Trump tomó la decisión de disolver dos consejos de asesoría económica de la Casa Blanca, formados por líderes empresariales, después de que siete de ellos renunciaran por su tibia reacción a los sucesos de Charlottesville, donde un neonazi fue detenido por matar este sábado a una mujer al arrollar con su vehículo a un grupo de manifestantes antifascistas que protestaban contra la marcha de supremacistas.
Aunque los consejos de asesores son órganos externos que generalmente desempeñan un papel meramente simbólico, la disolución de los dos principales foros empresariales que daban recomendaciones a Trump supone un golpe para un presidente que ha prometido reactivar la economía y beneficiar a las compañías de EU.
Washington, 16 de agosto (SinEmbargo/AP/EFE) — El Presidente Donald Trump disolvió este miércoles dos importantes consejos conformados por directivos de empresas en medio de las críticas a sus declaraciones sobre los sucesos violentos en Charlottesville.
Trump tuiteó que “antes que presionar a los empresarios del Consejo de la Manufactura y el Foro de Estrategia y Política los disuelvo a ambos. ¡Gracias a todos!”.
La decisión se conoció tras la renuncia de la directora general de la marca de sopas Campbell, que se sumó a la salida de otros seis directivos.
Denise Morrison dijo en un comunicado de Campbell el miércoles que “el racismo y el homicidio son inequívocamente dignos de rechazo y no son el equivalente moral de cualquier otra cosa que haya sucedido en Charlottesville. Pienso que el presidente debió –y aún debe– pronunciarse de manera inequívoca sobre este asunto”.
El martes, Trump insinuó que los supremacistas blancos y los que se manifestaban contra ellos eran igualmente culpables de los hechos de violencia que se produjeron durante el fin de semana en Charlottesville, Virginia, que dejaron una mujer muerta.
Morrison dijo que fueron esas declaraciones las que motivaron su renuncia al consejo asesor presidencial.
Líderes empresariales de compañías tan conocidas como Intel, Merck o Under Armour siguieron los mismos pasos en los últimos días.
Este martes, Trump vinculó la salida del Consejo de estos directivos a las presiones de su Gobierno para que fabriquen sus productos en Estados Unidos y restó importancia a las dimisiones.
"Por cada director general que deja el Consejo de Fabricantes, tengo muchos para ocupar su lugar. Los fanfarrones no debían continuar. ¡Empleos!", espetó el mandatario en Twitter.
También el martes, Trump volvió a causar polémica al responsabilizar de la violencia del pasado fin de semana en Charlottesville tanto a grupos neonazis y supremacistas como a los manifestantes de izquierda que les hicieron frente.
"Hubo un grupo de un lado que fue malo y hubo un grupo del otro lado que también fue muy violento", dijo Trump durante una conferencia de prensa en Nueva York.
El Presidente calificó de "horrible" lo sucedido en Charlottesville, pero insistió en que no todos los que acudieron a la protesta eran neonazis o supremacistas blancos.
El mandatario sorprendió con esas declaraciones porque justo el día anterior había condenado al Ku Klux Klan (KKK), los neonazis, los supremacistas blancos "y otros grupos de odio", 48 horas después de que un joven blanco arrollara a un grupo de manifestantes antifascistas el sábado en Charlottesville.
Trump hizo esta condena después de dos días en los que recibió múltiples críticas, incluso desde su partido, por haber condenado el sábado "el odio y el fanatismo" por "múltiples partes", sin señalar a los supremacistas que convocaron la marcha en Charlottesville.
Un neonazi fue detenido y acusado de asesinato por matar el pasado sábado a una mujer al arrollar con su vehículo a un grupo de manifestantes antifascistas que protestaban contra la marcha de supremacistas en Charlottesville.
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La tragedia de Charlottesville exhibe a Donald Trump comiendo del plato del KKK y los neonazis
Aunque los consejos de asesores son órganos externos que generalmente desempeñan un papel meramente simbólico, la disolución de los dos principales foros empresariales que daban recomendaciones a Trump supone un golpe para un presidente que ha prometido reactivar la economía y beneficiar a las compañías de EU.
En ese consejo quedaban aún una quincena de integrantes, incluidos representantes de gigantes estadounidenses como Boeing, General Electric, Dow Chemical, Lockheed Martin y Johnson & Johnson.
Trump evitó hoy hacer más comentarios sobre la violencia del sábado en Charlottesville, y solamente destacó el servicio religioso que hoy se celebró en memoria de Heather Heyer, la joven que murió atropellada por un neonazi.
"Hoy hay un servicio en memoria de la preciosa e increíble Heather Heyer, una joven verdaderamente especial. ¡Será recordada durante mucho tiempo por todos!", escribió Trump en Twitter.
Durante el servicio religioso en Charlottesville, la madre de la víctima, Susan Bro, dijo que al acabar con la vida de su hija los neonazis "trataron de que callara", pero con su muerte "solo la han magnificado".
Mientras los demócratas criticaban a Trump por el impulso que dio a los supremacistas blancos con sus comentarios del martes, en los que atribuyó la misma culpa a los neonazis que a quienes protestaban contra ellos, aumentaron también las reacciones entre los líderes del partido del mandatario.
Los dos ex presidentes republicanos de EU que siguen vivos, George H. W. Bush (1989-1993) y George W. Bush (2001-2009), emitieron un comunicado en el que llamaban a "rechazar la intolerancia racial, el antisemitismo y el odio en todas sus formas", aunque no mencionaron a los supremacistas blancos.
Varios legisladores republicanos criticaron este martes las declaraciones de Trump, entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y los senadores John McCain y Marco Rubio.
A ellos se sumó hoy el líder republicano del Senado de EU, Mitch McConnell, quien en las últimas semanas se ha distanciado de Trump y que tardó más de 17 horas en reaccionar a sus declaraciones del martes.
"No podemos tener ninguna tolerancia con una ideología de odio racial. No hay neonazis buenos, y aquellos que comparten sus ideas no apoyan los ideales y libertades estadounidenses", dijo McConnell en referencia a la afirmación de Trump de que entre quienes acudieron a la marcha en Charlottesville había "gente buena".
Más duro fue el senador republicano Lindsey Graham, quien advirtió a Trump de que sus palabras "están dividiendo a los estadounidenses", y rechazó que haya una "equivalencia moral" entre los supremacistas blancos y los contramanifestantes.
Las críticas se han colado incluso en la Casa Blanca: el diario The New York Times informó hoy de que uno de los principales asesores del mandatario, el director del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, que es judío, está "profundamente molesto" y "disgustado" por el tema, aunque no planea abandonar su cargo.