En una colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, el Gobierno de la Ciudad –en nombre de dos ayudantes notables, Eduardo Vázquez y Jorge Volpi, según apuntó el director- se presenta a partir del 18 de septiembre la muestra “Carne y Arena (virtualmente presente, físicamente invisible)", trabajo de Alejandro González Iñárritu, en el Centro Universitario Tlatelolco.
Ciudad de México, 12 de septiembre (SinEmbargo).- El mensaje es el mensaje y nunca el medio, fue lo que entendió el cineasta mexicano Alejandro González Iñárritu para elegir la realidad virtual y con ella hacer una muestra sumamente dolorosa, no sólo para los migrantes mexicanos, no sólo para los migrantes, sino para todas las personas que se acerquen a ver Carne y Arena.
Este proyecto, llevado a cabo con Emmanuel Lubezki, el director utiliza tecnología de punta nunca antes usada para crear un espacio multinarrativo, inspirado en historias verdaderas para explorar la condición humana de los migrantes.
Uno entra descalzo a un laboratorio de arena, le ponen unos anteojos tipo google, unos audífonos y de pronto el espectador comienza a ser parte de la instalación. Te escondes tras una mata, un hombre con un arma comienza a perseguirte, quieres ayudar a la señora que ya no puede caminar, un helicóptero te señala y lo único que quieres es salir de ahí.
Cuando sales, tu rostro y tu mente están cambiados, más sensibles a los migrantes y más cerca de tus propios sentimientos, pues como dice Alejandro, “hemos perdido la batalla de la realidad”, al usar el mundo virtual para los videojuegos, el teléfono para todo.
“Durante los pasados cuatro años en que este proyecto ha estado creciendo en mi mente, tuve el privilegio de conocer y entrevistar a muchos refugiados mexicanos y centroamericanos. Sus historias de vida me impresionaron, así que invité a colaborar conmigo en el proyecto”, dice Iñárritu, para quien “vivir en Los Ángeles, hace 16 años, ha sido muy difícil y quise hacer no como una respuesta política, sino como una realidad humana a nivel mundial”.
“Mi intención era experimentar con la tecnología de realidad virtual para explorar la condición humana en un intento por romper con la dictadura del encuadre –dentro del cual las cosas son sólo observadas- y reclamar el espacio para permitirle así al visitante una experiencia directa, caminando en los pies del inmigrante, por debajo de su piel y dentro de su corazón”, dijo el cuatro veces ganador del Oscar, director de películas como Amores perros, Babel, The Revenant, Birdman y Biutiful.
Carne y Arena (virtualmente presente, físicamente invisible), fue presentado el 25 de mayo de 2017 en Cannes y finalmente ha llegado a México, donde hoy fue recibida en medio de un acto protocolario, pero lleno de calidez hacia una exposición que a todos dejó conmovidos.
Todos somos migrantes
El doctor Enrique Graue abrió el juego en el Salón del Centro Universitario Tlatelolco, que dirige Ricardo Rafael y que abrirá la exposición el próximo 18 de septiembre y en su discurso dijo que “migrar es un acto natural del ser humano” y que en ese sentido “todos somos migrantes”.
Alejandro Ramírez, de Cinépolis, invitado a vivir Carne y Arena en una bodega de Los Ángeles, donde Alejandro la estaba armando, “tuve tiempo de experimentar una circunstancia parte aguas, tiene el poder de transportarte al desierto de Sonora y de llevarte a vivir la tragedia, el drama, que viven los migrantes todos los días”.
“Hoy más que nunca esta experiencia es importante, por la política antimigratoria que predica y realiza Donald Trump. Las nuevas tecnologías permiten que realmente tenga ese potencial de transformar la realidad como el cine”, dijo.
A su tiempo Miguel Ángel Mancera, anunció la realización de un fondo para los del DACA, por 20 millones de pesos y habló de lo difícil que fue poner esta muestra en México, que pronto irá a Grecia, a París y a Washington, donde será posible cambiar la cabeza de muchos prejuiciados, cuando se vote en el congreso el apoyo o no a DACA.
“Alejandro González Iñárritu es un hombre audaz y esta exposición se montó con mucho cariño y cuidado. Se fueron rompiendo muchas barreras. No es un reto menor”, afirmó el alcalde.
“El reto va a ser que nosotros lo hagamos de larga duración para la Ciudad de México, que todos lo puedan disfrutar y reconocer y nosotros no dejemos de aplaudirle al maestro todo su talento. No podemos darte un Oscar, pero sí te daremos un Goya, Alejandro”, expresó Mancera.
Alejandro González Iñárritu vivió un tiempo de mucho aprendizaje y remarcó que “todos tenemos la misma sangre, la misma arena y el mismo corazón. Luego hacemos de policía, de migrante, de doctor, de director”.
Carne y Arena no es un trabajo apto para todo el público y está prohibido el ingreso a menores de 15 años.
No está recomendada para personas con claustrofobia, afecciones cardíacas, antecedentes de convulsiones, epilepsia o sensibilidad a las luces intermitentes.