Herbert William Barrientos fue detenido en calles de Valle de Chalco, Estado de México. Al no acreditar la legalidad de su estancia, lo deportaron a El Salvador. En el país centroamericano lo detuvieron, acusado de homicidio agravado, tenencia, portación o conducción ilegal de armas de fuego, y por organizaciones terroristas.
“Sharki”, como también se le conoce, es miembro activo de la Clica 503 de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13). Además, fundó de la estructura San Coco Locos Salvatruchos de la MS-13 en Sonsonate. En México se dedicaba al comercio de autos usados.
San Salvador (AP) — La policía internacional capturó el sábado a uno de los 100 pandilleros salvadoreños más buscados por su país, que huyendo de la justicia se fue a vivir a México, donde fue detenido.
El comisionado Howard Cotto, director de la Policía Nacional Civil, informó en conferencia de prensa que agentes de la Interpol destacados en el aeropuerto Internacional “Monseñor Romero” detuvieron a Herbert William Barrientos, alias “Sharki, Tiburón de San Coco, Scualo y Tigre” de 41 años, cuando llegó al país procedente de México.
Según la policía salvadoreña, Barrientos es miembro activo del grupo conocido como la Clica 503 de la pandilla Mara Salvatrucha (MS-13), y acumula cuatro órdenes de captura por los delitos de homicidio agravado, tenencia, portación o conducción ilegal de armas de fuego, y dos órdenes más por organizaciones terroristas, por lo que fue incluido en la lista de los 100 criminales más buscados en El Salvador.
Al pandillero también ha sido identificado como autor intelectual del asesinato de ocho personas en el municipio de Acajutla, departamento de Sonsonate al oeste del país, registrado en noviembre de 2014.
Barrientos, fundador de la estructura San Coco Locos Salvatruchos de la MS-13 en Sonsonate, fue localizado el jueves en el Valle de Chalco, Estado de México, donde supuestamente se dedicaba al comercio de autos usados.
En El Salvador, las pandillas establecidas en barrios y comunidades populosas están integradas por más de 67,000 jóvenes y adultos. Sus principales cabecillas están en una cárcel de máxima seguridad y según las autoridades, están involucrados en la mayoría de los crímenes que se cometen en el país.