Estados Unidos presentó una solicitud de extradición de Guzmán el 25 de junio pasado, antes de su fuga anterior. En septiembre, un juez estadounidense emitió una segunda orden de captura donde lo acusa de crimen organizado, tráfico de drogas, lavado de dinero y homicidios, entre otros cargos. Pero los abogados del capo ya presentaron apelaciones y recibieron requerimientos que podrían demorar el traslado durante meses o incluso años.
MEXICO (AP).— Los efectivos de la Marina mexicana apenas habían incautado los fusiles de francotirador del calibre .50 y el lanzagranadas cargado tras atrapar al narcotraficante más conocido del mundo cuando empezaron a llegar las peticiones: Extraditen a Joaquín “El Chapo” Loera Guzmán a Estados Unidos. Y pronto.
Las autoridades mexicanas evitaron pronunciarse sobre la extradición tras la captura de Guzmán en la madrugada del viernes, pero aunque decidan trasladarlo a Estados Unidos, el proceso no sería rápido. Por el momento, lo han enviado de vuelta a El Altiplano, la prisión de máxima seguridad de la que se fugó en julio.
Guzmán, que dirige el poderoso cártel internacional de Sinaloa, fue presentado ante la prensa el viernes por la noche vestido con ropa deportiva azul oscuro. Mientras era conducido a un helicóptero por marinos, estos pararon la marcha a medio camino y giraron su inexpresiva cara hacia los periodistas para que pudieran tener una imagen clara.
Las peticiones para una rápida extradición son las mismas que en febrero de 2014, tras la anterior captura de Guzmán, que enfrenta cargos por tráfico de drogas en varios estados estadounidenses. Entonces, el Gobierno de México insistió en que podía lidiar con un hombre que ya se había escapado de una cárcel de máxima seguridad, alegando que primero debía pagar su deuda con la sociedad mexicana.
El pasado 11 de julio Guzmán volvió a fugarse, ante las narices de los guardias y funcionarios de la cárcel más segura del país, empleando un túnel que sirvió como ejemplo de lo enraizada que está la corrupción en la sociedad, además de avergonzar profundamente al gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.
En el anuncio de la última captura del narcotraficante, los funcionarios fueron más discretos que hace dos años, aunque hicieron hincapié en que las labores de inteligencia e investigación corrieron a cargo de las fuerzas mexicanas en su totalidad. No hicieron mención a una posible extradición.
“Tienen que extraditarlo”, dijo Alejandro Hope, un analista de seguridad en México. “Es casi un movimiento obligado”.
Marco Rubio, Senador y precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, se hizo eco de este sentimiento al pedir la entrega inmediata de Guzmán a las autoridades estadounidenses. “Teniendo en cuenta que ‘El Chapo’ ya se ha escapado de cárceles mexicanas en dos ocasiones, esta tercera oportunidad de llevarlo ante la justicia no puede desperdiciarse”, apuntó.
Peña Nieto anunció la captura en Twitter diciendo: “Misión cumplida: lo tenemos”.
Guzmán que pasó de ser hijo de un campesino humilde al mayor narcotraficante del mundo, fue detenido tras un tiroteo entre sus hombres y marinos mexicanos en su vivienda en Los Mochis, una ciudad costera de su estado natal, Sinaloa.
Al parecer, pensó que su historia era digna de Hollywood. Uno de los motivos que ayudó a localizarlo en una casa de un lujoso vecindario de la ciudad fue su intención de filmar una película autobiográfica, dijo la Procuradora General Arely Gómez González, el viernes por la noche en el Aeropuerto de la Ciudad de México donde se mostró al reo a la prensa.
“Para ello estableció comunicación con actrices y productores, que se convirtieron en una nueva línea de investigación”, explicó.
La operación del viernes fue el resultado de seis meses de investigación y recopilación de inteligencia por parte de las fuerzas mexicanas, que el pasado octubre localizaron a Guzmán en el estado de Durango pero decidieron no atacarlo porque estaba acompañado por dos mujeres y una niña, explicó la Procuradora. Después de eso, resolvió ser más discreto y limitó sus comunicaciones hasta que decidió mudarse a Los Mochis en diciembre.
