Sr. Procurador: ¿refresqueras por consumidores?

06/12/2016 - 12:05 am
En México, la política contra la obesidad y la diabetes es un desastre: El Poder del Consumidor. Foto: Cuartoscuro.
En México, la política contra la obesidad y la diabetes es un desastre: El Poder del Consumidor. Foto: Cuartoscuro.

Sr. Procurador Nemer: El nombramiento de un representante de la empresa Coca Cola en el Consejo Consultivo de Consumo de la PROFECO tiene serias implicaciones. Aún más cuando su entrada se da en el momento que terminamos nuestra participación en este consejo, después de 8 años. No podemos evadir el contexto en el que nos encontramos para valorar este nombramiento de su parte: la declaratoria reciente de dos emergencias epidemiológicas por la Secretaría de Salud, una por obesidad y la otra por diabetes.

Nuestra participación en el Consejo de PROFECO se enfocó en, justamente, promover las regulaciones recomendadas por la Organización Mundial de la Salud para combatir la obesidad y la diabetes. Varias de estas recomendaciones tienen que ver con derechos fundamentales de los consumidores: el derecho a la información y el derecho de protección especial a los grupos vulnerables, especialmente, la infancia. Por su parte, Coca Cola, junto con un grupo de las más grandes corporaciones de alimentos y bebidas, a las que representa el nuevo consejero, se han opuesto permanentemente a estas regulaciones a través de una estrategia muy diversificada.

La propia directora general de la Organización Mundial de la Salud, la Dra. Margaret Chan ha señalado refiriéndose al papel de la gran industria de alimentos y bebidas en relación a las políticas para combatir la obesidad, la diabetes y enfermedades cardiovasculares:

Son estas industrias las que en este momento temen una regulación de sus productos por parte de las administraciones sanitarias y las que están recurriendo a las mismas tácticas que antaño puso en práctica la industria tabacalera.

El pasado reciente aporta pruebas suficientes para documentar que estas tácticas por parte de la industria alimentaria ya se han puesto en marcha. Entre ellas, se incluyen la creación de empresas dentro del mismo grupo con una “cara amable”, la creación de grupos de presión, el realizar promesas de autorregulación, el interponer demandas y el financiar estudios de investigación que lo que consiguen es tergiversar la evidencia y confundir al ciudadano.

Entre sus estrategias destacan también el hacer descansar la responsabilidad de una mala salud en cada persona, individualmente; así como pretender hacer creer que las acciones de los gobiernos por regular estas cuestiones no son otra cosa sino una forma más de interferir en la libertad personal de cada cual y su derecho a elegir libremente.

La oposición ejercida es de una magnitud formidable. Ya que un amplio poder en los mercados se traduce en poco tiempo en poder político, son pocos los gobiernos que han priorizado las cuestiones de salud frente a los grandes negocios. Tal y como hemos aprendido de experiencias anteriores, como con la del tabaco, cuando una corporación poderosa se lo propone, puede vender casi cualquier cosa a la población.

Si una industria está involucrada en la formulación de políticas de Salud Pública, tengan la seguridad de que aquellas medidas más eficaces serán o bien minimizadas o bien apartadas en su totalidad. Esta tendencia también está bien documentada y es así mismo peligrosa.

En medio de la emergencias epidemiológicas por obesidad y diabetes en México, de la muerte este año de más de 100 mil personas por diabetes, de más de 75 mil amputaciones por esta enfermedad, de la retinopatía diabética convertida en la principal causa de ceguera en personas en edad económicamente activa, con la proyección de que uno de cada dos niños mexicanos nacidos a partir del 2010 desarrollará diabetes, y con un sistema de salud pública colapsado, PROFECO toma la decisión de elegir a un representante de Coca Cola y de las empresas de alimentos y bebidas para ocupar un lugar en su Consejo Consultivo.

