Ciudad de México, 23 de septiembre (SinEmbargo).- Hay una fiesta. Hay una fiesta frente a Reforma 87. Hay una fiesta con La Banda “Las Águilas de Texcoco” que toca “Caminos de Michoacán” en honor a alguien que está pero no está: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano.
Después, “El Sinaloense” para las víctimas del huracán Manuel en aquel estado, que aun cuando fue la segunda entidad que más golpeó el meteoro, quedó postergado en la ayuda del gobierno federal.
Hay una fiesta en la que no se celebra nada.
–No. No es por celebrar. Somos inconformes, pero, ¿por qué no seguir bailando? –pregunta una mujer de cabello rojo que se ha permitido corregir las faltas de ortografía en esas cartulinas que a letra verde o negra exclaman: “PRInocho. Peña no cumple”, “Peña: reforma a La Gaviota” “Peña, no entiendes a los maestros porque nunca les entendiste”.
Ya pasaron las rechiflas, los abucheos y los gritos de protesta para las modificaciones en materia educativa, energética y hacendaria del Presidente Enrique Peña Nieto. Ya, otra mujer, con faldón y envuelta en rebozo, quien dice que se llama “Pemex”, clamó que Peña Nieto se vaya del país. Ya dijo, Andrés Manuel López Obrador, líder del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ante unas 50 mil almas reunidas frente a la Glorieta de Colón, que ningún poder tiene derecho a reformar la Constitución en aras de contratos para la explotación del petróleo. Ya anunció que para revertir la Reforma Energética, le propone a Peña Nieto una consulta ciudadana. Ya dio a conocer que en materia hacendaria, una comisión integrada por Bertha Luján, José Agustín Ortiz Pinchetti y Octavio Romero Oropeza llevará un plan al Congreso de la Unión para que retire los aumentos a los impuestos.
Ayer, el ex candidato presidencial de la izquierdas dijo que durante las campañas del año pasado no hubo candidato que propusiera reformar los artículos en cuestión y por ello, ningún poder tiene ahora, autoridad para modificarlos sin consultar al pueblo de México.
La fiesta es posterior a los gritos y abucheos, pero los carteles siguen alzados en brazos. Una dice: “Después, sigues tú, trabajador del IMSS, ISSSTE, Salud, Pemex. Te mandarán a la chingada, pero nosotros sí te apoyaremos”.
El baile sigue. Como si el sol no estuviera de frente y pegara con dureza.
-El que seamos inconformes eternos no significa que no sepamos bailar –dice esa mujer de cabello rojo quien no quiere brindar su nombre. En un susurro, admite exponer la razón de su anonimato: “Tengo familiares que están con el PRI”.
Camiones de agencias de Turismo de San Luis Potosí, Oaxaca y Sinaloa continúan a un costado de la Alameda Central, como en espera de que todo termine para emprender un regreso.
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La convocatoria para esta manifestación no fue cualquiera. Se preparaba un encuentro histórico por simbólico. La tarde del miércoles, Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas se reunieron y se tomaron fotos juntos. De su encuentro, surgió un llamado a la resistencia pacífica en contra de la reformas Energética, Fiscal y Educativa. El llamado también lo firmaron el obispo de Saltillo, Raúl Vera López; el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Pablo González Casanova; el sacerdote dominico Miguel Concha Malo, Miguel Álvarez Gándara y Mario Saucedo Pérez.
La probabilidad de que ayer, el templete reuniera a López Obrador y Cárdenas Solórzano era alta. Pero Cárdenas no asistió. Si se toma en cuenta la honra que le dio la banda “Las Águilas de Texcoco”, el ingeniero estuvo, sin estar. Pero esa reunión crucial, tan deseada dentro del Partido de la Revolución Democrática en el 2006, la que pudo cambiar el destino y que nunca llegó, ayer tampoco pudo ser.
En contra de la reforma energética, Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano seguirán, cada uno, sus propios caminos. Cárdenas no asistió a la marcha y mitin convocados por Andrés Manuel López Obrador, pero sí participará en los foros sobre Reforma Energética que organiza el Senado. En esos foros, López Obrador no estará. Ha dicho que se trata de una simulación, que “ya está todo planchado”.
Más allá de la selección de métodos, en el documento signado por los dos líderes morales de la izquierda, se lee: “Ante la grave emergencia del país y amenaza de continuar con la entrega de recursos, territorios y riquezas, mediante la Reforma Energética que promueve el gobierno federal, es necesario llamar a todas las mexicanas y mexicanos, sin distinción de creencias, ideologías o posiciones políticas y sociales, a unirnos para evitar el despojo de la nación de nuestro pueblo que promueven el gobierno y las corporaciones petroleras transnacionales”.
