Con un extraordinario sentido armónico, de gran voz, con una sorprendente calidad interpretativa y considerada una de las más importantes e influyentes cantantes de jazz, así es recordada Billie Holiday a 53 años de su muerte.
Eleanora Fagan Gough, nació el 7 de abril de 1915 en Baltimore, Maryland. De origen humilde, tuvo que dejar la escuela desde temprana edad.
A los 10 años sufrió una violación. Dos años después se mudó a Harlem donde fue arrestada por prostitución. Tras el abandono de su padre, ayudó a su madre en su empleo como trabajadora doméstica, uno de los trabajos las llevó a un burdel, donde la adolescente escuchó a quienes se convertirían en sus ídolos del blues y el jazz.
En esta época su madre la apodó “Billie”, en honor a la actriz de cine mudo Billie Dove a quien admiraba.
Alrededor de 1932 fue descubierta por el productor John Hammond en un club, tiempo después el ejecutivo logró que la joven grabara con Benny Goodman su primer disco “Your Mother’s Son-In-Law”. Así comenzó la carrera de Billie, quien en sus comienzos era llamada “Lady”, poco después el saxofonista Lester Young le agregó “Day”, a partir de entonces se le nombró “Lady Day”.
Al lado de los más importantes músicos de ese tiempo, Holiday grabó lo mejor de su repertorio musical entre 1935 y 1942.
Para 1938, Billie ya era toda una estrella. En 1939 cantó durante meses en el Greenwich Village Club Café Society, donde dio a conocer uno de sus más grandes temas: “Strange Fruit”. El tema fue considerado como la mejor canción del Siglo XX, por la revista Time en 1999.
A pesar de su talento, su declive inició en la década de los 40`s. En 1941 de casó con Jimmy Monroe, cuando se separaron, ella ya era adicta al opio y la heroína. Se dice que a partir de entonces, todo lo que ganaba lo gastaba en sus adicciones. Pese a su agitado ritmo de vida, la disquera Decca inició con la cantante una serie de grabaciones históricas que dejaron como legado los temas “Lover Man”, “Porgy”, “Now or Never” y el dueto con Louis Armstrong, “My Sweet Hunk of Trash”.
En 1945 se volvió a casar con el trompetista Joe Guy con quien organizó una orquesta, pero perdieron mucho dinero, lo que sumió a Billie en una fuerte depresión, se volvió más dependiente al alcohol y las drogas. Tras ser arrestada en 1947, decidió ingresar a un centro de rehabilitación, al salir abarrotó el Carnegie Hall, pero su voz ya no era la misma.
En esa década también, aceptó un papel como sirvienta en la película “New Orleáns”.
En 1952 firmó un contrato con Norman Gantz, con quien grabó durante cinco años; sin embargo, su voz estaba muy deteriorada. En 1954 realizó una presentación en Europa, pero la prensa afirmó que el público había asistido sólo por lástima. En su autobiografía, Lady Sings the Blues, la imagen en decadencia se reafirmó.
Luego de que su tercer matrimonio tampoco funcionara, recayó en la adicción a la heroína. Para 1959 la mujer que fue considerada una diva del jazz vivía con su perro, estaba enferma del corazón y el hígado. Tenía 70 centavos en su cuenta bancaria. El 31 de mayo de ese año, fue internada en el Hospital Metropolitano de Harlem. Se dice que aún convaleciente consiguió heroína en el nosocomio.
Murió el 17 de julio de 1959 a los 44 años.
-Con información de La Mosca