La Otra Nación produciría la energía suficiente para alimentarse así misma y a las áreas vecinas, todo esto sería posible con la ayuda de una instalación de 90 mil kilómetros cuadrados de paneles solares.
Ciudad de México, 6 de abril (SinEmbargo).- Una nueva propuesta para la frontera entre México y Estados Unidos apunta al año 2030. En ella se pinta un panorama diferente; Trump no construyó el muro y en su lugar invirtió miles de millones de dólares en una franja territorial compartida entre ambos países: La Otra Nación.
De acuerdo con un artículo publicado en The Verge, se trata de una ecotopía de muy alta tecnología, la cual funcionaría con granjas solares y que tendría conexión con un sistema de transporte Hyperloop (tren de alta velocidad). Con esto se pretende lograr un auge económico y que existan políticas ambientales que maximicen el agua potable. Así pues, el Made Collective, un grupo de arquitectos, proponen esta visión a futuro: una “co-nación compartida”.
Los responsables de esta propuesta aseguran que es un proyecto serio. “Realmente podemos hacer el continente americano completo de nuevo”, asegura Marina Muñoz, perteneciente al colectivo.
Made Collective pretende convertir la frontera en un territorio que no esté incorporada a ambas naciones, por lo que tendría un Gobierno independiente y no existiría voto en las legislaturas mexicanas ni estadounidenses. La extensión sería de 2 mil kilómetros, lo que cubriría 20 km de cada lado de la frontera, agregando a Tijuana, El Paso y San Diego a la zona.
La Otra Nación produciría la energía suficiente para alimentarse así misma y a las áreas vecinas, todo esto sería posible con la ayuda de una instalación de 90 mil kilómetros cuadrados de paneles solares.
El Gobierno de este territorio estaría a favor de los controles biométricos de cada lado, lo que preservaría y restauraría las cuencas hidrográficas y los ecosistemas locales. El Hyperloop atravesaría el país comenzando en San Diego y Tijuana.
Los miembros del colectivo argumentan que han solicitado formalmente un contrato del gobierno de EU, con lo que se espera llevar a cabo un referéndum popular, hecho que comparan con el voto de Brexit en 2016
“Debemos por lo menos tener la oportunidad de que ambas naciones voten en una solución”, dijo el arquitecto Cameron Sinclair.