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Adela Navarro Bello

14/02/2018 - 12:00 am

La corrupción del narco, gobiernos, bancos, deportistas…

La aprehensión días después del ex pelotero de grandes ligas Esteban Loaiza en San Diego, tampoco fue una coincidencia. El departamento del sheriff de San Diego y la policía fronteriza realizaban una investigación desde hace algún tiempo.

"La realidad es que el narcotráfico con la impunidad que goza, todo lo corrompe". Foto: Koen Van Weel, EFE

Unos días antes que oficiales del departamento del sheriff de San Diego detuvieran al beisbolista tijuanense Esteban Loiza por la posesión de 20 kilogramos de cocaína para su traslado y venta, a poco más de 180 kilómetros de distancia también en California, Estados Unidos pero en la ciudad de Calexico, el Rabobank, una institución bancaria de origen holandés fue cerrada por el departamento de justicia de aquel país.

Una investigación iniciada en el departamento del tesoro de la Unión Americana durante más de cinco años, dio cuenta de cómo en la sucursal bancaria de Rabobank en el poblado de apenas 40 mil 232 habitantes, se hacían transacciones por cientos de millones de dólares.

Calexico hace frontera con Mexicali, Baja California, y en ambas ciudades la economía se nutre de la agroindustria, aun con la prosperidad de los campos, los investigadores del departamento del tesoro no pudieron justificar con la documentación disponible por parte del banco, el incremento de 39 por ciento en la apertura de cuentas, y depósitos que en su conjunto superaron los 150 millones de dólares en la pequeña sucursal.

La investigación los llevó a atestiguar como todos los días Rabobank Calexico requería de camiones de valores para trasladar el efectivo que en esa sucursal era depositado de manera sistemática; además, que había por lo menos unas mil cuentas de usuarios cuyos nombres estaban inscritos en una lista reservada con la indicación de “cuentas no revisables”, lo que significaba que en caso de emitirse una alerta debido al monto de lo depositado o el manejo del efectivo, esta no sería atendida.

Después de presiones gubernamentales, el banco holandés en Calexico se declaró culpable de obstrucción de la justicia durante cinco años, de 2009 a 2013, durante los cuáles recibieron en depósitos por 370 millones de dólares que, sería comprobado más adelante, provenían del narcotráfico, del crimen organizado y del lavado de dinero. La multa interpuesta por el departamento de justicia y del tesoro contra la institución bancaria fue precisamente de 370 millones de dólares.

La aprehensión días después del ex pelotero de grandes ligas Esteban Loaiza en San Diego, tampoco fue una coincidencia. El departamento del sheriff de San Diego y la policía fronteriza realizaban una investigación desde hace algún tiempo.

Particularmente sobre vehículos que eran utilizados para cruzar droga de Tijuana a San Ysidro vía la garita internacional en esta última ciudad. Uno de esos automóviles era utilizado por el ex beisbolista.

Al igual que con Rabobank o en su momento HSBC en México, cualquiera podría pensar que Esteban Loiza no tenía la necesidad de introducirse al narcotráfico cuando en su brillante carrera de trece años como pelotero de las grandes ligas había logrado cobrar más de 43 millones de dólares, además de recibir una pensión anual de 100 mil dólares por parte de la liga mayorista de béisbol de los Estados Unidos. Aun los detalles por conocerse en la audiencia que le fue fijada para el miércoles 14 de febrero en San Diego, California, es evidente que “tener” dinero, influencias, poder, no impide que se hagan relaciones criminales.

En México desafortunadamente sobran los ejemplos, recordará el caso de HSBC cuando en 2012 fue multado con mil 900 millones de dólares cuando se comprobó que realizaron operaciones en nuestro país, en Irán, Siria y Arabia Saudita para el lavado de dinero. Hace no muchos meses las cuentas bancarias y los activos del seleccionado nacional Rafael Márquez y el cantante de banda Julión Álvarez, fueron congelados luego que, también el departamento del tesoro de los Estados Unidos, los relacionara con el narcotráfico en operaciones de lavado de dinero.

