Ciudad de México, 13 de agosto (SinEmbargo).– El bajo Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de México limita la capacidad del país para sortear desaceleraciones económicas y acota la capacidad crediticia de endeudamiento personal, por eso aunque México ha mantenido una estabilidad macroeconómica y busca reformas, su economía adolece de dinamismo, plantea un análisis de la calificadora internacional Standard & Poor’s.
El estudio denominado “Análisis de Riesgo de la Industria Bancaria por País”, que S&P distribuyó este martes entre inversionistas, detalla que los bajos niveles de ingreso, la amplia fuerza laboral informal y el ejercicio de la ley relativamente débil limitan las perspectivas de crecimiento del crédito y la penetración bancaria y dan como resultado “un elevado riesgo crediticio”.
Aunque la calificadora considera que el riesgo económico de México es “estable”, “incluso si el gobierno logra aprobar e implementar las reformas para afianzar la estabilidad macroeconómica, mejorar la competitividad y productividad en la economía y fortalecer sus cuentas fiscales, los efectos sobre el sistema financiero serán graduales”.
En particular, afirma, “no esperamos una mejora dramática en los niveles de ingreso per cápita o en el ejercicio de la ley en el corto plazo”.
Sobre la estructura económica, destaca, las políticas gubernamentales han impulsado la estabilidad económica, aunque el crecimiento del PIB ha promediado un bajo 2.3% en los últimos 11 años y 1.1% sobre una base per cápita.
“Esta lenta tasa de crecimiento no es satisfactoria para las tendencias demográficas o de la fuerza laboral y la productividad es débil. Los sectores económicos clave adolecen de dinamismo competitivo y están dominados por unas cuantas empresas grandes”, añade el análisis de S&P.
Las tasas de pobreza han aumentado y la población, cuyo ingreso es insuficiente para cubrir las necesidades básicas (alimentos, salud, educación, ropa), llegó a 52% del total en 2010 (cifra más reciente disponible), frente al 48% en 2008 y 43% en 2006, reporta.
En este contexto, afirma, el sector bancario tiene capacidad para crecer, pero el crédito canalizado por las instituciones financieras todavía es muy bajo, 26% del PIB (18% si solamente consideramos la banca comercial).
“Debido a la falta de perspectivas de crecimiento más boyantes y dado el tamaño de la fuerza laboral informal y la tasa de pobreza, el sistema bancario afronta un panorama limitado para expandirse sin incurrir en mayores riesgos”, dice la calificadora de crédito internacional.
SISTEMA BANCARIO ESTABLE
Además, prevé, la expansión crediticia se mantendrá moderada y los precios de la vivienda en niveles constantes, generando estabilidad en términos de los riesgos económicos.
En cuanto a la industria bancaria, también observa signos de estabilidad: “Consideramos que la estructura de fondeo del sistema financiero y su entorno competitivo, seguirán saludables durante los siguientes años. También estimamos que su marco institucional continuará desarrollándose y que México adoptará los Estándares de Reportes Financieros (IFRS, por sus siglas en inglés) en algún momento durante los próximos dos a tres años”.
Por otra parte, destaca, si México implementa medidas intervencionistas, a través de la próxima Reforma Financiera, provocaría distorsiones en el sistema y consideraríamos esto como un evento negativo.
