Ciudad de México 17 de mayo (SinEmbargo).– Vivir al margen del mundo virtual es inconcebible, no sólo por motivos personales. En la actualidad, gran parte de la información que se comparte en el mundo entero pasa por la red de redes para llegar de una persona a otra. La velocidad y la cantidad de información es tal que resulta de vital importancia no sólo mantener esta tendencia sino mejorarla.
El Día de Internet es una celebración que se lleva a cabo anualmente, cada 17 de mayo, y gira alrededor de las ventajas de la masificación en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y el internet para reducir la brecha digital, fomentando el desarrollo económico y social, y la mejora de servicios de educación, salud y seguridad.
La Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información solicitó en noviembre de 2005 a la Asamblea General de las Naciones Unidas que declarara el 17 de mayo como el Día Mundial de la Sociedad de la Información para promover la importancia de las TIC y diversos asuntos relacionados, quedando instituido esta fecha.
Por su parte, un año después, la Conferencia de Plenipotenciarios de la UIT (Unión Internacional de Telecomunicaciones) decidió que el 17 de mayo se celebrarán dos eventos: el Día Mundial de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información que se resumen como el día de la red de redes.
"Este año el tema es 'La Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible', por considerar a la infraestructura y penetración de la banda ancha como motores de innovación, desarrollo, investigación y acceso universal para la conectividad global y el aprovechamiento y uso de Internet y de las TIC", dio a conocer el sitio web.
Existe incluso una Comisión de la Banda Ancha de las Naciones Unidas, que considera que “la banda ancha puede cerrar la brecha de desarrollo mundial”, con base en su último comunicado de prensa.
LA NEUTRALIDAD DE LA RED
En este contexto, diversos países alrededor del mundo discuten la libertad de la Red y sus alcances.
El concepto de neutralidad en la red se refiere a que los proveedores de servicio de Internet y los gobiernos deberían tratar a todo el tráfico de Internet de la misma manera. Es decir, que los proveedores no deberían bloquear o ralentizar el tráfico en sus redes locales según los usuarios, el tipo de tráfico o el servicio que está enviando el contenido.
La idea, básicamente, es que los consumidores puedan acceder a cualquier tipo de contenido legal, y que los proveedores no interfieran en este servicio. Los defensores de la neutralidad en la red mantienen que los proveedores de banda ancha podrían querer bloquear el tráfico para su propio beneficio. Por ello, pueden ser necesarias normas que aseguren que esto no ocurra.
Ayer, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, en inglés) de Estados Unidos dio luz verde a una polémica propuesta que acerca la posibilidad de regular Internet y cobrar por un acceso a la red prioritario y de más velocidad.
La propuesta fue respaldada por tres votos a favor y dos en contra, con el apoyo de los demócratas de la comisión y el rechazo de los republicanos, que se oponen a cualquier regulación de la red.
Con esta decisión se podría redefinir el llamado principio de "neutralidad en la red", que busca garantizar el acceso a internet de todos los proveedores de contenido, sin ofrecer canales prioritarios.
Esto ha levantado las protestas de los grandes proveedores de contenidos como Youtube, Netflix o Facebook, entre otros, que consideran que supone conceder un privilegio a los compañías de telecomunicaciones que controlan el acceso a internet como Verizon o Comcast para imponer una tarifa para aquellas que quieran un canal rápido y sin fallas.
También las organizaciones de consumidores y de activismo civil han expresado su temor a que estos costes adicionales de acceso prioritario sean finalmente trasladadas al consumidor final, que verá encarecer el precio de su navegación por Internet.
"(La norma) será un desastre para las empresas emergentes y los usuarios cotidianos que no pueden permitirse estos peajes innecesarios. Estos usuarios serán empujados hacia las carreteras sucias de internet, mientras que las compañías de grandes recursos disfrutarán los beneficios de estas nuevas vías de alta velocidad", afirmó Craig Aaron, presidente del grupo Free Press, en un comunicado.
Hace un mes, un centenar de compañías de Internet, entre ellas Google, Yahoo y Microsoft, firmaron una carta en la que expresaban su oposición a la propuesta de la FCC por considerar que crearía desventajas y dañaría la competencia.
A su vez, Brasil y México encabezan la discusión sobre la gobernanza de la Red en Latinoamrica. Sin embargo sus caminos van en sentidos opuestos. En México, la discusión de las leyes secundarias a la Reforma en Telecomunicaciones propuestas por el actual Presidente Enrique Peña Nieto provocó la movilización de los ciudadanos en las calles porque –consideran– violenta los derechos humanos y marca un retroceso a la libertad de expresión. En cambio, el gobierno de Brasil, encabezado por Dilma Rousseff, puso el ejemplo con la aprobación del Marco Civil de Internet, una especie de Constitución de la Red que amplía las libertades y la cobertura en el uso de la Red y las protege como un derecho humano. Con esto, Rousseff se ha convertido en la líder de un movimiento internacional para regular Internet formado por países del espacio del Mercosur, la Unasur, el Brics, la Celac y algunos países africanos.
EL RETRASO DE MÉXICO
Pero lo cierto es que en México hay cuestiones más urgentes que solucionar en lo que se refiere a conectividad, incluso a pesar de los datos de Amipci.
De acuerdo con la asociación nacional que rige la red, 2013 cerró con un crecimiento de 13 por ciento en el número de internautas registrados, comparado con el año anterior a este, al alcanzarse los 51.2 millones de usuarios de este servicio.
Sin embargo, lo cierto es que, a pesar de lo deslumbrante que pueda resultar la cantidad mostrada, cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) detallan que sólo tres de cada 10 hogares tienen acceso a Internet. Esto significa que sólo alrededor de 9.5 millones de casas habitación en toda la República tienen acceso a este servicio.
Esta cifra no sólo resulta por debajo de lo esperado a nivel local, también coloca a México como uno de los países miembros de la la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con menor promedio de porcentaje de hogares con acceso a internet, con 71.6 por ciento en 2011 compartiendo honores con Turquía y Chile.
No obstante, este no es el único problema, ya que quienes tienen acceso a la red en México también tienen que enfrentarse a una mala calidad del servicio. Es así que de una entrevista realizada vía internet a 23 mil usuarios en diferentes países, los mexicanos consultados afirmaron que están inconformes con la velocidad del servicio ya que afecta la calidad de las transmisiones en la red, dio a conocer un estudio de la consultoría Accenture.
La denominada Encuesta del Consumidor Digital 2014 dejó ver que el 77 por ciento de los enctrevistados consideró que la velocidad de Internet casera no es lo suficientemente rápida para cuestiones como ver películas, videos y programas de televisión sin interrupciones.
Asimismo, la encuesta también reveló que en el país la conexión a la red más empleada para disfrutar de contenido multimedia es la banda ancha, con 54 por ciento de los casos; mientras que el 22 por ciento utiliza la fibra óptica y sólo el 17 por ciento, el internet móvil.
Este año la Amipci celebró el “Día de Internet 2014” con el apoyo y la colaboración de entidades de gobierno, expertos nacionales e internacionales del entorno digital, ejecutivos del sector público y privado, académicos e investigadores, panelistas y asistentes interesados en el análisis de los principales temas alrededor de la Estrategia Digital Nacional.
La Cancillería sirvió de foro para examinar temas como Transformación gubernamental, Economía digital, Educación de calidad, Salud universal y efectiva, y Seguridad ciudadana, según dio a conocer el sitio web de Amipici. Temas que sin duda pretenden abarcar todos los rubros de la vida diaria del mexicano, pero que mientras no exista una cobertura total en toda la nación sólo beneficiarán a unos pocos.