Se estima que el gasto de energía diaria necesaria para un navegante solitario de la Vendée Globe es en promedio de 4 mil kcal -al menos entre 3 mil 500 y 5 mil kcal o más- mientras que un adulto en tierra precisa de 2 mil 800.
Les Sables d' Olonne, Fracia, 5 de noviembre (EFE).- El tremendo desgaste físico y mental que exige maniobrar en solitario durante ochenta días una embarcación de ocho toneladas en los océanos más duros del mundo exige también un sofisticado plan de alimentación para mantener al navegante en forma física y mentalmente.
Estos días, los pantalanes de la Vendée Globe -Vuelta al Mundo en solitario sin escalas ni asistencias- en Port Olona parecen verdaderos supermercados ya que los 29 barcos competidores cargan los alimentos a bordo, parte vital de su supervivencia en una prueba que comienza este domingo.
En primer lugar necesitan comer más para compensar el consumo de energía mucho más alta que la que habitualmente necesita una persona que desarrolla una vida laboral normal. Se estima que el gasto de energía diaria necesaria para un navegante solitario de la Vendée Globe es en promedio de 4 mil kcal -al menos entre 3 mil 500 y 5 mil kcal o más- mientras que un adulto en tierra precisa de 2 mil 800.
Además, deben tener mucho cuidado con el peso de a bordo y por lo general el peso es de 120 a 180 kg (con productos de higiene y limpieza). Los favoritos calculan comida para 80 a 85 días de, otros un poco más y no se tienen las mismas necesidades en el calor de los trópicos que en las extensiones de hielo alrededor de la Antártida.
El papel de los nutricionistas va teniendo más importancia cada vez. Ellos definen sus hábitos alimenticios en tierra y durante las carreras. A partir de ahí, preparan menús para satisfacer sus necesidades para evitar una pérdida de peso significativo, manteniendo el placer de comer.
También tienen en cuenta los efectos de la dieta sobre el sueño. Además de sus bolsas de alimentos que contienen una suficiente y equilibrada alimentación diaria, llevan una bolsa complementaria con alimentos azucarados o proteínas que provocan el sueño o, por el contrario, el estado de alerta.
La mayoría de patrones llevan de un 40 a 50 por ciento de productos al vacío y de 50 a 60 por ciento de productos liofilizados. Aunque los liofilizado han hecho grandes progresos en la última década en términos de variedad y calidad de sabor, por lo general son un poco menos popular entre los navegantes que las comidas preparadas.
Tienen sin embargo muchas ventajas, son poco voluminosos, nutritivos y muy ligeros. Sólo hace falta calentarlos en el hornillo (estilo de camping) y luego mezclar en la bolsa y listo. Esto se hace en la cocina del barco, que es espartana (un hornillo para calentar el agua y en una superficie de apenas 2 m²). El agua para disolver los liofilizados se obtiene del desalinizador de a bordo.
Las bolsas estancas que llevan los alimentos están marcados con las fechas en que deben abrirse y el navegante sabe que va a comer de manera diferente en diferentes condiciones y temperaturas encontradas en el recorrido. En el interior, hay pequeñas bolsas con cremallera que coinciden con la comida al día.
Otro punto es que hay que mover las bolsas para equilibrar el barco, estibarlas tal como se hace para las velas. A pesar de todo, un navegante puede perder una docena de kilos durante la Vendée Globe y por esto han adaptado su aprovisionamiento en consecuencia. Algunos embarcan caramelos, chocolate, frutas, pastas o frutos secos; en una palabra: dulces fáciles de coger y mordisquear.
Otros llevan pequeñas "delicatessen" al vacío, sardinas en aceite o paté enlatado, sin olvidar algo de foie gras para la Navidad o pan especial que se mantiene fresco las dos primeras semanas de carrera.
Cada bolsa diaria tiene cinco comidas liofilizadas (desayuno, almuerzo, cena, postres incluidos) y bebidas energéticas, barras de chocolate, galletas y frutos secos.
Para el inicio de la carrera se llevan algunos productos frescos, pan, ensaladas preparadas, pasta, tocino, nueces, tomates cherry, queso, bocadillos de salchichas o fruta fresca.
No se lleva nada de alcohol a bordo, excepto para celebrar una ocasión especial (Navidad o el Día de Año Nuevo) y el paso mítico Cabo de Hornos). Didac Costa llevará turrón y alguna botellita de cava.
Para reemplazar la fruta fresca se embarca fruta seca almacenada en vacío en bolsas de plástico. Las frutas proporcionan vitaminas y fibra esencial para la salud del patrón. No se pueden poner en productos lácteos frescos ya que se agrian, pero se puede llevar quesos al vacío que proporcionan calcio. También consumen barras de cereales para los carbohidratos, té y chocolate. El té también proporciona la cafeína que les despierta.