Gracias al seguimiento de su círculo más cercano, agregó, se identificó a un constructor de túneles que estaba acondicionando varias viviendas en Sinaloa y Sonora y así se ubicó una casa en Los Mochis que las fuerzas de seguridad estuvieron vigilando durante un mes. Las autoridades detectaron mucha actividad en la vivienda el miércoles y la llegada de un auto en la madrugada del jueves. Pudieron determinar que Guzmán estaba en el interior, dijo.
Al acercarse el viernes, los marinos fueron recibidos con disparos. Cinco sospechosos murieron y otros seis fueron detenidos, y un efectivo de la Marina resultó herido.
“Se podía oír una intensa balacera y un helicóptero; fue feroz”, dijo una vecina, y agregó que la batalla se alargó durante tres horas desde la 4 de la madrugada. Se negó a ser identificada por temores sobre su propia seguridad.
De acuerdo con el relato de Gómez, “El Chapo” y su jefe de seguridad, Iván Gastélum, alias “El Cholo Iván”, pudieron huir por el sistema pluvial de la ciudad. Al verse perseguidos salieron a la calle por una alcantarilla y huyeron en un vehículo robado. Poco más tarde, el coche fue localizado en la carretera de Los Mochis-Navajoa y los dos hombre fueron detenidos en la autovía.
Los marinos los trasladaron después a un hotel de carretera, el Doux, donde esperaron la llegada de refuerzos, apuntó.
En 2014, Guzmán evitó ser capturado huyendo a través de una red de túneles interconectados con el sistema de drenaje de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa.
“Se trata de un logro en favor del estado de derecho (…) una acción contra la impunidad. Muestra que el pueblo puede confiar en las instituciones”, dijo Peña Nieto.
Lo que ocurra ahora es crucial para Guzmán, cuyo cártel gestiona envíos de varias toneladas de cocaína, marihuana y fabrica y transporta metanfetaminas y heroína, sobre todo a Estados Unidos.
Estados Unidos presentó una solicitud de extradición de Guzmán el 25 de junio pasado, antes de su fuga anterior. En septiembre, un juez estadounidense emitió una segunda orden de captura donde lo acusa de crimen organizado, tráfico de drogas, lavado de dinero y homicidios, entre otros cargos. Pero los abogados del capo ya presentaron apelaciones y recibieron requerimientos que podrían demorar el traslado durante meses o incluso años.
En la vivienda de Los Mochis, los marinos incautaron dos vehículos blindados, ocho rifles, una pistola y un lanzagranadas propulsado por cohetes, dijo el cuerpo en un comunicado.
Las imágenes del arsenal mostraron que con dos de los rifles, de calibre .50, se podría penetrar la mayoría de chalecos antibalas y autos blindados. El lanzagranadas estaba cargado, y cerca había otra granada. Además había un fusil de asalto con un lanzagranadas de 40 mm y al menos una granada.
“La detención es un logro importante en nuestra lucha compartida contra la delincuencia, la violencia y el tráfico de drogas transnacional”, dijo la agencia antidrogas estadounidense DEA en un comunicado.
Después de su primera captura en Guatemala en 1993, Guzmán fue sentenciado a 20 años de cárcel. En 2001 se escapó de una prisión de máxima seguridad, supuestamente en un carrito de lavandería, aunque algunos expertos dudan de esta versión y creen que huyó por la puerta principal vestido de Policía.
Su segunda fuga fue mucho más elaborada. “El Chapo” se escapó de la prisión de El Altiplano por un túnel de kilómetro y medio de largo, con electricidad, ventilación y hasta una motoneta que se movía sobre rieles, que conectaba la ducha que tenía en su celda con el exterior. Dada la envergadura de la obra, se presume que contó con la complicidad de funcionarios de la cárcel donde volvió a dormir la noche del viernes.