Berlín, 18 ago (dpa) – Durante años los lingüistas han sostenido que el vasco es una lengua aislada sin influencia alguna de sus vecinos. Ahora, un lingüista de la Universidad alemana de Bamberg lo pone en duda tras descubrir influencias del gascón en la lengua del País Vasco (España).
Martin Haase, catedrático de lingüística románica, ha revolucionado la lingüística tras descubrir que el gascón, un conjunto de dialectos románicos que se hablan en Gascuña, tuvo cierta influencia en el vasco, informó hoy la Universidad de Bamberg.
“Normalmente los científicos alegaron que la protegida situación geográfica del País Vasco propició el aislamiento del vasco”, escribieron en el comunicado.
“Por otro lado existe consenso sobre que el vasco repercutió en otras lenguas más allá de las fronteras de la región y que a través de ese contacto se originó junto con el románico el gascón”, explicaron recordando el gran número de vascos originarios del sur de los Pirineos que emigraron a la histórica provincia de Gascuña, en el suroeste de Francia, difundiendo su idioma.
También la Academia Vasca ve el vasco como una lengua aislada, que influyó a otras, pero sin dejarse influir por ellas.
Sin embargo, Haase descubrió lo contrario durante un viaje de investigación a Gascuña: el gascón influyó en el vasco, no al revés. Un ejemplo de ello es la entonación en la segunda sílaba de una palabra en el País Vasco, que según Haase, sólo se puede explicar en conexión con el gascón.
Ya a finales de 1980, el lingüista descubrió en su tesis doctoral que el gascón funciona como una esclusa, que introduce palabras francesas en el territorio vasco.
Posteriormente, en el verano de 2013, Haase estableció en un dictamen que la palabra “arrega” y “arraga”, usadas en el noreste del País Vasco y la correspondiente palabra alemana “Erdbeere” son palabras gasconas y no “antiguas palabras vascas”.
De acuerdo a Haase, la palabra latina para fresa, “fraxa”, es el origen para las dos acuñaciones. En el País Vasco la palabra se modificó en “ahraga”, ya que la población no pronunciaba la “f”, hasta convertirse en la actual “arrega” y “arraga”.
Haase informó de sus descubrimientos a la Academia Vasca. Los resultados de su investigación serán presentados en el Congreso Internacional de Lingüística Romana y Filología en Nancy.