Berlín, 10 sep (dpa) - La organización mexicana Comité Cerezo, recientemente galardonada con el premio de la paz de Aquisgrán, un importante premio de derechos humanos alemán, denunció hoy la grave situación que vive el país en materia de derechos humanos.
Alejandro y Antonio Cerezo, fundadores de la organización que lleva su apellido, pintaron un "panorama negro" en materia de derechos humanos en México, donde no creen que vaya a haber una mejora con el nuevo gobierno.
"Creemos incluso que puede haber un empeoramiento de la situación", dijeron en una entrevista con dpa en Berlín.
"El último año, desde mayo del 2011 a mayo del 2012, ha habido 353 ataques a personas defensoras de los derechos humanos, de las cuales 128 son agresiones de menores, 38 desapariciones forzadas, 29 han sido detenciones extrajudiciales de personas defensoras de los derechos humanos y 158 detenciones por motivos políticos", enumera Alejandro.
Estos mismos datos son los que han presentado en el Parlamento Europeo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Alemania y el Bundestag alemán (camara baja) con la esperanza de que los gobiernos se pregunten cuál es la situación de los derechos humanos en México y qué está haciendo el Estado de México para mejorarla.
También esperan que la Unión Europea tenga en cuenta la cláusula que prohíbe establecer tratados comerciales con países donde se violan sistemáticamente los derechos humanos.
"Al igual que Alemania es tan crítica con países como Ucrania, debería serlo con México revisando su política económica de cara a preservar ciertos valores que la UE ha construido en defensa de los derechos humanos y de denunciar las violaciones de los derechos humanos en otros países", critica Antonio.
Esto también se puede aplicar al Estado español, que "pone su acento en su relación comercial con México más que en preocuparse por la situación de los derechos humanos" en ese país.
Para Antonio y Alejandro Cerezo, el principal problema radica en que el gobierno de México no reconoce la existencia de las violaciones de los derechos humanos en el país.
"Siempre ha negado y ocultado estas cifras. Hay una criminalización por parte del Estado de los defensores de derechos humanos. Se les vincula con grupos criminales", explica Antonio.
Para él es importante denunciar el discurso del gobierno donde no dudan en señalar que todos los muertos son criminales o tienen que ver con la delincuencia organizada.
Asimismo se muestran pesimistas de cara a una mejora. "No tenemos esperanza en una mejora de la situación actual a corto plazo. Creemos que es un trabajo a largo plazo. Los Estados deben preocuparse también de lo que está sucediendo en México", urge.
Tanto para Antonio como para Alejandro Cerezo otro de los principales problemas en la lucha en defensa de los derechos humanos, junto con la negativa del Gobierno mexicano a reconocer el problema, es el cerco mediático.
"Hay una censura. No se habla sobre el tema de defensores y mucho menos de los derechos humanos. Sólo en medios alternativos es donde sale la información. El cerco mediático es muy complicado de romper", explica Alejandro.
El premio de la paz de Aquisgrán, otorgado el pasado 1 de septiembre, es el reconocimiento a once años de trabajo ininterrumpido. "Lo más importante es que legitima nuestro trabajo de promoción y defensa de los derechos humanos", explica Antonio.
Once años han pasado ya desde que en agosto de 2001 se fundara el Comité a raíz de la tortura y encarcelamiento de Alejandro, Héctor y Antonio Cerezo y Pablo Alvarado Flores. Desde entonces han tenido que hacer frente a todo tipo de amenazas.
"Para nosotros el principal obstáculo es que somos una organización que ha recibido 13 amenazas de muerte, persecución y hostigamiento. Estas amenazas limitan mucho nuestro trabajo", comenta Antonio. "Hay miedo, hay temor y hay autocensura".
Al mismo tiempo, los hermanos Cerezo no dudan en alertar de que la crisis ha provocado que se deje en un segundo plano el bienestar de la sociedad.
"Los gobiernos se preocupan más en salvar bancos o en salvar empresas que en solucionar el problema de vivienda o el problema de desempleo", comenta Antonio. "Se beneficia una pequeña parte de la sociedad sobre la mayor parte".
