Haití sigue contando los muertos que dejó Matthew a su paso, los cuales alcanzan hasta ahora la cifra de 264. En tanto, Miami y Fort Lauderdale resienten los efectos del huracán, aunque previamente el Gobierno evacuó a la población. Se espera que por la madrugada el huracán arribe a West Palm Beach y luego avance lentamente hacia el norte durante las siguientes 12 horas. Los meteorólogos dijeron que es probable que siga a lo largo de la costa de Georgia y de South Carolina durante el fin de semana antes de salir hacia el mar, y tal vez incluso girar de vuelta hacia Florida a mediados de la próxima semana como tormenta tropical.
Ciudad de México, 6 de octubre (SinEmbargo/EFE/AP).- El Ministerio del Interior de Haití informó hoy que suman 283 los muertos tras el paso por el país del huracán Matthew, que también dejó grandes destrozos en la infraestructura de la nación caribeña.
El nuevo balance de víctimas se produce horas después de que el presidente interino haitiano, Jocelerme Privert, visitara la región suroeste, la más afectada por los efectos devastadores del fenómeno.
Dos días después de que el huracán Matthew tocase tierra haitiana en su extremo suroeste comienza a conocerse la magnitud de los daños que causó a su paso por la isla caribeña, donde la cifra de muertos continúa aumentando y ya se eleva a 264.
Hoy, precisamente, se abrió el único paso por carretera con la región sur, que había permanecido aislada desde el martes, así que ya se puede emprender camino hacia las zonas más devastadas, como el pequeño poblado de Bergeaud, a unos 190 kilómetros de Puerto Príncipe.
Allí ya han rescatado ocho cuerpos de víctimas del fenómeno, la última esta misma tarde, y cuyo cadáver yace boca arriba, desde hace horas, a un lado de la carretera.
Según explicó a Efe Paul, involucrado en las tareas de búsqueda, todos los muertos son vecinos del pueblo, los estaban buscando desde que pasó el huracán “y aún tienen que encontrar a uno más”, apuntó.
El cuerpo está expuesto a la vista de cualquiera que circule por la única vía que lleva a Les Cayes, una de las principales ciudades del Departamento Sur, que hasta hoy permaneció aislado, tras colapsar el puente de Grand Goave, puerta de acceso a esa región.
La presencia del cadáver no parece inmutar a los habitantes del poblado, atareados en reparar los destrozos, en lavar ropa y en continuar con sus vidas.
Solo algunos curiosos que están de paso prestan atención al muerto hasta que una interrupción del tráfico lo convierte en una especie de atracción inerte para los que están atrapados en la vía.
Los vehículos no pueden circular porque un grupo de hombres cortó la carretera usando escombros y árboles derribados por Matthew. Pretenden cobrar un peaje a los usuarios de la vía, protestar por el hambre y la sed que padecen.
Así se lo explican al traductor de una patrulla de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) que se encontraba cerca e interviene para convencer al grupo de que abran el paso.
Es uno de los muchos miembros de esta misión de ONU desplegados por el país tras el huracán, cambiando por el patrullaje la labor de entrega de material electoral que tenían encomendada con motivo de las elecciones que se debían celebrar este domingo, 9 de octubre.
El gobierno haitiano dijo hoy que el fenómeno causó una “catástrofe” en el sur, y que las informaciones de las que disponen son todavía parciales porque en algunas zonas de esa región no hay comunicación.
Horas después de que el ministro del Interior, François Anick Joseph, informará de la muerte de 108 personas, fuentes de Protección Civil del Departamento Sur elevaron la cifra a 264.
El incremento se debe a que, hasta ahora, ni siquiera las autoridades haitianas habían llegado hasta las ciudades más castigadas por Matthew y había sido imposible iniciar el proceso de cómputo de daños personales y materiales.
Hoy se han fletado varios aviones y, además, ha bajado lo suficiente el nivel de agua del río La Digue como para que los vehículos a motor puedan cruzarlo en ausencia del puente de Grand Goave, que colapsó tras el paso del huracán.
El trasiego, desde el mismo momento en que ha sido posible atravesar esa barrera, es constante.
