto en el Lunario del Auditorio Nacional y es un poco lo que me ha confirmado que voy a vivir siempre de la música.
–¿Cómo nació la idea del fondeo?
–Es complejo, sí que lo es, pero también es muy bonito porque estás trabajando con la gente que lo quiere escuchar. Mucha de esta gente te apoya sin siquiera saber cómo va a sonar el disco. No hay una compañía atrás que te diga qué sacar o qué no sacar. Claro que tienes que hacer mucho trabajo de oficina, saber quién pidió tal tema o quién pidió otra, estar encima del trabajo de producción, eso no es lo que me gusta de este sistema.
–Son un montón de cosas que hay que ver ahora
–Es el precio que uno paga por la libertad. Tienes que hacer cosas que no tienen que ver con tu música, pero sí con tu carrera.
–¿Dudaste alguna vez de no hacer música?
–Lo dudé muchísimas veces, sobre todo vivimos ahora en una sociedad donde el músico ni siquiera es tan bien visto. Me costó mucho que me apoyaran, uno crece con ese chip en la cabeza. Sí lo dudé, la pasión tiene una manera muy extraña de trabajar y ahora soy músico: sí me dediqué a eso. Ahora mismo no hago otra cosa más que música y eso me llena de felicidad.
–A veces pasa con los escritores que se alejan de la literatura, pero vuelven con una energía muy importante
–Sí, en mi caso, trabajé para otros artistas, he sido guitarrista de proyectos conocidos, he escrito canciones para otros músicos, alejarse del ego de uno me ha servido mucho. Vuelves con una energía potente.
–Te has encontrado con El David Aguilar, un hombre que ha luchado para que la canción vuelva a México
–Sí, no sólo de México, creo que es un cantautor importante a nivel latinoamericano. Es mi favorito, hice una canción en Canapé, “Ven que te quiero ver”, un tema que se ha escuchado mucho. Es un tesoro mexicano.
–¿Con Ximena Sariñana qué tal?
–Es mi amiga de hace muchos años, hemos hecho muchas canciones juntos. “Marea” inicialmente iba a ser para ella y uno de los productores me dijo que la tenía que cantar yo. Al final la cantamos juntos y está muy bien.
–¿El escenario del Lunario te parece intimidante al principio?
–Sí que lo es. Muy intimidante, de aquí al 22 de septiembre me levanto con ansiedad por el escenario. Los últimos conciertos en México se nos han quedado pequeños, así que nos estamos tirando a un precipicio que no sé cómo nos va a ir. Muchas veces he ido a conciertos al Lunario del Auditorio Nacional y he soñado muchas veces con tocar ahí. Ahora es un sueño hecho realidad.
–¿Cómo va a ser el espectáculo, Álex?
–De entrada vamos a tocar canciones de Canapé, pero también vamos a tocar temas de los discos anteriores. Va a ser un formato más grande de banda, tanto en lo musical como en lo visual. Vamos a tener invitados, no lo puedo decir ahora, pero más adelante lo diré. Estoy pensando en traerme hasta a mi madre de República Dominicana.
–¿Hay algo que tenga que ver con tu país de origen? ¿Cómo son tus letras?
–Bueno, algo debe de haber, teniendo en cuenta que yo nací ahí. Hay un elemento caribeño en mi música. En Canapé hay palabras que vienen de allí, tengo mucha influencia argentina, hace poco fui a un lugar en Buenos Aires, un sitio de tango, increíble. De Uruguay, te menciono a Jorge Drexler y también estoy influido del Caribe, de Silvio Rodríguez. Me considero más fanático de la música que músico.
–¿Cómo está hoy República Dominicana?
–No deja de ser un país latinoamericano y pequeño. Ni siquiera es una isla, es una mitad de la isla. Tenemos mucho colorido y ritmo, me encanta ser dominicano. Tenemos esta cosa africana y no dejamos de ser un pueblo alegre y feliz.
–Ese ritmo que dices que tienes, ¿ha pasado a la canción?
–Sí, en Canapé, esa que hice con El David Aguilar, es bastante bailable. Hay una bachata por ahí. En el Lunario tenemos preparado un repertorio mixto.
–¿Qué significa Juan Luis Guerra para ti?
–Es el artista más revolucionario de mi país. El que mezcló muchas cosas que nadie se atrevía antes y es un hombre muy amable, siempre preocupado por el otro. Yo soy fan.