Qué decir de los ex gobernadores, Mario Villanueva Madrid, ex mandatario de Quintana Roo, fue aprehendido en México por narcotráfico y posteriormente extraditado a los Estados Unidos por los mismos delitos. Tomás Yarrington, el ex Gobernador de Tamaulipas fue detenido en Italia el año pasado, acusado de delitos contra la salud, delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, en la Unión Americana además lo buscan para juzgarlo por trasiego de droga. Otro ex Gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores es señalado por operaciones con recursos de procedencia ilícita, y de peculado, y en Estados Unidos lo acusan de lavar dinero.

Oficiales de los Estados Unidos que están cerca del caso de Esteban Loaiza no se explican el proceder del pelotero, que –a excepción de cuando estuvo casado con la angelina Jenny Rivera- mantuvo una vida discreta y se movía en la sociedad tijuanense con más sencillez que glamour. Aun cuando se desconoce al cien por ciento la situación financiera de quien fue millonario pelotero de grandes ligas, y el costo de los 20 kilos de cocaína en el mercado de las drogas es de 500 mil dólares, creen que lo sucedido a Loiza se debió más a la “adrenalina que a la necesidad económica”, o a las malas relaciones, a la compañía de impunes narcotraficantes mexicanos.

La realidad es que el narcotráfico con la impunidad que goza, todo lo corrompe. Empezando por las policías de aproximación, siguiendo por las de investigación, las que procuran justicia, y de ahí para arriba, hasta alcanzar a los gobernadores y hasta los juzgadores, pasando por los sectores productivos.

Porque a los narcotraficantes empresarios les venden sus casas, sus carros, trabajadores les construyen sus narcotúneles, empleados cuidan y asean sus casas, maestros les dan clases a sus hijos, sacerdotes se los bautizan, bancos les guardan su dinero y muchas instituciones financieras pequeñas les hacen sus envíos de dinero. Un pequeño banco de Tijuana, transfería entre 2007 y 2010, 300 mil pesos diarios tan solo para una célula del cártel de Sinaloa en esta tierra.

De acuerdo a estudios de la oficina de las Naciones Unidos sobre crimen y drogas, en 2017 el narcotráfico internacional movió en distintas transacciones 870 mil millones de dólares. En los Estados Unidos, donde tienen como destino final la mayor parte de actos de corrupción del narcotráfico en México, el ilícito negocio corresponde, hasta 2013, al manejo de unos 34 billones de dólares al año, mientras que en 2017 en la Unión Europea el ilícito negoció fue valuado en 24.3 billones de dólares, de los cuales, indica el estudio de la ONU, el 70 por ciento corresponden a transacciones de lavado de dinero.

Tal como ha sucedido en México, el análisis de las Naciones Unidas, determina que los negocios más utilizados por los narcotraficantes y criminales organizados para blanquear su dinero son aquellos que utilizan el efectivo, negocios de poca inversión tecnológica y labores sencillas, los sectores involucrados con la administración pública y los subsidios, las compañías inmobiliarias, sectores de nula o muy poca regulación oficial como el energético y el de las apuestas. Además que el lavado de dinero ocurre con transferencias financieras, compra de bienes, inversiones inmobiliarias, inversiones en negocios de alto manejo de efectivo como restaurantes, casinos, producción de espectáculos, estaciones de gasolina, y la adquisición de artículos de lujo como joyería, yates, villas, automóviles, y por supuesto, inversiones en paraísos fiscales.

A diferencia de los Estados Unidos, México no tiene un departamento del tesoro que esté siguiendo las transacciones ilícitas o que se presumen irregulares en instituciones bancarias, empresas o entre particulares, ni la secretaría de hacienda y crédito público, ni la procuraduría general de la república, investigan el lavado de dinero, todo lo relacionado con esas indagaciones proviene de investigaciones de los Estados Unidos con repercusiones en territorio nacional, como los casos de Yarrington, Hernández, Villarreal, Márquez, Álvarez, y ahora el pelotero Esteban Loaiza, quien tiene su residencia oficial en Tijuana, ciudad desde la que se mueve en sus relaciones personales y profesionales en el mundo del deporte.

La impunidad que provee el gobierno de la república al no investigar apropiadamente y con buenos resultados el lavado de dinero y las transacciones con recursos de procedencia ilícita, y por supuesto el trasiego de droga, crean un caldo de cultivo para el brazo corruptor del narcotráfico que todo lo toca, desde gobiernos, bancos, empresas, espectáculos, y los deportes. La corrupción del narcotráfico, empieza en el gobierno mexicano incapaz, ineficiente, y en ocasiones cómplice.

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