Camiones, autobuses y vehículos particulares cruzan de un lado al otro. Quien no está motorizado, puede pasar sin mojarse a cuestas de uno de los haitianos que presta ese servicio, el de cargar personas entre orilla y orilla, por 100 gourdes (un dólar).
Es el inicio de un camino en el que se puede apreciar el incremento paulatino del nivel de desastre, que llega a su máxima expresión en Jeremie, en la punta más a oeste en el sur de Haití.
SE ACERCA A FLORIDA
El huracán Matthew se acercaba el jueves a Florida con vientos potencialmente catastróficos de 225 kph (140 mph), mientras dos millones de personas en el sureste recibieron advertencias para que se desplazaran tierra adentro.
Es la tormenta más poderosa que amenaza la costa estadounidense en el Atlántico en más de una década.
“Esta tormenta es un monstruo”, dijo el gobernador Rick Scott mientras comenzaban a sentirse los efectos de Matthew.
Mientras avanza con dirección, Matthew se ubica a unos 160 kilómetros (100 millas) o más de las costas de Florida, lo que ha evitado que los 4.4 millones de habitantes en las áreas de Miami y Fort Lauderdale resientan los efectos más fuertes.
“Tuvimos suerte esta vez”, dijo Carlos Gimenez, alcalde de Miami-Dade.
Se pronostica que Matthew toque tierra —o se acerque peligrosamente— el viernes en la madrugada al norte de West Palm Beach, que tiene aproximadamente 1,1 millones de residentes, y luego avance lentamente hacia el norte durante las siguientes 12 horas a lo largo del corredor de la carretera interestatal 95, a lo largo de Cabo Cañaveral y Jacksonville, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes.
Los meteorólogos dijeron que entonces es probable que siga a lo largo de la costa de Georgia y de South Carolina durante el fin de semana antes de salir hacia el mar, y tal vez incluso girar de vuelta hacia Florida a mediados de la próxima semana como tormenta tropical.
Millones de personas en Florida, Georgia y South Carolina recibieron instrucciones para evacuar sus hogares, y las carreteras interestatales fueron transformadas en vías de un solo sentido con el fin de agilizar el éxodo. Tan sólo en Florida, 1.5 millones de personas recibieron tal aviso.
Muchas personas colocaron tablas en las ventanas de sus casas y negocios, y las dejaron a merced de la tormenta.
“No vamos a dejar nada al azar en este”, dijo Daniel Myras, que pasó apuros para hallar suficiente madera contrachapada para proteger su restaurante, the Cruisin Cafe, a dos cuadras del paseo marítimo de Daytona Beach.
“Mucha gente aquí se ríen y dicen que ya han pasado por tormentas antes y no están preocupadas. Pero creo que este es el que nos va a dar una llamada de atención”, agregó.
Los vientos del huracán se fortalecieron conforme se acercaba, y pasó de categoría 3 a 4. Los meteorólogos dijeron que podría arrojar hasta 381 milímetros (15 pulgadas) de lluvia y provocar marejadas de 2.7 metros (9 pies) o más.
El presidente Barack Obama declaró el estado de emergencia para Florida y South Carolina, con lo que dio luz verde para el uso de dinero y personal federal con el fin de proteger vidas y propiedades.
El aeropuerto de Fort Lauderdale cerró sus puertas, y el de Orlando también tenía planeado hacer lo mismo. Las aerolíneas cancelaron más de 3.000 vuelos el jueves y el viernes, muchos de ellos en Miami y Fort Lauderdale.
Los afamados parques temáticos de Orlando —Walt Disney World, Universal Studios y SeaWorld— cerraron.
Mathew provocó la muerte de cuando menos 114 personas a su paso por el Caribe. Las autoridades dijeron que cuando menos 108 de esos fallecimientos fueron en el empobrecido Haití, donde muchos poblados quedaron aislados y la magnitud del desastre apenas estaba siendo captada dos días después.
A las 6 de la tarde tiempo del este, Matthew se ubicaba a unos 233 kilómetros (145 millas) al sureste de West Palm Beach, desplazándose hacia la ciudad a unos 22 kph (14 mph