Ciudad de México, 7 de octubre (SinEmbargo).- El cambio de estatus de protección del Nevado de Toluca, de Parque Nacional a Área de Protección de Flora y Fauna, se debió al descuido en que se encuentra la zona, afirma la directora de la Oficina Centro y del Valle de Bravo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), Samantha Namnum.
La decisión, anunciada el 1 de octubre en el Diario Oficial de la Federación y tomada por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), es un reconocimiento del fracaso del mantenimiento y protección del ahora ex Parque Nacional, de acuerdo con la especialista.
Namnum explica en entrevista con SinEmbargo la importancia de la zona. Se trata de la fábrica de agua que surte a Toluca y su área metropolitana, e incluso a parte del Valle de México.
Asimismo, ahora con su nuevo estatus es un área de 53 mil 590 hectáreas, con mil 127 especies, de las cuales 768 corresponden a plantas, 124 hongos y 235 animales, de estos 41 están en peligro de extinción.
Decretada Parque Nacional en 1936 por el gobierno de Lázaro Cárdenas, 77 años después pasa a ser Área de Protección de Flora y Fauna, lo que significa que sus medidas de preservación se flexibilizan, dado que las condiciones que lo hicieron parque ya no se cumplían, ni las medidas para conservar ese estatus. Porque las actividades que estaban marcadas como restringidas sí se realizaban y lo dañaban.
“El Nevado de Toluca fue decretado por la importancia de sus bosques y por ser una fuente de abastecimiento de agua a Toluca y al Valle de México y a ciudades aledañas y ahora la verdad es que presenta una degradación muy importante que ha venido sucediendo a lo largo de estos años y si no se empieza a regularizar en unos años no va a quedar nada”, explica la especialista.
El Secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Juan José Guerra Abud, reconoció esta situación. El viernes pasado informó que en la zona viven 10 mil 200 ejidatarios que no podían ejercer derechos, pero ante la necesidad de supervivencia, talan los bosques de manera ilegal y siembran cultivos agresivos para el suelo.
La directora de la Oficina Centro de CEMDA recuerda que en 1936 el parque estaba en muy buenas condiciones. El decreto de aquel año establecía que contaba con 45 mil hectáreas. En estos 77 años transcurridos desde entonces perdió el 55% de sus áreas forestales, por la apertura de zonas agrícolas, por pastoreo y los incendios.
“Otro de los datos es que ha habido una disminución importante de aves y mamíferos, sobre todo de estos de tamaño mediano y grande que han desaparecido por la caza excesiva y por la destrucción de hábitat. También se ha dado mucho la actividad de turistas y coleccionistas que han dañado vertebrados e invertebrados pequeños. Las aves canoras (las que cantan) y de ornato también han sido capturadas de manera sistemática para venderlas. Luego tengo el dato de que ha habido mucha introducción y abandono de perros y gatos domésticos; cuando hay animales exóticos, es decir que no son de ese hábitat la fauna silvestre de la zona empieza a desplazarse. Otro de los problemas es la actividad que hay con la circulación de vehículos automotores dentro del parque y que ha contribuido a la destrucción de estas especies de fauna”.
A ello se agrega la actividad agropecuaria y forestal, que así describe la representante de CEMDA.
“Las comunidades están haciendo aprovechamiento forestal, éste no estaba permitido y aun así se hacía. Hay contaminación del suelo por el uso de agroquímicos, cuando hacen actividades agropecuarias, hay muchas pérdidas de suelos y de barrancas”.
Lo anterior ha sido una presión para la zona, a lo que se suma la descoordinación por parte de las autoridades.
REGLAMENTACIÓN MÁS CLARA
El decreto es una oportunidad de revertir esto con una regulación menos restrictiva, a juicio de la entrevistada.
“Algo que establece el actual decreto y no establecía el anterior es ciertas subzonas dentro del área. Primero que nada ya se delimitó un polígono, un número de ciertas hectáreas que ya están dentro de este polígono decretadas como área natural protegida. El total del polígono es 53 mil 590 hectáreas, dentro de estas hay una zona núcleo denominada cráter la cual es de mil 941 hectáreas. Luego está la de amortiguamiento que es la más grande que tiene una superficie de 51 mil 640 hectáreas. Y dentro de esta hay subzonas, esto empieza a dar un poco más de certeza jurídica a la zona que antes no estaba como polígono, antes no estaba georeferenciada la referencia de dónde empezaba y dónde acababa, ahora sí hay más certeza del área del polígono y eso puede permitir que haya una mayor vigilancia y que dentro de esta zona empiecen a catalogarse qué actividades pueden y no hacerse y que el propio decreto lo dice”, describe Namnum.
