La huelga reunió por primera vez en diez años a todos los sindicatos de los empleados públicos del país debido a la inconformidad por las medidas de ahorro del Gobierno Francés.
París, 10 de octubre (EFE).- Los funcionarios, que representan cerca de una quinta parte de los trabajadores franceses, tensaron hoy la lucha social contra las reformas económicas del Presidente, Emmanuel Macron, en una jornada de huelga que aunó, por primera vez en diez años, a todos los sindicatos de los empleados públicos.
Después de las protestas con desigual seguimiento y la huelga general de septiembre, el paro y las manifestaciones de hoy, que unieron a las nueve centrales sindicales del funcionariado, plasman el creciente malestar por las medidas de ahorro del Gobierno francés, instalado hace solo cinco meses.
La huelga, que convocó a 5,5 millones de trabajadores del Estado, locales y regionales y de los hospitales, perturbó los servicios públicos, sobre todo el de los transportes y la enseñanza.
Un 30 por ciento de los vuelos en los principales aeropuertos franceses fueron cancelados, de acuerdo con la Dirección General de la Aviación Civil, y un 17.5 por ciento de los profesores secundaron la huelga, según el Ministerio de Educación francés.
En la manifestación de París, las autoridades calcularon una participación de 26 mil personas, mientras el sindicato CGT habló de 70 protestas en toda Francia, con unos 400 mil asistentes, cifra rebajada por el Ministerio del Interior hasta los 209 mil.
La supresión de 120 mil puestos de trabajo hasta 2022, la discriminación fiscal en la subida de impuestos respecto al sector privado y el endurecimiento de los accesos a las bajas laborales son algunos de los puntos de protesta de los sindicatos.
"En total, los funcionarios perderán entre el 4 por ciento y el 5 por ciento por año de su poder adquisitivo si se aplica todo lo anunciado por los sindicatos", dijo a EFE el Secretario General del sindicato UNSA, Luc Bérille, quien asistió a la manifestación de París.
El dirigente explicó que aguardarán a la próxima semana, cuando tendrán una reunión con el ministro de Hacienda, Gérald Darmanin, para saber si adoptan nuevas medidas de presión.
El ministro, sin embargo, ya dio a entender que el Ejecutivo de Macron no se echará atrás en sus medidas de ahorro, cuyo fin es reducir el déficit del país por debajo del 3 por ciento del producto interior bruto, como pide Bruselas.
"El Gobierno escucha, recibe a los sindicatos que se manifiestan y que tienen todo el derecho a declararse en huelga, pero la mayoría (parlamentaria) ha sido elegida para aplicar el programa del presidente de la República, especialmente el de transformación de los servicios públicos", señaló en una alocución en la Asamblea (Cámara baja) Darmanin.
En torno a un 20 por ciento de los empleados franceses trabajan en las administraciones públicas, por delante de la media de los países de la OCDE (en torno al 15 por ciento), y su remuneración absorbió en 2014 el 5.7 por ciento del PIB francés.
Fabrice Loiseau, uno de los miles manifestantes que desfilaron entre la plaza de la República y la de Nación en París, portaba una pancarta en la que demandaba la defensa de los empleos públicos para responder a las necesidades de la población.
"Macron dijo (durante la campaña electoral) que nuestro poder adquisitivo subiría", se quejó a Efe Loiseau, funcionario en la Corte de Apelación de París.
La marcha parisina, que transcurrió con leves incidentes entre manifestantes y policía, contó con líderes sindicales como Philippe Martínez, de la CGT, que lidera el combate contra la reforma laboral de Macron, que, frente a la lucha de los funcionarios, no ha unido a todos los sindicatos en la misma causa.
Los funcionarios "son normalmente tratados como una especie de holgazanes aprovechados. Eso es lo que más les duele, y con razón", manifestó a la prensa Martínez.
En París, nueve institutos públicos han sido además escenario de protestas a cargo de estudiantes, que han bloqueado las entradas con contenedores de basura y, en un caso, han provocado un incendio con algunos daños materiales.