Ciudad de México, 23 may (SinEmbargo).- Mucho se ha hablado en el ambiente literario del pase de Anagrama a la editorial italiana Feltrinelli, luego de la venta llevada a cabo por el factóctum de la firma catalana, el legendario Jorge Herralde.
Fue en 2010 cuando se supo que Anagrama, fundada en 1969 y que ha publicado más de 2 mil 500 títulos a lo largo de cuatro décadas febriles, cedía su fondo editorial a los italianos, que adquirían la empresa mediante un sistema escalonado que prevé la compra del 49 % de las acciones en 5 años, luego de lo cual se producirá la adquisición total.
Sin embargo, Herralde, de jóvenes y esplendorosos 77 años, parece un hombre muy lejano a lo que puede considerarse un retiro de la actividad editorial. Por el contrario, es alguien que está totalmente informado no sólo de cada título que publica, sino también de lo que sucede en el universo de los libros en general.
Eso es mucho para un intelectual de mente abierta y dinámica, al que el tercer milenio encuentra renovado y feliz, convencido de que el catálogo de los últimos años de Anagrama “es el mejor de la historia”.
Tal vez exagere y todo derecho tiene a un gesto ampuloso el responsable de gran parte de nuestra formación literaria, sin cuyos arbitrios muchas lagunas hubieran quedado sin agua, como verdaderos agujeros sin fin en nuestra acuciante mente de lector.
Vivimos un tiempo, según Jorge Herralde, donde la edición de títulos respetables se ha convertido en un deporte de riesgo, fruto de la banalización de la cultura que hace que en una lista de libros más vendidos, tengamos que recorrer mucho el espinel hasta hallar un volumen de buena literatura.
“Más o menos en el puesto 45 puedes encontrar algo decente”, afirma el editor en entrevista exclusiva con SinEmbargo, llevada a cabo a principios de mayo cuando vino a festejar los 80 años de su amigo Sergio Pitol en Xalapa y a dar una conferencia magistral en el Claustro Sor Juana.
La oportunidad de hablar con Herralde se convirtió en una charla placentera sobre su gran amor, los libros, un tema sobre el que puede dar cátedra y con el que seguramente hará las delicias de nuestros lectores.
– Me han sorprendido muchas cosas del catálogo de este año, gratamente, debo decir…
– Bueno, el catálogo de este año de Anagrama es el mejor de la historia para mí.
– Un catálogo que entre otras cosas refrenda tu historia de amor con los autores ingleses, publicando a Julian Barnes, por ejemplo, esa magnífica novela de la madurez, El sentido de un final…
– Sigue el romance. El año que viene publicaremos Niveles de vida, un compendio de tres textos, uno de ellos dedicado a la célebre Pat Kavanagh, su esposa, que murió hace cinco años y lo dejó destrozado.
– Y esos locos como McEwan, Amis, Barnes, que no quieren a nadie, ¿por qué te quieren tanto a ti?
– (Risas) Será porque los he publicado desde su primer libro. En cada publicación los hemos invitado a Barcelona a presentarlo y la mayoría de las veces han venido. Por medio de Anagrama también han venido a la FIL Guadalajara, a Buenos Aires, a Chile, a Bogotá…
– ¿Junto con Michel Houellebecq son los autores más difíciles de tratar?
– No creas. Julian Barnes ha estado siempre impecable, como un verdadero caballero inglés. Ian McEwan no es que sea difícil, pero es el que partió más joven y más desde abajo y ahora goza quizás del mayor reconocimiento internacional, sobre todo en los Estados Unidos, algo que para un autor inglés es muy difícil. En cuanto a Amis, diría que hay varias etapas. Es cierto que suele ser muy impertinente, pero sobre todo en Inglaterra, donde concita muchos desacuerdos, sin olvidar el hecho de que es el hijo del gran Kingsley Amis y que a los 24 años ganó con Diario de Rachel el prestigioso premio Somerset Maugham. Se suman sus posturas políticas, su arrogancia, su famosa pelea con Pat Kavanagh…en fin, tiene a menudo relaciones conflictivas con todo el mundo. También creo que con su segunda mujer, Isabel Fonseca, se pacificó bastante. Con nosotros siempre fue amable, pero al principio trataba bastante mal a la prensa cuando venía a Barcelona y ahora en cambio está hecho un angelito.
– ¿A Hanif Kureishi ya no lo tienes?
– Sí, claro, me acaba de entregar su nueva novela. Hace cuatro días, exactamente. Es un libro de más o menos 300 páginas que cierra un periodo de silencio de aproximadamente cuatro años. Y el que siempre tarda mucho también es Kasio Ishiguro, que entregará un nuevo trabajo a fin de año. Será el que sigue a su exitosa Nunca me abandones.
