Por Omar Porcayo, especial para SinEmbargo
Ciudad de México, 12 de mayo (SinEmbargo/The Huffington Post).–En la última década la policía de los Estados Unidos ha matado a 75 personas de origen mexicano en incidentes bajo la sombra del abuso de poder y la fuerza excesiva, según cifras oficiales. Érik Emmanuel Salas Sánchez de 22 años fue la víctima más reciente de los uniformados, sin que se levanten las protestas masivas que detonaron casos como el de Freddie Gray entre la comunidad negra.
El pasado 29 de abril en Lower Valley, una localidad de El Paso, Texas, la policía mató a tiros al joven mexicano, en un incidente lleno de irregularidades y poco claro.
Según Armando Cortez, testigo de lo sucedido, la policía llegó al domicilio de Érik, donde vive con su madre. Vio gritos y forcejeos entre dos agentes y el joven. Un oficial sacó su arma de descargas eléctricas y le atinó al pecho, pero luego comenzaron las detonaciones de arma de fuego.
Cortez se acercó a la vivienda y vio Érik ensangrentado, agonizando en su sala. La policía le ordenó que se retirara y acordonó el lugar.
Otros testigos y la propia madre de Érik dijeron a Luis Chaparro de Apro, que hubo brutalidad policiaca, pues después darle descargas eléctricas al oponerse al arresto, le dispararon a matar.
“Estamos muy tristes. Mi hijo y mi nuera están como para volverse locos. Y como no, ¡imagínese!, si lo mataron en la casa. Ahí enfrente de su mamá y su hermana”, dijo la abuela de Salas Sánchez.
El acta que obra en el departamento de policía de El Paso relata que la central recibió una denuncia de robo en una casa ubicada en el número 300 de la calle Jesuit, en el área del Valle Bajo. Cuando los agentes llegaron vieron a un sospechoso con una varilla metálica en la mano, éste último los amenazó de muerte, se le disparó una descarga eléctrica inefectiva, por lo que le dispararon. Salas Sánchez fue llevado al hospital Del Sol, donde murió.
La dependencia no dio a conocer la identidad del policía que asesinó al muchacho nativo de Coahuila. A través de un comunicado de prensa explicó que el agente, con 10 años de experiencia, está bajo el proceso administrativo correspondiente, en lo que se deslindan responsabilidades.
Al igual que en otros incidentes con connacionales mexicanos, la Secretaría de Relaciones Exteriores emitió un comunicado lamentando el incidente en el que hubo “uso de fuerza por parte de oficiales del Departamento de Policía de la ciudad de El Paso”. Además solicitó una investigación “sin sesgos” al jefe de la policía de El Paso, al alcalde Óscar Leeser y a los Rangers de Texas.
El mes de febrero de 2015 fue especialmente violento en contra de la comunidad mexicana en Estados Unidos.
El caso más sonado fue la muerte de Antonio Zambrano Montes, quien murió en Pasco, Washington, luego de que la policía local le disparara 17 veces por arrojar piedras a los autos el 10 de febrero. Los hechos quedaron registrados en un video que dio la vuelta al mundo a través de redes sociales.
La actuación policial generó algunas protestas de la comunidad hispana en Washington y la condena del presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Diez días después Rubén García Villalpando, de 31 años, fue asesinado por la policía en Grapevine, en Texas. A Ernesto Javier Canepa Díaz, lo mataron el 27 de febrero, en Santa Ana, California.
Al sumar tres mexicanos muertos en 17 días a manos de la policía estadounidense, la Cancillería Mexicana externó su preocupación por la vía diplomática.
“A la consternación de sumar el tercer caso de un mexicano fallecido por el uso excesivo de la fuerza en menos de un mes, se añade la profunda preocupación por el efecto de fractura de confianza entre la comunidad hispana y las fuerzas policiacas que pudiera derivar de estos hechos… En estos tres lamentables casos el Gobierno de México hará uso de todos los recursos disponibles para velar por el interés de las familias de las víctimas con el fin de que tengan pleno acceso a la justicia”, estableció públicamente.
Según registros oficiales en los últimos 10 años, 75 mexicanos han sido asesinados por la policía de los Estados Unidos, en casos donde se acusó a los agentes de “abuso” y “uso de fuerza excesivo”, ya sea por uso de arma de fuego, descargas eléctricas, ahorcamiento y en algunos casos, por caballos de la policía que pisotearon a personas causándoles la muerte.
56 casos de los 75 han sido resueltos. En sólo nueve se han resarcido los daños a los familiares de las víctimas. Hay diferentes corporaciones inmiscuidas en estos casos, siendo la Patrulla Fronteriza, la Oficina del Sheriff y policías de caminos, las más recurrentes con 48 muertes.
Los recientes ataques de la policía en contra de miembros de la comunidad negra generaron protestas masivas y disturbios a lo largo del país. Baltimore fue el epicentro de las manifestaciones más cruentas en abril, inclusive se dictó un toque de queda para restablecer el orden.
A diferencia de lo que sucede con la comunidad negra, los grandes medios de comunicación prestan menos atención a las esporádicas manifestaciones de protesta de la comunidad hispana por el abuso racial de la policía.
“La violencia y discriminación en contra de latinos no resuena tanto en la vida de los norteamericanos porque los latinos generalmente no son percibidos como norteamericanos, sino como inmigrantes recientes o extranjeros sin raíces en los Estados Unidos”, dijo a Roque Planas, Frances Negrón-Muntaner, en un reportaje titulado: “Por qué los medios prestan menos atención a las muertes de latinos a manos de la policía”.
El presidente, Barack Obama, no fue omiso a la problemática del caso Freddie Gray einvitó a reflexionar sobre las causas de los disturbios, más allá de la actuación de la policía: “Hemos visto demasiadas instancias de lo que parecen ser policías interactuando con individuos, principalmente afroamericanos, a menudo pobres, con unas formas que plantean preguntas preocupantes”.
Lower Valley, donde fue asesinado, Érik Emmanuel Salas Sánchez, es un vecindario humilde, al igual que el joven de 22 años a quienes los vecinos reconocían como alguien inquieto que siempre andaba en busca de trabajo.
Así, las causas de la violencia racial son las mismas entre hispanos y negros, pero en esta caso no hay primeras planas para Érik, no hay hashtags en Twitter, ni basquetbolistas famosos mostrando su apoyo, quizá porque no hay disturbios.