CRÓNICA | La policía poblana vuelve a Chalchihuapan, ahora derribando puertas

19/10/2014 - 12:04 am
Álvaro García es Policía Municipal de Santa Clara, también fue detenido. Su esposa no pudo entregarle su ropa. Foto: Laura Cordero, SinEmbargo
Álvaro García es Policía Municipal de Santa Clara, también fue detenido. Su esposa no pudo entregarle su ropa. Foto: Laura Cordero, SinEmbargo

San Bernardino Chalchihuapan, Puebla 19 de octubre (SinEmbargo).– “Esto ya valió madre”, dijo uno de los policías ministeriales del estado de Puebla en la casa de Javier Montes Bautista, presidente auxiliar San Bernardino Chalchihuapan, cuando entraron a su casa y no lo hallaron. Era su principal objetivo. Sin embargo, no lo pudieron detener.

Se desconoce cuántos elementos uniformados arribaron en 13 camionetas, como a las 4:00 de la mañana, a la misma Junta Auxiliar en la que desalojaron una manifestación pacífica tres meses antes y dispararon con diversos artefactos y un menor perdió la vida. Pero en esta ocasión, detuvieron a cinco personas.

Araceli Bautista, madre de Javier, dijo que cuando arribaron a su casa,”obviamente estábamos durmiendo. Escuchamos un golpe muy fuerte. Me levanto y ya estaba llena la casa de hombres, calculo como 20 personas, en la cochera, en el local, arriba de la casa, en la recámara, llegaron corriendo. Yo les preguntaba ‘¿Qué pasa?, ¿qué quieren?’. Uno se me acercó y me dijo ‘cállate y no te muevas’, encañonándonos. ‘Ni te pares, ni te muevas’, me dijeron”.

Una persona que la acompañaba quería hablar por teléfono, sin embargo, fue amenazada. “Deja eso”, y también fue encañonada.

“Cheli”, como es conocida en la comunidad, dijo que los ministeriales corrían, azotaban todo, “hicieron lo que quisieron, pero muy, muy rápido. Fue todo muy rápido”.

“Rompieron la puerta, de un golpe la abrieron y se metieron. No les importó nada. Vieron que no estaba el presidente y uno de ellos dijo, ‘esto ya valió madre’, Gracias a Dios, en ese momento no estaba”.

Fueron siete casas las que catearon, sólo hallaron a cinco personas.

Fausto Montes García, un albañil de 31 años, estaba despierto cuando arribaron a su casa, su esposa, Petra, también estaba despierta. Se dedican a trenzar hilo cáñamo. Desde las 3:00 am estaban despiertos, trabajando. A las 4:00 “escuchamos un carro, rápido que se subió [al terreno], pero rápido y nomas parece que dio vuelta y se volvió a regresar y ya fue cuando vimos que se vino encima del entelado, el carro”.

Petra asegura que su esposo al asomarse por la ventana cercioró que era los hechos eran en su patio. “Es aquí, es aquí, son rateros, son rateros, pero ¿qué hacemos?”, dijo Fausto.

Atrancó la puerta con una carretilla, encima pusieron dos costales de maíz que tenían sin embargo, comenzaron a golpearla con un mazo.

“Le dije ‘vente’. Nos metimos corriendo al cuarto, yo llevaba a mi nena cargando y ya nos metimos, atravesamos el ropero para que detuviera la puerta”.

Atravesaron la puerta y les dijeron: “¡aquí están los hijos de su puta madre!, ¡aquí están!”. Los unformados comenzaron a golpear la puerta de un cuarto, vieron que no había nadie. Comenzaron a golpear la otra puerta hasta que se cayó. Fausto y Petra detenían el ropero hasta que cayó encima de los dos.

“Vieron a mi esposo, lo jalaron y él les dijo: ‘pero qué les hago, si no les hago nada, estamos con mi familia, ¿qué les hacemos?’. A ellos no les importó. Yo ya no pude salir porque me quedé atrapada en el ropero”.

Petra cuenta que a Fausto lo jalaron. “Otro me apuntaba con la pistola, me estaban apuntando y me dijo ‘cállate pendeja’ y me apuntaban cuando vi que lo sacaron y se lo llevaron arrastrando, dejó hasta un tenis ahí”.

“LO SACARON DESNUDO”

En la casa de Vicente Suárez también rompieron la puerta, incluso se quebraron los vidrios. También dormían. Su esposa, Mónica, vio que entraron con unas lamparillas. Todo estaba oscuro, sólo la luz del patio alumbraba la casa.

