Ls especialistas confirmaron que la carencia de la mano no se debía a una malformación, sino que fue resultado de una amputación necesaria.
Ciudad de México, 15 abril (RT/SinEmbargo).- En el norte de Italia fue hallado el esqueleto de un hombre medieval manco que resulta enigmático hasta para los antropólogos. La osamenta deja ver que la mano le había sido amputada en vida, pero lo inusual es que en su tumba había también una hoja corta, parecida a un cuchillo, que pudo haberle servido como prótesis, informa Science Alerte, que a su vez refiere al Journal of Antropological Sciences. La tumba data del siglo VIII y la edad de hombre, al morir, era de entre 40 y 50 años. Hasta el momento se supone que se trataba de un guerrero, como lo era por entonces todo el pueblo de los lombardos, al que pertenecía.
En un primer análisis del esqueleto, los especialistas confirmaron que la carencia de la mano no se debía a una malformación, sino que fue resultado de una amputación necesaria tras haber sufrido un traumatismo severo. Ciertas callosidades encontradas en el hueso del muñón son típicas de todo aquel que ha usado una prótesis durante largo tiempo. Además, en los huesos del hombro se hallaron erosiones también características en la persona que debe mantener una postura poco natural debido a una extremidad apuntada.
En adición, los daños que el personaje tenía en su dentadura permiten presuponer que utilizaba sus dientes no sólo para masticar, sino para sujetar con fuerza algunas cosas. Eso, a su vez, lleva a pensar que podría tratarse del correaje que sujetaba una prótesis a su brazo. Y todo lo anterior se complementa con restos de piel hallados en la cuchilla-prótesis que se encontró en su tumba.
Lo que resulta misterioso es el uso que pudo darle a ese cuchillo que se encontró encima del esqueleto. Los estudiosos piensan que pudo servirle como arma secundaria en las batallas, en caso de que fuese un guerrero, pero admiten que quizá el lombardo solo haya sido un carnicero. En todo caso, lo más curioso de todo este caso es que el hombre sobreviviera a una amputación en una época en que no había antibióticos y pululaban las infecciones.