Los cinco jóvenes, entre ellos una mujer de 16 años, desaparecieron el lunes 11 de enero después de que policías se los llevaron en la región de Tierra Blanca cuando cargaban gasolina en una estación de servicio, de acuerdo con familiares. Los jóvenes habían ido a la ciudad de Veracruz a divertirse y regresaban por carretera a su pueblo, Playa Vicente.
Ciudad de México, 9 de febrero (SinEmbargo).– La Secretaría de Gobernación (Segob) informó a los familiares de los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca que los restos hallados en el rancho “El Limón”, en el municipio de Tlalixcoyan, Veracruz, corresponden a Bernardo Benítez Arroniz, de 25 años de edad, y de José Alfredo González Díaz, de 25 años.
Así lo confirmó Bernardo Benítez al periodista Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula. Sin embargo, el padre del joven veracruzano dijo que buscarán “una segunda y tercer prueba” para corroborar que se trate de su hijo. Explicó que aún no sabe quienes harán las otras pruebas y descartó pedir el apoyo de las autoridades.
“Porque la familia así lo decidimos vamos buscar una segunda y tercer prueba más para estar totalmente seguros de que sí pertenece a nuestro hijo […] No es tanto como decir que no la aceptamos [la prueba que les presentó la Gendarmería Nacional], pero sí creo que debemos validarla para estar 100 por ciento seguro de que es nuestro hijo”, dijo Benítez.
Explicó que “ahí mismo donde se encontraron los restos de mi hijo habían cientos de personas calcinada que había en esas fosas clandestinas que hallaron en el rancho ‘El Limón'”. Refirió además que para las familias de los cinco jóvenes ha quedado demostrada “la red de complicidad [de las autoridades] con el crimen organizado”.
En el mismo espacio radiofónico, Adriana González Díaz, hermana de Alfredo González, uno de los jóvenes desaparecidos, dijo que a partir de “un pedazo de tela” y “una costra de sangre” estudiada por las autoridades le fue informado que su hermano había sido asesinado.
“De mi hermano no hay ningunos restos, no me entregaron nada, me dijeron del hallazgo un pedazo de tela y del cuerpo de él que una costra de sangre en un árbol y a mi no me los han mostrado para corroborar que sean de mi hermano, nos mostraron nada del resto de la playera y unas ropas que encontraron en la casa que incautaron”, dijo.
González Díaz exigió que le sean entregado su hermano “ya sea vivo o muerto” y denunció que el gobierno sólo quiere dar carpetazo al caso.
El día de ayer, Gobernación informó mediante un comunicado de prensa que los restos de dos de los cinco jóvenes desaparecidos en Tierra Blanca, Veracruz, el pasado 11 de enero, fueron encontrados en el rancho “El Limón”, en el municipio de Tlalixcoyan.
Dijo que al efectuar la confronta de las muestras tomadas en el rancho, con los perfiles genéticos proporcionados por los familiares de las víctimas, se determinó la coincidencia con dos de los jóvenes desaparecidos.
“Se levantaron indicios de que en el lugar se manipulaban drogas, manejaban equipos empleados para alterar vehículos, almacenaje ilegal de hidrocarburos, así como otros ilícitos”, refiere el comunicado de la Segob.
En el sitio, añadió la dependencia, binomios caninos de la Policía Federal, entrenados para la localización de personas, marcaron de manera certera varios puntos donde los peritos recolectaron restos óseos, así como manchas hemáticas, los cuales fueron sometidos a un riguroso análisis genético.
Los padres de las víctimas de Tierra Blanca se reunieron ayer lunes con el Subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Roberto Campa Cifrián; el Fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo; el Comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, y el presidente de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, Jaime Rochín.
En el encuentro Roberto Campa Cifrián ratificó el compromiso con los familiares de informarles cualquier avance, así como la instrucción de continuar con el proceso de búsqueda.
LA DESAPARICIÓN
Los cinco jóvenes, entre ellos una mujer de 16 años, desaparecieron el lunes 11 de enero después de que policías se los llevaron en la región de Tierra Blanca cuando cargaban gasolina en una estación de servicio, de acuerdo con familiares.
Los jóvenes habían ido a la ciudad de Veracruz a divertirse y regresaban por carretera a su pueblo, Playa Vicente.
Un conocido vio cuándo eran interrogados por los policías y llamó a uno de ellos para ver si todo estaba bien, según el testimonio de los padres. La respuesta fue que no había problema.
Sin embargo, de acuerdo con ese relato, el testigo estuvo observando y vio que se los llevaban en una patrulla y en el automóvil. Los siguió durante un tramo, vio que dejaban la carretera y que se metían por un camino de tierra y alertó a las familias.
Pero ya no se tuvo más noticia sobre su destino. Cámaras de video registraron el paso de la patrulla y el vehículo y el regreso una hora después con menos gente.
De acuerdo con las autoridades, hay indicios de la participación de terceros. Al parecer, los policías los entregaron a algún grupo delictivo. No se sabe el motivo.
El pasado 14 de enero, el Fiscal del estado, Luis Ángel Bravo Contreras, informó a través de un comunicado que cuatro elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) de Veracruz fueron detenidos por llevar a cabo la detención de los jóvenes sin que lo reportaran a sus superiores.
La Fiscalía General del Estado (FGE) y la Policía Ministerial de Veracruz informaron que se activaron los protocolos de actuación ministerial para búsqueda y localización de personas y se trasladaron a 40 elementos de la Policía Estatal adscritos al municipio de Tierra Blanca como parte de las investigaciones para dar con el paradero de los jóvenes.
Por este caso, que empieza a ser llamado el “Ayotzinapa de Veracruz”, han sido detenidos hasta el momento siete policías como presuntos responsables.