Ciudad de México, 13 de mar (SinEmbargo).- La utilidad de los satélites para diversas labores de investigación es un hecho comprobado. Sin embargo, el potencial de estas poderosas herramientas que giran alrededor del planeta aún no está explotada por completo y cada vez se descubren nuevas posibilidades para ellas.
Los satélites registran los cambios provocados por los terremotos en la superficie de la Tierra, pero nunca antes habían sondeado directamente las ondas de un temblor en el espacio. Hasta ahora.
El Gravity Field and Steady-State Ocean Circulation Explorer (GOCE) es el satélite de la Agencia Espacial Europea (ESA) que acaba de añadir este logro a su lista de éxitos además de ser el primero en su tipo en hacerlo.
En el marco del segundo aniversario del terremoto y el tsunami que asolaron la costa noreste hace dos años, nuevos estudios revelaron que este gran sismo también se sintió en el espacio por el satélite GOCE, publico ESA.
Los sismólogos están emocionados con este descubrimiento ya que eran, virtualmente, los únicos científicos de la Tierra sin un instrumento espacial que pudiera compararse directamente con los que se utilizan en tierra.
Lanzado en el año 2009, el satélite de gravedad hiper sensible de la ESA ha estado cartografiando la gravedad de la Tierra con una precisión sin precedentes, orbitando a la altitud más baja a la que ningún otro dispositivo de este tipo lo ha hecho (270 km).
Además de crear ondas sísmicas que viajan a través del interior de nuestro planeta, los grandes terremotos también hacen que la superficie de la Tierra vibre como si se tratara la piel de un tambor, lo que genera ondas de sonido que viajan hacia la atmósfera y pasan a través de ella.
El tamaño de dichas ondas cambia, de sólo unos centímetros en la superficie, a kilómetros en la atmósfera a una altura de 200–300 km.
Sólo las ondas de sonido de baja frecuencia (infrasonidos) alcanzan estas alturas. Éstas provocan movimientos verticales que expanden y contraen la atmósfera acelerando las partículas del aire.
El GOCE lleva un innovador instrumento que compensa de inmediato cualquier alteración generando impulsos calculados con mucha precisión. Estas medidas son proporcionadas por acelerómetros muy precisos.
Científicos del Instituto de Investigación en Astrofísica y Planetología (Francia), de la Agencia Espacial Francesa (CNES), del Instituto de Ciencias Físicas de la Tierra (París) y de la Universidad Delft de Tecnología (Holanda), con el respaldo del área de apoyo a la ciencia de observación de la Tierra (Earth Observation Support to Science Element) de la ESA, descubrieron que GOCE detectó ondas de sonido procedentes del terremoto que afectó a Japón en el 11 de marzo 2011.
Cuando GOCE pasó a través de estas ondas, sus acelerómetros registraron el desplazamiento vertical de la atmósfera circundante de un modo similar al que los sismómetros registran los terremotos en la superficie de la Tierra. También se observaron variaciones en forma de ondas en la densidad del aire.