“Abrí el cuarto, luego se vienen y yo nada más oí que dijeron ‘policía, policía’, él se levantó, se quería poner su ropa y ya no le dieron permiso, que se lo jalan, yo me acuerdo que me senté en la cama y luego me aventaron, caí boca abajo. Sentí que un policía me estaba agarrando del brazo”.

“Les quise dar su ropa, porque lo sacaron desnudo, y se la di a los policías”.

Sin embargo, también entraron al cuarto de una de sus hijas de 19 años, quien estaba con su bebé y la mamá del detenido. Fueron encañonadas.

Mónica asegura que no se llevaron nada más de la casa “No robaron, yo no puedo decir mentiras, les digo la verdad”.

Otro de los detenidos, Álvaro Garcia de 32 años también se lo llevaron en ropa interior y sus tres hijos de 12, 10 y 4 años fueron testigos.

Él es policía de Santa Clara Ocoyuca, esa madrugada descansaba. Al escuchar el ruido en la puerta se levantó al igual que su hijo Antonio, el mayor, a quien empujaron y sintió una cachetada.

A su esposa Juliana también la empujaron al colchón cuando les iba a reclamar. Salió la mamá de Álvaro y a ella la encañonaron.

“Me dijo ‘pendeja’, hija de tu puta madre’ y me empujaron con la mano y con la pistola se iban echando para atrás y lo iban arrastrando, ahí está el rastro de los talones cuando lo iban arrastrando”.

“Es lo que más me duele. A mi hijo lo arrastraron como perro como si fuera un delincuente. Él se iba a levantar, iba a trabajar, él trabaja en Santa Clara, lo vinieron a encontrar y él estaba durmiendo”, dijo entre lágrimas.

Cuatro personas eran las que los encañonaron y dos más se llevaron a Álvaro. Arrastrándolo.

FLORENTINO

A Florentino nadie vio cuando se lo llevaron. Los policías ministeriales entraron al lugar equivocado, al cuarto de su mamá.

“Me espantaron. Yo estaba durmiendo cuando escuché que estaban dando patadas, casi a chingadazos abrieron. Viera usted ya como está, ya no se puede cerrar. Ya la descompusieron. Me levanté y dije, ‘¿qué cosa está pasando?’. Me paré y me dijeron arriba las manos, me apuntaron con la pistola en la cabeza”.

Recientemente falleció su esposo, por ello, uno de sus nietos se quedaba con ella.

“Mi niño lo abracé, y les dije ‘¿Qué cosa me van a hacer? Si yo no hago nada, pero mi niño lo vio todo”.

Erick, tiene 9 años y afirmó que hicieron mucho ruido los que entraron.

Su mamá dijo que nadie vio cuando se lo llevaron. “Bajamos todos corriendo y lo buscamos, y preguntamos por Florentino y ya no lo vimos, no vimos si se fue encuerado, en short, ya no estaba cuando lo buscamos”.

Casa de Florentino. Foto: Laura Cordero, SinEmbargo
Casa de Florentino. Foto: Laura Cordero, SinEmbargo

El quinto detenido fue Raúl de 36 años. En su casa viven varios familiares, entre ellos, 11 menores de edad. Al menos 10 uniformados cortaron la cadena que tenía la puerta principal. Dentro de la casa, rompieron las puertas con vidrios de cuatro cuartos, uno de ellos el del detenido.

La casa es de dos pisos, el cuarto de Raúl donde dormía junto con su esposa, sus tres niñas y su bebé de tres meses, se encuentra en la parte alta. Los Policias, con un mazo, rompieron los vidrios de su puerta, éstos brincaron hasta la cama donde se encontraban sus cuatro hijos e incluso una de las menores tuvo dos lesiones, una en su mano y otra más en su pie.

Le preguntaron su nombre, él no respondió y se lo llevaron cargando. Su esposa intentó agarrarlo pero la empujaron, al igual que las niñas que también lo agarraron de la pierna.

Se lo llevaron en una camioneta y un familiar fue en un carro detrás de ellos, sin embargo, fue interceptado por los mismos policías y lo obligaron a apagar el vehículo.

San Bernardino Chalchihuapan tiene miedo, pues corre el rumor de que hay más de 37 órdenes de aprehensión. Se desconocen los motivos de éstas órdenes. Al menos tres de los hoy detenidos no participaron en los hechos del 9 de julio. Sin embargo, ahora pasan las siguientes noches en el Centro de Reinserción Social de San Miguel.

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