Guadalajara (México), 6 dic (EFE).- El escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia fue objeto hoy de un homenaje póstumo en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) por parte de escritores que destacaron su “mordacidad” y el poder “desmitificador” de su literatura.
Ibargüengoitia (1928-1983) fue autor de libros como “Los relámpagos de agosto” (1965) y “El atentado” (1963), que desacralizaron la Revolución Mexicana, y otros como “Maten al león” (1969), dedicado a desmitificar a los “caudillos tropicales” latinoamericanos de aquel tiempo.
Varios escritores hablaron con Efe sobre este autor, que en su época no gozó del reconocimiento de sus contemporáneos pero que con el tiempo ha demostrado haber dejado una obra de gran calado.
“Para mí es una influencia literaria principal. Creo que es probablemente el autor cuya visión de México más congruente veo”, explicó Antonio Ortuño.
Consideró que fue un autor que se desenvolvió en “un México de grandes caudillos culturales” y quien, con los años, ha sido recuperado y está vigente.
“Ahora justamente el haber sido un desmarcado y tomar otras elecciones, y escribir de una manera diferente, parece que lo ha hecho mucho más actual y hace más posible que uno empate y embone con esa visión”, apuntó Ortuño.
Este escritor consideró que el adjetivo “ibargüengoitiano” sirve para definir un espacio literario “donde se mezclan el humor negro y la tragedia más absoluta”.
Por su parte Juan Villoro explicó que el escritor en vida padeció cierto “grado de abandono” por parte de la crítica a pesar de que “era un autor muy leído, muy seguido por lectores muy inteligentes”.
“Ibargüengoitia se percibió mucho tiempo como un autor divertido. Pero la cultura mexicana ha privilegiado el sufrimiento, la desgarradura, la denuncia, por encima del sentido del humor y, por tanto, parecía poco profundo”, apuntó.
El también periodista consideró que “ha costado mucho entender en México que el humor es un atributo de la inteligencia, es decir que te enseña a mirar la realidad de otra manera”.
Sostuvo que actualmente Ibargüengoitia tiene “una importantísima valoración crítica” y que “se han reeditado sus obras tanto en México como en España”, lo que ayuda a considerarlo “un clásico indiscutible”.
Para Villoro “su gran contribución es la desacralización de la historia, pensar que en todo acto público hay una causa privada no necesariamente positiva”.
“Es un desmitificador de temas tan contundentes como la Revolución Mexicana y las intenciones de los políticos”, puntualizó.
En el homenaje el poeta Benito Taibo le escribió a Ibargüengoitia una carta de una sola frase para darle “el parte de novedades” de los 30 años en que no ha estado con nosotros: “No ha cambiado nada”.
“Lo extrañamos más que nunca porque necesitamos esa mordaz manera de enfrentar, quitándole todo el oropel, lo fatuo, la imbecilidad, la ridiculez a la que está sometida siempre la sociedad mexicana y puesta en el espejo de su mirada, que es la que nos devuelve la verdad verdadera”, dijo luego a Efe.
Recordó una frase de Ibargüengoitia que a su juicio lo retrata y deja ver que se mueve en una dicotomía entre la “mordacidad y la seridad”: “Quienes piensen que todo lo que escribo es broma, son unos estúpidos. Pero quienes piensen que todo lo que escribo es verdad, esos son unos pendejos (imbéciles)”.
Además de los tres escritores anteriores en el acto participaron los periodistas Mariana Hernández y Jorge Zepeda Patterson, y el también escritor Ignacio Padilla. EFE