Ciudad de México, 10 de octubre (SinEmbargo/HuffingtonPost).- Con un segundo caso de ébola en Estados Unidos y la primera persona contagiada en el continente europeo, la psicosis ha comenzado a esparcirse por todo el mundo y aunque los gobiernos de la mayoría de los países han declarado que están preparados para contener esta epidemia, el miedo sigue presente en la población.
"Con aislamiento y control de los contactos, estas epidemias en Europa son contenibles". Este es el mensaje que transmitió el jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del complejo hospitalario La Paz-Carlos III, José Ramón Arribas, después de que este lunes se supiera que una auxiliar de enfermería había contraído el virus en Madrid.
El hipocondríaco que hay en nosotros, sin embargo, empieza a ver el ébola en todas partes. Que no cunda el pánico. El jefe de servicio de Epidemiología del Hospital Clinic de Barcelona, Antoni Trilla, tiene un mensaje para ti:
"Tranquilo, tu vida ha de ser igual de feliz o igual de triste que ayer. Esto no cambia esencialmente nada, y a pesar de que hay mucho ruido mediático –lógico- y las informaciones pueden ser un poco contradictorias o un poco difíciles de entender, la biología del virus, su manera de reproducirse y las condiciones en España hacen que el riesgo para la población general sea absolutamente negli gible, o sea, despreciable. No existe".
Los expertos están tranquilos, y estas son las razones por las que no tienen miedo al ébola:
1. Tú no eres población de riesgo (si no eres auxiliar médico)
En España y Estados Unidos ha habido tres contagios confirmados, que en el caso del país ibérico es precisamente dentro del tipo de población de riesgo, que es el personal sanitario que tiene línea directa con la única fuente posible de contagio: un paciente con ébola. "Intentamos protegernos con trajes, medios de protección y todos los protocolos, pero el riesgo no es cero y muy desafortunadamente en esta ocasión algo ha fallado y se ha producido el contagio", explica Trilla.
2. El virus no se transmite por el aire
Si lo hiciera, "sí sería muy peligroso", según Fernando Almazán, científico experto en virología del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). "El virus nunca está libre. Éste no es un virus que se transmita por el aire y pueda quedar flotando por ahí. Es un virus que necesita un reservorio animal que no tenemos aquí", insiste el doctor Trilla.
El virus sólo vive en la persona que lo tiene, y la única forma en que se transmite es a través de un contacto directo con secreciones y fluidos, especialmente la sangre.
3. Sólo las personas que ya presentan síntomas pueden contagiarlo
Esto significa que aunque la paciente ingresada haya estado con otras personas, solo deberán ser vigiladas y controladas aquellas con las que haya tenido contacto directo próximo y prolongado desde que empezó a tener síntomas, que en el caso de la española Teresa Romero, según se sabe, fue el 30 de septiembre, cuando al tener fiebre acudió por primera vez al médico. Son su marido, el personal sanitario que la atendió, y poco más. Si alguien se la ha cruzado en la calle o en la panadería, o se ha sentado a su lado en el autobús, no habría intercambiado fluidos orgánicos con ella y por lo tanto, no tendría riesgo de contagio.
4. Se contagia por contacto directo a través de secreciones
Sobre todo la sangre, pero también otras como la saliva, orina, heces, vómitos. "La carga viral que puede haber en el sudor, en el contacto de las manos, es muy baja", explica Almazán. ¿Y un estornudo? Ahí sí habría riesgo, pero la persona debería estornudarte a la cara y que tú lo respiraras directamente, porque "si se queda en el ambiente el virus se muere".
Además, en superficies como una mesa o los tubos del transporte público, el virus se muere. "No tiene la estabilidad del virus de la gripe, por ejemplo, o cualquier otro virus fuera de un organismo", asegura el virólogo del CSIC, que añade: "En este aspecto la transmisión es mucho más baja, si no se habrían infectado muchas personas. Manteniendo los protocolos no debe pasar nada, aunque siempre hay accidentes, o un mal uso de los mismos".
5. Los fluidos con mayor carga viral son los de enfermos en fase final
Aunque es cierto que los pacientes podrían empezar a contagiar el virus a quienes tuvieran muy cerca a partir de que empiezan a tener fiebre, el riesgo de contagio aumenta conforme la enfermedad y sus síntomas evolucionan. "Enfermos en fase terminal y muertos son los que más carga de virus tienen, mientras que enfermos en las fases iniciales, con fiebre y quizás malestar general, son los que menos carga de virus tienen", explica Trilla, que cree que la auxiliar de enfermería se encontraba en un periodo muy poco sintomático y por tanto poco contagioso.
6. La tasa de contagio en las peores circunstancias en África es del 16 por ciento
El dato lo dio el doctor Arribas en rueda de prensa y explicó que cuando habla de "peores circunstancias", se refiere a las que se dan en muchos casos en África: familias que comparten casa y comida con los enfermos, y celebran ritos funerarios que incluyen un fuerte contacto con los fallecidos.
"Si se examinan un poco las condiciones en África y las de aquí (España), empezamos a descontar factores por un lado y costumbres por otro, entonces aquí la tasa tendría que ser cero coma cero cero algo, para entendernos, un riesgo de contagio que no es cero, pero es altamente improbable", deduce el doctor Trilla, que advierte no obstante que no hay ningún estudio lo suficientemente largo que lo haya investigado.
7. Es un virus muy letal, pero sobreviven 4 o 5 personas de cada 10
La tasa de letalidad del virus es de entre el 50 y 60 por ciento, quizás algo más por los casos que no han llegado a los hospitales y no se han registrado, según Miriam Alía, enfermera y experta en ébola de Médicos Sin Fronteras. O en otras palabras, la tasa de supervivencia es de entre el 40 y 50 por ciento.
La clave es tener al paciente ingresado desde que aparecen los primeros síntomas, y aplicarle un tratamiento sintomático y de apoyo intensivo para que pasen los días y su sistema inmunológico desarrolle anticuerpos del virus. Si todo va bien, unas dos semanas después puede haber conseguido vencerle.