Por Lourdes Chávez, especial para SinEmbargo
Ciudad de México, 16 de enero (SinEmbargo/ El Sur).– El primer día de la búsqueda ciudadana de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en esta ciudad comenzó ayer en dos modalidades: una en esta cabecera municipal y otra en grupos reducidos en las zonas rurales de Taxco y de Tepecoacuilco.
Aunque se convocó abiertamente a la ciudadanía a participar en la búsqueda independiente del Estado, el abogado del Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan, Vidulfo Rosales Sierra informó que después del recorrido de ayer iban a informar los pormenores a la prensa, para evitar riesgos durante el reconocimiento del terreno.
Añadió que después de la exploración, si encontraban lugares de interés, llevarían a los reporteros, pero “en el arranque de actividades pedimos comprensión, para hacer reconocimiento del terreno”.
Subrayó que no iban a descartar ninguna información de la que les ha llegado por distintos medios en casi cuatro meses de la detención de los estudiantes por policías municipales de Iguala y Cocula en esta ciudad.
Confió en que los vecinos en las colonias y en la comunidades podrían dar más y mejor información sin la presencia de gente externa a los familiares.
Ante la presión de los comunicadores se les permitió seguir a una de las brigadas a distancia. El grupo de familiares de los desaparecidos que fue a Tetelilla, municipio de Tepecoacuilco, a una hora aproximadamente de Iguala en automóvil y 30 minutos de camino de terracería desde Mayanalán, municipio de Tepecoacuilco.
Hace casi dos meses padres y estudiantes de la Normal Rural estuvieron en Mayanalán resguardados por policías ciudadanos de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) en seguimiento a una pista del paradero de los normalistas, pero no pudieron entrar a los autobuses del servicio público.
En esta nueva jornada de búsqueda no participa este sistema de seguridad y justicia por las diferencias que tiene con la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitaria (CRAC), particularmente con la Casa de Justicia matriz de San Luis Acatlán que coordina la operación. De esa organización fue expulsado el líder de la UPOEG, Bruno Plácido Valerio, a pesar de que es fundador de la misma.
En Mayanalán se supo que un grupo más reducido de familiares se movió con discreción a los pueblos vecinos a hablar con las autoridades comunitarias, les informaron que iban a subir a hacer recorridos en los pueblos y en los cerros para buscar a los estudiantes.
JOVEN QUE IRRUMPIÓ NOBEL TAMBIÉN LOS BUSCA
El joven de 21 años que protestó en apoyo a Ayotzinapa en la entrega del premio Nobel a Malala Yousafzai, en Oslo, Noruega, Adán Cortés Salas se sumó ayer a la brigada de búsqueda, en colonias periféricas de Iguala, de los 43 normalistas detenidos-desaparecidos por policías la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre.
El activista de la ciudad de México consideró que la convocatoria ciudadana de los padres de los estudiantes desaparecidos para buscar a sus hijos es la única alternativa que les deja el gobierno ante la falta de respuestas concretas sobre su paradero con vida.
Subrayó que los ciudadanos, distinto al gobierno, no se van a cansar de exigir resultados y justicia, “espero encontrar a mis hermanos mexicanos con vida, y espero que más mexicanos nos sigamos sumando, que no se olvide ni lo dejemos pasar (el ataque de policías y sicarios a estudiantes), como un acto aislado que no nos afecta, y no me pasa nada”.
Añadió que técnicamente nada lo liga a los estudiantes de la Normal, hijos de campesinos, uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, atacados y desaparecidos por policías, pero “me dio mucho coraje y espero que más personas hagan conciencia y participen en este movimiento hasta encontrar justicia y respuestas”.
Delgado, de mediana estatura y rostro espigado como de un adolescente, recordó que hace un mes fue deportado de Noruega por irrumpir con una bandera manchada de rojo (como sangre) y pedir en el acto solemne a la joven hindú galardonada un pronunciamiento por Ayotzinapa.
A un mes de distancia reconoció que fue una locura intervenir, “cambió mi vida por completo, pero para bien, porque me estoy sensibilizando de una parte que yo no conocía de la sociedad mexicana, y pues no sé, por siempre seré el loco que se atravesó, pero me gusta saber de esta parte de México y saber que hay cosas que puedo hacer, me gustaría seguir trabajando por la sociedad toda mi vida”.
Del movimiento en torno a los padres de los 43 desaparecidos y a la Normal de Ayotzinapa confió en que la unión que motivó esta causa en el país se sostenga, “que dejemos de pensar en lo individual, que los capitalinos nos interesemos en los temas rurales y nos organicemos para apoyar a la gente más humilde”.
Dijo que ayer se metió a las colonias marginadas de Iguala y pudo ver a diez niños viviendo en una chocita de cuatro metros, “y me pregunto cómo puede existir tanta desigualdad, espero que podamos unirnos más”.
En cuanto a las instituciones del Estado pidió que se den cuenta que la sociedad se unió ante el hartazgo, “estamos unidos y hasta la chingada de que no haya resultados, de que nos traten como trapos”.
Demandó que los funcionarios deben entender que deben servir a la población, no reprimirla, gobernar para las mayorías, no para esas minorías a las que sirven.