Expusieron que se oponen a las reformas de los artículos 27 y 28 de la Constitución para defender los recursos energéticos, propiedad de la Nación; a la Reforma Hacendaria, pues distribuye la carga fiscal de manera inequitativa y recesiva; a la campaña mediática “de linchamiento” en contra de las justas luchas de los maestros ante la reforma y pidieron que los ciudadanos denuncien “la creciente violencia y represión”.
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En este mitin, dos cosas no ocurren: el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas no está y la marcha no llega al Zócalo. Entonces, el maestro de la la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), Eugenio Juan Ramírez, de la región de Tuxtepec, exclama frente al Caballito de Sebastián: “Era una oportunidad para recuperar el Zócalo. Pero no está perdida. Nosotros, no nos vamos a ir, y esa oportunidad volverá”.
El Zócalo, cerca del asta bandera, mantiene un centro de acopio. Son víveres para los afectados por los huracanes que recién agredieron a 24 estados. Lo organiza el gobierno federal.
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Andrés Manuel López Obrador está acompañado por el sacerdote Miguel Concha, Alejandro Encinas, Alberto Anaya, Martí Batres, Porfirio Muñoz Ledo y los dirigentes de las secciones 22 y 9 de la CNTE. El templete le da la cara a la Glorieta de Colón. Por las víctimas del embate de Ingrid y Manuel, fenómenos meteorológicos que anegaron a 24 estados de la República, pide un minuto de silencio. Su expresión inmediata es: ¡Primero los pobres! Lo que sigue es un reconocimiento a los maestros del país que luchan por sus derechos y la manifestación de “respeto a sus autonomías”. Luego, hila: “Somos muchos y seremos más porque así lo exigen las circunstancias”. Después: “No hay dinero, la economía está sujeta a maltrato”. Casi al final de esta introducción: “Es tiempo de que dejen de robar”.
Es en el minuto siguiente cuando empiezan los clamores para el Presidente Enrique Peña Nieto.
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Hoy, AMLO le hará saber a Peña Nieto, a través del Congreso, cómo puede –desde su perspectiva- revertirse la Reforma Hacendaria, la última que envió el Presidente, de la República, arropado en los acuerdos del Pacto por México. Le dirá que modifique la propuesta Ley de Ingresos y elimine los aumentos a los precios. Numerará las sugerencias:
1.- Ahorrar en el presupuesto público de 2014 estimado en más de cuatro billones, el 8.6 %, es decir, ahorrar 385 mil millones de pesos para que no aumenten los impuestos y para mantener el mismo déficit de 2013.
2.- Este ahorro se puede ver sin afectar partidas destinadas al crecimiento económico y al bienestar social, sólo con la reducción del gasto superfluo e innecesario
3.- El ajuste representaría el 2.5% del PIB
Cuando ayer, esta marcha arrancó, los fotógrafos captaron a Andrés Manuel López Obrador detrás de una pancarta con fondo verde. Se leía: “… No necesitamos tantas reformas. Lo único que necesitamos es que dejen de robar”.
Ya en el micrófono, López Obrador dijo:
“Es un agravio, por no decir otra cosa, querer aumentar impuestos sin combatir la corrupción imperante y sin ajustar el oneroso gasto del Gobierno... Existen ingresos suficientes para financiar el gasto público, sólo es cuestión de ahorrar y eliminar los privilegios de la alta burocracia, en ningún momento y menos en época de crisis se justifica que hay un gobierno rico con pueblo pobre”.
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Andrés Manuel López Obrador va vestido con chamarra azul fuerte y pantalones negros. Su hijo, Jesús Ernesto López Gutiérrez, no lo pierde de vista y sólo se distrae para observar su teléfono celular. Por cierto, los celulares de aquí, coinciden: 22 grados en la ciudad de México. A su lado, su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller.
Al final de esta segunda marcha de López Obrador en contra de las reformas, la audiencia quedará convocada para una tercera, el 6 de octubre, del Ángel de la Independencia, “esta vez sí”, al Zócalo. Ahí se definirá “lo que vamos a hacer”, si ustedes deciden un paro nacional, “eso vamos a hacer”.
La mujer que vende sombrillas de papel y cartón para tapar el sol, con figuras de un conocido chocolate sobre el papel plisado, está atenta. Pregunta:
-¿Va a ser aquí mismo?
–En el Ángel, le confirman.
–Ah, en El Ángel es donde se repetirá –dice.
Las miles de almas se dispersan. Algunas eligen ponerse a bailar.