Los cinco demócratas aspirantes a la presidencia de Estados Unidos, iniciaron hoy su primer debate hacia las elecciones de 2016, con énfasis en temas como migración, pobreza, comercio y política exterior.
Washington/Las Vegas, 13 oct (dpa) - La ex secretaria de Estado Hillary Clinton salió hoy reforzada del primer debate para las primarias demócratas, en el que demostró mayor experiencia y dominio de los temas que el resto de los candidatos para las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.
Toda la atención mediática del debate, retransmitido desde Las Vegas (Nevada) por la cadena de televisión CNN, estuvo centrada en el enfrentamiento entre Clinton y Sanders, que se encontraron por primera vez cara a cara.
La entrada en las primarias demócratas de Sanders, que se define como socialista, ha forzado a Clinton y al resto de candidatos a girar a la izquierda durante la campaña y abordar temas como la desigualdad y la necesidad de aumentar el salario mínimo.
Como se vio en el debate, el senador independiente por Vermont tendrá que luchar durante la campaña para las primarias demócratas con el estigma de ser socialista en Estados Unidos, donde el término tiene una connotación negativa, y probablemente será atacado por los republicanos por sus críticas al capitalismo.
"¿Me considero parte del capitalismo de casino por el que tan pocos tienen tanto y muchos tienen tan poco? No", dijo Sanders, quien consideró que Estados Unidos debería seguir el ejemplo de países como Dinamarca, Suecia y Noruega en protección social de los trabajadores.
"No somos Dinamarca. Somos Estados Unidos", le recordó Clinton, quien defendió el sistema capitalista.
"El Congreso no regula Wall Street, Wall Street regula el congreso", lamentó Sanders, que a lo largo de la noche fue, al igual que Clinton, muy aplaudido.
El debate abarcó gran variedad de temas, desde la crisis económica hasta la regulación de las armas, pasando por el racismo, la reforma migratoria y la política exterior.
A pesar de sus discrepancias en muchas cuestiones, Sanders salió en defensa de Clinton en la polémica sobre los correos electrónicos que la precandidata envió desde una cuenta privada cuando era secretaria de Estado.
"Los estadounidenses estamos hartos y cansados de escuchar hablar de sus malditos e-mails. Basta de e-mails. Hablemos de los problemas reales a los que se enfrenta Estados Unidos", proclamó Sanders. Clinton sonrió, estrechó la mano de su rival y dijo: "Gracias, Bernie".
Clinton recordó que los republicanos han tratado de utilizar escándalos como el de los e-mails o el del ataque al consulado estadounidense en Bengasi, Libia, de forma partidista en el Congreso para atacarla, tal y como reconoció el congresista republicano Kevin McCarthy.
McCarthy dijo que el comité especial creado en la Cámara baja para investigar el ataque al consulado en Bengasi en 2012 había provocado la caída en las encuestas de intención de voto de Clinton. Y consideró que era un modelo a seguir por los republicanos en el futuro para "luchar y ganar".
Clinton era secretaria de Estado en 2012 cuando el embajador en Libia, Christopher Stevens, y otros tres estadounidenses murieron en una ataque contra el consulado en Bengasi. Los republicanos acusaron a la administración de Barack Obama de ocultar deliberadamente a la opinión pública que se trataba de un atentado terrorista.
"Todavía estoy de pie", proclamó hoy triunfante la ex primera dama, que defendió su trabajo como secretaria de Estado y Senadora.
Entre el resto de los candidatos destacó la actuación del ex gobernador de Maryland, Martin O'Malley, quien, sin embargo, no logró hacer sombra a Clinton ni Sanders. El ex senador Jim Webb y el ex gobernador de Rhode Island Lincoln Chafee aparecieron muy deslucidos.
El gran ausente del debate fue el vicepresidente Joe Biden, que todavía no ha decidido si se presentará o no las primarias demócratas.
El grupo independiente "Draft Biden 2016" ha emitido dos anuncios en televisión y en las redes sociales animándole a presentarse a las primarias. "Joe, lánzate", le piden al vicepresidente.
Clinton, con el 43.3 por ciento de intención de voto, parte como favorita en las primarias demócratas, seguida de Sanders, con el 25,1 por ciento, y Biden, con el 17,4 por ciento de apoyo, según la web Real Clear Politics, que hace una media de las encuestas publicadas por los medios estadounidenses.
Webb, O'Malley y Chafee, con menos del 1 por ciento de apoyo cada uno, confían en que el debate de hoy les permita subir en las encuestas. El problema es que para la mayoría de estadounidenses son desconocidos.