Un estudio reciente que se realizó en la Universidad de Montreal, reveló que la comida chatarra puede cambiar algunos procesos químicos en el cerebro, lo que conduce a los síntomas asociados con la depresión y la ansiedad. Además, los alimentos que son altos en grasa también pueden provocar algunas manifestaciones que son similares a los síntomas de abstinencia cuando dejan de consumirse. Estos alimentos afectan la producción de dopamina, un importante químico que produce una sensación general de bienestar. Por otra parte, esta sustancia también es compatible con la función cognitiva, la capacidad de aprendizaje, el estado de alerta, la motivación y la memoria. Es por ello que es importante evitar todos los alimentos que contienen grasa excesiva.
Casi todos los alimentos procesados contienen productos químicos, colorantes, aditivos, saborizantes artificiales, conservadores que pueden afectar el comportamiento y el funcionamiento cognitivo causando hiperactividad, tanto en niños como en adultos. Los alimentos fritos o procesados destruyen lentamente las células nerviosas que se encuentra en el cerebro. Sin embargo, algunos aceites son más peligrosos que otros, el aceite de girasol es considerado como uno de los más tóxicos.
Al igual que los alimentos fritos, los alimentos procesados o precocidos también afectan el sistema nervioso central y al mismo tiempo aumentan el riesgo de desarrollar un trastorno degenerativo del cerebro con el tiempo (como la enfermedad de Alzheimer).