La decisión coincide con la conclusión de nuestra participación en el Consejo en la que promovíamos las regulaciones recomendadas por la OMS, como son:

1. El establecimiento de un etiquetado frontal realmente útil para los consumidores que pueda advertir la presencia de altos contenidos de azúcar, grasas y/o sodio. ¿De qué otra manera puede un consumidor tener información sobre un producto más que a través de un etiquetado? La industria argumenta que la obesidad es un problema de responsabilidad individual pero se niega a que existan etiquetados que realmente sean entendibles y útiles para los consumidores. ¡Pueden tomar decisiones informadas los consumidores con etiquetados no entendibles y engañosos?

2. Por otro lado, en nuestra participación en el Consejo veníamos presentando estudios que demuestran que la regulación de publicidad de alimentos no saludables dirigida a los niños no es efectiva al no aplicarse ni a los horarios ni a los programas más vistos por los niños en televisión, ni en espacios exteriores, ni en internet, etc, así como tampoco regula el uso de regalos, de personajes, de promociones y demás estrategias utilizadas eficientemente por la industria para persuadir a los niños en la demanda de estos productos. Es en los niños donde se generan los malos hábitos de alimentación que están creando esta epidemia.

La estrategia utilizada por parte de las grandes empresas de alimentos y bebidas ha incluido, además de las acciones señaladas por la Dra. Chan, la infiltración en los órganos de gobierno y la influencia desde dentro de las instituciones. El mayor logró alcanzado en esta estrategia se ha dado con el gobierno electo de Donald Trump que ha elegido para coordinar el gabinete en alimentación, como lo señalamos anteriormente, al director de una agencia de cabildeo que ha dado sus servicios a la American Beverage Association, madre de la mexicana ANPRAC, que se han enfocado en bloquear las regulaciones promovidas por la OMS para la protección de la salud pública y enfrentar las epidemias de sobrepeso y obesidad.

La ausencia de protección de los derechos de los consumidores en materia de información, a través de etiquetados frontales entendibles y útiles en los alimentos y bebidas, así como la falta de protección de la infancia frente a la intensa y efectiva publicidad de alimentos y bebidas no saludables, han jugado un papel muy importante en la generación de la epidemia de obesidad y diabetes que vivimos.

Esta situación puede cambiar: mientras la PROFECO invita a un miembro de la industria de alimentos y bebidas, a un funcionario de Coca Cola, a su consejo consultivo, el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC) de Chile, presenta una denuncia contra Nestlé, Kellog´s y Masterfoods (importador y distribuidor de M&M) por utilizar figuras infantiles en los envases de varios de sus productos que contienen algún sello de “ALTO EN”. En Chile se ha establecido la prohibición de, por ejemplo, que personajes como el Tigre Toño estén en los empaques deproductos no saludables como las Zucaritas.

La política en Chile es integral. El etiquetado frontal consiste en sellos negros que advierten, al frente del producto, si contiene altos contenidos de azúcar, grasas saturadas, sodio y/o calorías. Este etiquetado es fácilmente entendible y fue probado, incluso, en niños y el resultado es que lo entienden muy bien, lo que se puede observar en el video: http://bit.ly/2guuU0t . Los productos que tienen algún sello de “ALTO EN” no pueden ser publicitados entre 6 am y 10 pm y no pueden tener ningún personaje infantil en su empaque, ni ofrecer ningún regalo o promoción. El combate a la obesidad se está haciendo de manera integral, puede observarse como se corresponden estas medidas de etiquetado, publicidad y la regulación en escuelas en el video: http://bit.ly/2gUSUKQ Los resultados ya están ahí en el mercado chileno con la reformulación masiva de los productos por parte de la industria. Cuando hay voluntad y no contubernio, el interés público puede prevalecer.

En México, la política contra la obesidad y la diabetes es un desastre: ni los estudiantes de nutrición entienden el etiquetado frontal que se estableció para supuestamente combatir la obesidad y la diabetes; la regulación de la publicidad en televisión es por cuatro horas únicamente y no cubre los programas y horarios más vistos por los niños, ni la publicidad en espacios abiertos, internet y otros medios, además de no prohibir el usos de personajes, regalos y promociones; y, la regulación de alimentos y bebidas no se aplica en la mayor parte de las escuelas por falta de información y vigilancia. Todo es una muestra más de la suma explosiva del conflicto de interés y la falta de profesionalismo en la política pública.