Con reglas administrativas y sanciones más claras, la reglamentación es más cristalina, afirma.
“Ahora cuando ya se haga el programa de manejo ya se van a definir reglas administrativas, sanciones a las que puedan hacerse acreedoras las personas que incumplan con esto, de alguna forma ya vas reglamentando de una forma más específica. Eso no implica que deje de haber preocupación, porque obviamente las actividades son más permisivas de las que se hacen en un parque nacional, sobre todo en la zona de amortiguamiento. Se abre la posibilidad de hacer más actividades de una forma más ordenada pero por otra parte se restringe hacer las actividades que ya se hacen (y que deberán hacerse) pero de manera más ordenada como pueden ser los aprovechamientos forestales y agropecuarias”, expresa.
El reto para la nueva Área de Protección de Flora y Fauna Nevado de Toluca es que se cumplan los nuevos lineamientos y se tenga un plan de manejo, para el cual el plazo es de un año, lo que no es garantía de que se cumpla.
“Lo que sucede es que muchas áreas están decretadas en papel, pero realmente no existe un plan de manejo, una administración que cuente con los recursos necesarios para poder aplicar las políticas, tener vigilancia, personal, automóviles para las inspecciones”, explica Namnum.
Un ejemplo de la falta de cumplimiento se halla también en el Estado de México. Se trata del Área de Protección de Recursos Naturales de las Cuencas de los Ríos Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec, decretada en 2005 y que aún no cuenta con un plan de manejo, asegura.
“Eso hace que haya una incertidumbre legal muy fuerte. Aun cuando los recursos ya se ejercieron es un problema, estamos haciendo una omisión a un recurso que ya ejercieron y que debiera de cumplirse en un programa para el que debiera ser destinado. Es un área de protección de recursos naturales que incluso abarcaba hasta el Nevado de Toluca y había un traslape en el polígono de las áreas, es un área que abarca ocho municipios, entonces existe constantemente esta problemática dentro de las áreas naturales protegidas, muchas de ellas no cuentan con los programas de manejo, con los polígonos en donde podamos ubicar exactamente qué territorio está bajo la protección de las áreas protegidas, muchas veces existen graves problemas de tenencia de la tierra con las comunidades que habitan en la zona. Muchas veces la propia ciudadanía que vive en la zona protegida o aledaña no conoce que existe este régimen de protección y no se involucra participando activamente dentro del área”.
Regresa al caso del Nevado de Toluca, cuando se le pregunta si la población que ahí vive resulta un desafío para la conservación del Nevado de Toluca.
“De hecho ese es el problema, las mismas comunidades aledañas que tienen que vivir del aprovechamiento de los recursos y por eso tienen que entrar a la tala de árboles, la siembra de papa, que es un cultivo que usa muchos agroquímicos y fertilizantes y la tierra cada vez es menos productiva y hay que usar más fertilizantes y agroquímicos lo cual genera mucha contaminación”, responde.
Adelanta que CEMDA estará vigilante del cumplimiento del nuevo decreto y pide a las autoridades ambientales conservar categorías originales, que se traducen en que el manejo de las áreas es bueno, o incluso restringirlas más; en contraste, rebajarlas implica que las áreas están debilitadas.
“Un buen resultado sería tener zonas muy conservadas que se han recuperado y que pudieran adquirir recategorización más estricta como una reserva de la biósfera”, concluye.
PARA CONOCER AL NEVADO
- El Nevado de Toluca fue decretado Parque Nacional en 1936, bajo el gobierno de Lázaro Cárdenas, con 45 mil hectáreas
- El 1 de octubre de este año deja de ser Parque Nacional para convertirse en Área de Protección de Flora y Fauna, su área creció a 53 mil 590 hectáreas.
- En el Nevado de Toluca conviven mil 127 especies, de las cuales 768 corresponden a plantas, 124 hongos y 235 animales, entre estos 41 están en peligro de extinción.
- Surte de agua a Toluca y su zona conurbada, y a parte del Valle de México.
- 10 mil 200 ejidatarios viven en el Nevado de Toluca
- La tala, las actividades agropecuarias, los incendios, la caza, la extracción de especies por parte de coleccionistas, son algunas de las causas por las que el Nevado de Toluca cambió su estatus de parque nacional a Área de Protección de Flora y Fauna.