Ciudad de México, 12 de agosto (SinEmbargo).- Ante el riesgo constante para que reporteros puedan ejercer su profesión libremente en distintas partes del país, defensores de derechos humanos realizaron el fin de semana paneles de discusión simultáneos en Washington D.C, Estados Unidos y en la Ciudad de México, para avanzar en la búsqueda de mecanismos que permitan tener mayor acercamiento con los periodistas en zona de riesgo y protegerlos de las amenazas que conlleva su profesión.
En la capital norteamericana se realizó un “hackathon” (#FreedomHack), es decir se reunieron 60 programadores y expertos en seguridad cibernética durante 48 horas continuas, para facilitar el desarrollo de soluciones tecnológicas que protejan a periodistas, defensores de derechos humanos y reporteros civiles
De forma simultánea, en la Ciudad de México, se presentó un debate donde activistas y periodistas -coordinados por Amnistía Internacional (AI)-, expresaron las realidades y riesgos de esta profesión; se debatieron los proyectos y mecanismos que se están desarrollando para evitar más muertes y desapariciones de comunicadores.
“Uno de los caminos es generar tecnología para la autoprotección, creo que este ‘hackathon’ ha sido muy interesante como un ejercicio inicial de cómo colaborando con desarrolladores de otros países pueden devolvernos ideas de cómo ayudar, por su puesto son ideas que debemos adaptar a nuestras necesidades en México”, sostuvo Jesús Robles Maloof, Defensor de Derechos Humanos y uno de los jurados del “hackathon”.
Para Amnistía internacional, este tipo de eventos permite conocer cómo la tecnología podrá ayudar a solventar problemas reales de activistas y periodistas en sitios remotos de México, ya sea con proveer información, blindar datos y hasta emitir alertas en tiempo real sobre situaciones de peligro.
Amnistía Internacional consideró que las herramientas tecnológicas son un primer piso que permitirán avanzar en la tarea de integrar la cultura de la seguridad en los periodistas, principalmente en las zonas controladas por el crimen organizado.
“Probablemente lo que tenemos que hacer es modificar nuestras formas de trabajo, para integrar la seguridad, porque la seguridad no es algo extra, sino algo que está integrado, así que mientras más se simplifiquen las herramientas y mejor las conozcamos, pues son fundamentales”, aseguró Daniel Zapico, Representante de Amnistía Internacional.
LOS RETOS
Un informe presentado por el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ) señaló que México ocupa el cuarto lugar con mayor número de periodistas asesinados y séptimo lugar del índice de impunidad.
Reportó que en la década 2002-2012 México superó a Colombia al registrar 58 atentados contra periodistas contra 30, es decir, superó a la nación sudamericana en el riesgo para ejercer el periodismo.
La propia Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) computo 82 homicidios, 18 desapariciones y 33 ataques a medios de comunicación. Asimismo, la ONG Freedom House catalogó a México como “un país no libre para la prensa”.
Para el defensor de derechos humanos, Jesús Robles Maloof, el peligro no es sólo para los periodistas acreditados que trabajan en los grandes medios de comunicación, sino también para los reporteros ciudadanos que cada día crecen en cantidad y calidad, gracias a las nuevas tecnologías y formas de difundir información, como el caso de tuiteros que han sido acusados de “terroristas” o simplemente sus comentarios se vuelven incómodos para el status quo, como ha sucedido en los estados de Veracruz y Chiapas.
“Quizá no sean periodistas en el sentido estricto de la palabra, pero son personas que están narrando la realidad y en ocasiones son las únicas fuentes de información. En orden de garantizar el derecho a la información de las sociedades, algunos países como Estados Unidos y en Europa, ha otorgado el estatus de periodistas que narran, sobre para protegerlos cuando se les quiere censurar”, precisó.
Para Amnistía Internacional es fundamental contar con información real que permita a las organizaciones defensoras de derechos humanos conocer los sitios de riesgo para ejercer la actividad periodística; para sensibilizar a la sociedad civil y que sepa cómo actuar ante determinadas situaciones de riesgo; y para que las autoridades diseñen políticas públicas eficaces para proteger a los comunicadores.
“Nosotros en Amnistía Internacional hemos pedido muchas veces información real sobre lo que está pasando en el país, porque muchas veces las autoridades no lo reportan, entonces el que existan sistemas que estén pensados en dar a conocer la información y hacerla útil”, Daniel Zapico, Representante de Amnistía Internacional.
PROPUESTAS PARA LA SEGURIDAD
En el “hackathon” se presentaron ocho proyectos desarrollados por programadores que fueron desde la sistematización y socialización de la información, hasta un botón de pánico que emite alerta inmediata cuando un activista o periodista se encuentra en riesgo.
“Hemos descubierto recientemente que muchos de los riesgos de periodistas y defensores, e incluso de blogueros se incrementan por la falta de consideración a la importancia de la seguridad. El uso intensivo de la tecnología, día a día como hacemos ahora, genera que nos volvamos más vulnerables e inseguros. En ese contexto, creo que es muy importante discutir sobre las herramientas como las que se presentaron hoy”, indicó Jesús Robles Maloof.
Una de las propuestas que generó más simpatías fue el llamado “Botón de pánico”, desarrollado para teléfonos celulares o dispositivos con sistema Android, el cual es un proyecto para activistas de derechos humanos y periodistas en zonas de riesgo.
“Cuando hay un ataque o una amenaza, la respuesta inmediata es fundamental, entonces propuestas como el panic button (botón de pánico) pueden permitir transmitir información útil de manera inmediata”, consideró Daniel Zapico, de Amnistía Internacional.
Se trata de una aplicación que permitiría acercar a un activista o reportero con una o diversas organizaciones defensoras de derechos humanos en el mismo momento que surja una amenaza a su integridad física.
Permite monitorear a activistas o reporteros vía GPS mientras realizan su trabajo en zonas de riesgo, ubica su localización exacta cada determinado tiempo, y emite automáticamente una alerta segura a todas las organizaciones defensoras de derechos humanos en caso de desaparición.
Las ventajas de esta aplicación es la posibilidad de que el activista o periodista tenga el control de su propia seguridad, se comunique permanentemente con una persona de su confianza en áreas donde no haya señal de internet y permite crear una red segura de alerta entre ONG’s, que permitiría reaccionar inmediatamente en caso de amenaza.
“Creo que los botones de pánico deberán ser desarrollados de manera que sean instrumentos de verdadera ayuda ante situaciones de riesgo”, aseveró el defensor de derechos humanos, Jesús Robles Maloof.
Curiosamente, el principal reto que enfrenta este tipo de aplicaciones no es en el aspecto tecnológico, sino en generar confianza entre los periodistas locales, quienes generalmente se resisten a ser monitoreados permanentemente o que las autoridades e incluso algunas ONG’s conozcan su ubicación y la naturaleza de sus investigaciones.
PROYECTOS Y SUS OBJETIVOS:
Journalist under fire (Periodistas bajo fuego).- Permite visualizar las amenazas más comunes a los periodistas
Top citizen journalist countries (Principales países de periodistas ciudadanos).- Crea un mapa de las regiones en donde se localizan los periodistas y las áreas de riesgo.
Recipes (Recetas).- Herramientas de información segura escondida en sitios llanos.
Voz local .- Detalles de situaciones y amenazas anónimos en twitter.
Activists SEC.- Difusión de información privada.
Northur.- Comunicación basada en información discreta.
Portkey.- Transferencia de datos vitales de forma segura.