La declaración de emergencia epidemiológica se quedará en el papel si no se enfrentan los graves problemas que acarrea la Estrategia Nacional para la Prevención y Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes. La defensa del derecho de los consumidores a una información útil y veraz en los etiquetados y la protección de los derechos del grupo vulnerable que representa la infancia frente a la publicidad de productos no saludables, es una labor fundamental que PROFECO no ha cumplido.

Si no hemos avanzado en el combate de estas epidemias es simplemente por el conflicto de interés a todos los niveles y la falta de profesionalismo de los funcionarios públicos. El que el Consejo Consultivo no sustituya nuestra participación con un nuevo miembro que conozca esta materia y defienda los intereses de los consumidores y, en cambio, se invite a un miembro de la industria que se ha opuesto a estas regulaciones, aporta más al problema, no a la solución.

Sr. Procurador, le solicito:

1. Nombrar un nuevo miembro al Consejo Consultivo de Consumo que conozca de las regulaciones en materia de etiquetado y publicidad de alimentos y bebidas, libre de conflicto de interés, que represente el interés de los consumidores.

2. Encargar estudios para evaluar la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia, que tome en cuenta los estudios elaborados por el Instituto Federal de Telecomunicaciones, UNICEF y El Poder del Consumidor. Que se consideren todos los medios y todas las herramientas que se aprovechan de “la credulidad e inexperiencia de los niños”, como señala la OMS. Este estudio debe ser elaborados por expertos libres de conflicto de interés.

3. Retomar las evaluaciones realizadas por UNICEF, OMS, OPS y el Instituto Nacional de Salud Pública para establecer un proceso transparente que permita probar entre consumidores mexicanos, cuál es el etiquetado frontal más útil para que podamos advertir si un producto contiene altas concentraciones de azúcar, sodio, grasas y/o calorías totales.

En El Poder del Consumidor mantenemos nuestra disposición de colaborar con la PROPFECO y con todos las instituciones y organismos que laboren por el interés público y el bien común.

Nota a los lectores: Con el fin de no dar una falsa imagen del Consejo Consultivo del Consumo de PROFECO y que se pueda pensar que ha sido un órgano que ha trabajado de manera regular y organizada, es necesario señalar que no es así. La PROFECO ha tenido cuatro procuradores en un periodo de cuatro años, usted se podrá imaginar. El Consejo no ha trabajado más que durante la corta administración de la procuradora Lorena Martínez, periodo en que se realizaron diversas reuniones en los grupos de trabajo con avances importantes. Podrá preguntarse entonces por qué tanto interés en este consejo, simplemente puede ser un espacio para recomendar y fortalecer una buena política o para todo lo contrario: depende del procurador y los consejeros. El Consejo también puede ser nada, como en gran parte de esta administración.

Alejandro Calvillo
Sociólogo con estudios en filosofía (Universidad de Barcelona) y en medio ambiente y desarrollo sustentable (El Colegio de México). Director de El Poder del Consumidor. Formó parte del grupo fundador de Greenpeace México donde laboró en total 12 años, cinco como director ejecutivo, trabajando temas de contaminación atmosférica y cambio climático. Es miembro de la Comisión de Obesidad de la revista The Lancet. Forma parte del consejo editorial de World Obesity organo de la World Publich Health Nutrition Association. Reconocido por la organización internacional Ashoka como emprendedor social. Ha sido invitado a colaborar con la Organización Panamericana de la Salud dentro del grupo de expertos para la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a la infancia. Ha participado como ponente en conferencias organizadas por los ministerios de salud de Puerto Rico, El Salvador, Ecuador, Chile, así como por el Congreso de Perú. el foro Internacional EAT, la Obesity Society, entre otros.
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