México tiene una legislación interesante en materia de protección animal, pero “le hemos jugado mucho al tonto, creemos que con muchas leyes las cosas van a funcionar, pero no es así”, señala Gustavo Larios, fundador de la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales.
Ciudad de México, 10 de diciembre (SinEmbargo).– Desde 1997, cada 10 de diciembre se celebra el Día Internacional de los Derechos Animales, el cual incluye en su declaratoria que “el hombre, como especie animal, no puede atribuirse el derecho de exterminar a los otros animales o de explotarlos, violando ese derecho. Tiene la obligación de poner sus conocimientos al servicio de los animales”, sin embargo la realidad no se apega a ello.
¿Cuántas veces hemos atestiguado prácticas abusivas en contra de animales? Ni siquiera las mascotas se salvan: perros en azoteas, flacos, encadenados, sedientos, con el rayo de sol apuntándoles todo el día, ¿les suena? Qué decir de las especies destinada para el consumo humano, gallinas, vacas, cerdos, todos ellos hacinados sin poder dar vuelta, en el caso de las aves sin la libertad mínima de estirar sus alas.
“Los animales no humanos son sujetos de derecho”, destaca Sandra Segovia, fundadora de la organización civil Todos somos animales y subraya que existe un nivel de impunidad prácticamente total en materia de maltrato animal en todo el territorio mexicano.
Ante esto, la animalista cuestiona:”¿De qué sirve una ley muy evolucionada si en términos prácticos estaría resultando casi como en un Estado donde no hay Ley? El hecho de que la leyes se apliquen es excepcional, no es la regla, más allá de buscar que las leyes evolucionen, se debería buscar dar a los ciudadanos los canales adecuados de denuncia”.
Aunque reconoce que hay leyes que se han trabajado y que han cambiado mucho desde hace veinte años (cuando inició con su activismo), destaca que la ley no se respeta. “Donde hay impunidad es como si no hubiera ley”, remarca.
LEYES QUE PROTEGEN ANIMALES, LETRA MUERTA
En México existen instancias que tienen la capacidad de defender a los animales, entre ellas se encuentran la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa); la de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat); la de Salud (SSa) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), no obstante, “no hacen nada, la ley queda en letra muerta, dijo Gustavo Larios, fundador de la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales (Amedea), en entrevista con SinEmbargo.
Cuando se habla de pasar a Código Penal el maltrato a los animales implica una sanción de cárcel, que tiene la función de inhibir prácticas crueles, así como la posibilidad de la rehabilitación, o sea que el sujeto que agrede a un animal reciba tratamiento psicológico o psiquiátrico, expone.
Sin embargo, hace hincapié en que “algunos partidos y personajes que se dicen defensores de animales ya tomaron esto como ‘banderita’ y están haciendo un trabajo de una muy baja calidad, diría yo malísima”.
El Partido Verde, en palabras del activista, ha tenido mucha culpa en esto y quienes festejan con ellos.
“Guanajuato ya fue el descaro”, pues no penaliza con un sólo día de cárcel, y en Nuevo León, seis meses en prisión es la pena máxima, acusa. Un ejemplo de esta situación es que hace unos días, los diputados de la Comisión de Puntos Constitucionales aprobaron por unanimidad, el dictamen de una iniciativa para reformar la Constitución, con el objetivo de que el Congreso de la Unión tenga facultad de legislar en materia de protección animal, con la concurrencia de los tres órdenes de gobierno.
México tiene una legislación interesante en dicha materia, pero “le hemos jugado mucho al tonto, creemos que con muchas leyes, las cosas van a funcionar, pero no es así”, señala Larios y subraya la necesidad de implementar políticas, protocolos de actuación, enlaces, espacios para llevar a las víctimas y centros de rehabilitación psicológica para los abusadores.
Entre las regulaciones que se han implementado para proteger a los animales se encuentran: la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, la Ley Federal de Sanidad Animal, la Ley General de Vida Silvestre, y diversas Normas Oficiales Mexicanas (como la NOM-059-SEMARNAT-2010, que contempla la protección de animales silvestres), Códigos Penales y Códigos Civiles locales, así como Leyes de Protección Animal en todas las entidades federativas.
PROTECCIÓN A LOS ANIMALES, BENEFICIO DE LOS HUMANOS
Sobre la penalización, el punto central ni siquiera es la protección propiamente del animal, el punto central es la peligrosidad. Lo que dicen los criminólogos es que un sujeto que tortura animales es muy peligroso, no solamente porque puede matar a cualquier gente igual, sino porque está mostrando mayor saña porque el animal es totalmente indefenso, no le representa ninguna ganancia el matarlo con crueldad. Cuando un asaltante mata a una persona, si bien no tiene justificación, tiene el sentido de robar, explica el experto.
Por ello, alerta a los legisladores para que presten atención, pues “no han entendido que se trata de peligrosidad [para los humanos]”. Poner una sanción alta a quien tortura animales, lleva a proteger mejor a los ciudadanos; es decir, beneficia al humano, asegura.
Es un tema que requiere muchísima capacitación de las autoridades; sin embargo, acusa que una gran cantidad de legisladores no son abogados ni cuentan con ninguna otra profesión.
“Hay muchas cosas que cambiar, pero todo se reduce a políticas en educación, salud animal y trato ético a los animales”.
ASÍ PROTEGEN A LOS ANIMALES EN EL MUNDO
El caso de Suiza es único: si se comprueba un maltrato cruel, los animales pueden llegar incluso a tener un abogado que el propio Gobierno les asigna. Reino Unido fue el primer país en tipificar el maltrato animal como delito, allí las peleas de perros están prohibidas y los derechos de los caballos y del ganado son reconocidos.
En Alemania se castiga el maltrato animal hasta con tres años de prisión y Francia sanciona con cárcel o multa a quien cometa esta práctica; Italia lo castiga de la misma manera, incluyendo a quienes obligan a trabajar forzadamente a las criaturas, sin necesidad.