– En el caso de Isabel Fonseca, esposa de Martin Amis, y de Siri Hustvedt, esposa de Paul Auster, ¿ambas han publicado en Anagrama por el peso de sus maridos?
– No, para nada. En el caso de Isabel Fonseca, publicó primero un ensayo sobre los gitanos en Europa que me habían ofrecido y yo había rechazado. Cuando nos encontramos en la Feria de Guadalajara, a la que ella había venido acompañando a Martin, salió el tema y un poco me reclamó que no le hubiera publicado su libro. Le expliqué por qué y todo quedó aclarado. Hasta que me mandó su novela (Vínculo), me pareció buena y la sacamos. Y con Siri lo que pasó es que era autora de Cirse, dirigida por una buena amiga mía, jamás hubiera hecho nada para sacarla de allí. Sucedió que andando en taxi por Barcelona, junto con Paul, me contó que quería irse de la editorial porque no la distribuían bien en Latinoamérica. Acompañaba a su marido por distintos lugares y veía que era prácticamente un ídolo, mientras que ellas, con cuatro libros publicados, nada malos por cierto, era una desconocida. Entonces le dije: - ¿Por qué no te cambias a Anagrama? Y ella respondió: - Porque tú nunca te has interesado por mis libros. Le comenté que no había hecho nada porque estimaba mucho a la editora de Cirse y que no me gustaba robar autores, pero que las puertas de Anagrama estaban abiertas para ella. Y ha funcionado muy bien con nosotros, la verdad, curiosamente más en Argentina que en España.
– Me da la sensación de que Paul Auster es un ser entrañable para ti, más allá de la relación editor-autor, ¿es así?
– Es así, efectivamente. Nos hemos visto muchísimas veces. Hace poco estuvimos en su casa de Brooklyn, nos preparó un filete muy sólido, muy bien hecho, con unas hierbas y tal. Tengo una relación espléndida con los dos. A veces vienen juntos a Barcelona y últimamente ella ha venido sola. Es una mujer muy inteligente y muy culta. En la relación entre ambos, él tiene una admiración intelectual por Siri muy notable y merecida. Tiene ensayos deslumbrantes sobre temas variados, arte, neurológicos…
– ¿A qué crees que se debe que dos autores tan placenteros como Haruki Murakami y Paul Auster sean tan ninguneados por cierta crítica literaria?
– Hay una vieja teoría comprobable en la práctica en torno a la existencia de ciertos críticos a quienes les gusta descubrir autores, pero que cuando esos autores se vuelven masivos dejan ya de interesarse por ellos.
SALAMANDRA, CHIRBES Y J.K.ROWLING
Con autores como Sándor Márai e Irène Némirovsky, sumado a la pelea que llevó a cabo y ganó por la novela de adultos de J.K.Rowling, Una vacante imprevista, la editorial Salamandra tiene algunos puntos estéticos en común con Salamandra.
La diferencia está dada por el gran corpus de autores en español que concentra la editorial de Herralde y por los premios de novela y ensayo que han servido de sostén a muchos escritores, entre ellos al famoso Roberto Bolaño, quien ganó en 1995 con Los detectives salvajes.
“Es verdad que coincidimos en gustos en lo que hace a cierta literatura extranjera, pero en otros no, como en ciertos título de género más sentimental que me horroriza como lector”, afirma Jorge Herralde.
“Tienen una paleta más amplia que la nuestra y lo han hecho con gran eficacia. Les está yendo muy bien y me alegra”, agrega.
– ¿La hubieras peleado a Rowling?
– No creo que la hubiera leído. No dudo de que su novela sea buena, pero prefiero leer a Emmanuel Carrere o a Paul Auster, para abreviar. No se puede leer todo y luego perfilar un catálogo es tarea complicada. Dicho esto con todo respeto por Salamandra, que tiene un proyecto muy válido, que no es el nuestro aunque es verdad que tenemos varias zonas de coincidencia.
– ¿Emmanuel Carrere con Limonov forma parte de eso que llamas el mejor año de la historia de Anagrama?
– Sí, también está Rafael Chirbes, un caso muy parecido a Sergio Pitol, de un hombre que viviendo sólo para la literatura, poco a poco y año tras año, fuera de cualquier circuito de poder, de cualquier promoción, ha ido escalando en el reconocimiento literario con 10 títulos excepcionales, entre ellos la novela profética sobre la burbuja inmobiliaria, Crematorio. Ahora acaba de publicar En la orilla, que lo ha convertido según la crítica en el mejor escritor español del momento. Luego, como buen aficionado al humor inglés, debo recomendar las dos novelitas de Alan Bennett, Dos historias nada decentes, que son deliciosas. Publicamos también En tiempos de luz menguante, del alemán Eugene Ruge, que México tiene un lugar importante. Y hay muchas cosas más…