Ciudad de México, 8 de septiembre (SinEmbargo).- Tras 38 años de haberse instalado en un viejo vagón de tren, una escuela primaria ubicada en el municipio de Naucalpan, Estado de México, es la institución con el segundo más alto nivel educativo de la entidad. Sin embargo, está a punto de desaparecer por la presión del Gobierno federal para que se retire de las vías férreas, dice un despacho publicado hoy por China Central Television (CCTV).
La escuela Art. 123 Lic. Adolfo López Mateos, con clave 15DPR3008L dependiente de la Secretaría de Educación Pública (SEP), está ubicada en la colonia del Conde, en el poblado de San Bartolo, y es la última de estas primarias mexicanas ubicadas sobre viejos vagones descarrilados.
La primaria en la que toman clases 20 niños en promedio por ciclo escolar, pertenece a las denominadas escuelas Artículo 123 (en referencia al derecho de los trabajadores), creadas en los años veinte del siglo pasado, para dar asistencia educativa a los empleados de empresas agrícolas e industriales y las familias que viajaban con ellos por toda la República.
Dichos colegios públicos fueron extinguiéndose poco a poco a partir de los años noventa, como lo hicieron los trenes de todo el país tras la privatización del sistema ferroviario.
En inicio, al trabajar para Ferrocarriles Mexicanos (Ferronales), el profesor junto con el vagón escuela recorrieron gran parte del país, llegando a los rincones más recónditos para enseñar a niños que no tenían acceso a escuelas públicas. Pero luego el tren varó y hoy no se mueve más.
"Somos una escuela rara y parece que la SEP no se da cuenta, nos enviaron unas computadoras, ¿pero dónde las voy a meter?", se quejó Jaime Mayolo Contreras Parra (quien hace las funciones de director desde la fundación de la institución educativa), en entrevista con el diario español El País.
La escuela se encuentra dentro de los municipios de la Cruzada Nacional contra el Hambre, programa gubernamental dirigido supuestamente a rescatar de la pobreza y la marginación a 7.4 millones de mexicanos calificados como "los más pobres entre los más pobres".
"Aunque ya están a mediados del mes de abril, todavía no ha llegado el dinero para los alimentos que les manda la Secretaría y los niños tendrán que comer en su casa lo que haya ese día. La SEP les da 15 pesos por niño al día, aunque en este ciclo han contado mal y tienen en cuenta 23 niños, cuando son en realidad 28", le dijo el maestro al rotativo europeo.
"Es demasiado para mí, el trabajo es muy pesado estar al día con toda la papelería que pide la SEP, los días de mi descanso -sábados y domingos- los aprovecho para organizar todo, y ya no son descansos", indicó con tristeza el profesor que realiza casi todo el trabajo educativo y administrativo él solo.
Ante el reducido espacio del vagón escuela, el maestro se las arregla para impartir clase a cada uno de los grados (del primero al cuarto).
El vagón escuela tiene un lavabo, pero el agua es insuficiente, ventiladores para atenuar el calor y con un solo baño instalado bajo el furgón, servicios sanitarios improvisados, para atender las necesidades de los niños que llegan a tomar clases a esta escuela, misma que se encuentra en un cinturón de miseria y alta incidencia delictiva.
Sin embargo, el maestro afirma que los ladrones "han respetado la escuela, pues entre todos los vecinos nos cuidamos".
Pese a las carencias, esta escuela primaria logró el segundo lugar a nivel sector, entre medio centenar de primarias, en lo que fue la Prueba Enlace 2014, logro académico que hasta hoy no se refleja en gratificación alguna para el profesor, afirmó el mismo docente.
"No me ha preguntado por qué no me he retirado aún. Yo sé que si me voy, la cierran. Y no quiero verlo, prefiero morirme antes", dijo Contreras Parra.