Ciudad de México, 2 de agosto (SinEmbargo).– La Procuraduría General de la República (PGR) determinó que el origen de la explosión ocurrida en la Torre de Pemex el pasado 31 de enero en el Distrito Federal, tuvo un caracter "multifactorial" en el que destacan la acumulación de sedimentos de hidrocarburos procedentes de derrames desde los años 30, la presencia de gas metano de origen biológico y la de solventes utilizados para el mantenimiento.
Todo esto originó un mezcla explosiva que al momento de entrar en contacto con una chispa de origen eléctrico o mecánico generó un flamazo de forma instantánea, explicó la dependencia en un comunicado de prensa.
Los resultados del peritaje se lograron con ayuda del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, que a raíz del análisis comprobó la existencia de:
1. Diversas capas de sedimento impregnado de hidrocarburos procedentes ya sea por derrames de los depósitos de combustible de la Huasteca Petroleum Company, que hasta los años treinta estuvo situado en dicho predio, o del depósito de almacenamiento de hidrocarburos del servicio público del Distrito Federal, inmueble que también se localizó en esa ubicación.
2. Además del hidrocarburo se comprobó la presencia de materia orgánica en diferentes capas del subsuelo que contiene microorganismos (anaerobios) productores de metano, los que se desarrollaron en condiciones óptimas, ya que al estar en contacto con los hidrocarburos, se potencializó su crecimiento y reproducción, lo que se confirmó con base en los estudios de ADN de dichos microorganismos.
Aunado a esto, la Procuraduría precisó que la presencia de solventes que eran utilizados para el mantenimiento, así como la administración de conexiones eléctricas mismas que generaron vapores que en combinación con el gas metano produjeron una mezcla explosiva.
"Como conclusión: En orden de eventos se sumaron una serie de particularidades que dieron origen a la explosión del área suroriente del sótano del inmueble, en primer lugar la presencia del metano de origen biológico acumulado a lo largo del tiempo, según lo informa el Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México y los vapores provenientes de los materiales solventes que en un espacio confinado, se generó un elemento de ignición causando el estallido –según peritajes de la PGR-", dice el documento.
También se especificó que la explosión fue de tipo difuso, que se inició con una chispa de origen eléctrico o mecánico generando un flamazo de forma instantánea que consume en su totalidad la mezcla explosiva presente en la zona de pilotes aumentando la temperatura y presión ocasionando quemaduras en los tres empleados que se encontraron en la zona de pilotes para por último fracturar, romper y proyectar la loza de cimentación, y a causa de la onda expansiva, se continúan rompiendo y proyectando las lozas con efecto de abombamiento en los diferentes niveles del área del siniestro.
De acuerdo con el informe, los peritos de la PGR encontraron en el sótano del inmueble elementos de origen eléctrico para la ignición: una extensión de cable de luz, una lámpara y una clavija.
El documento explica que "el metano al ser más ligero que el aire se confinó en la parte superior de los casetones ubicados en la zona de pilotes. Éste, al ser un lugar cerrado, sin ventilación, favoreció su depósito y nula difusión".
El pasado 31 de enero el estallido en el complejo administrativo de la torre B-2 de las oficinas de Pemex en la Ciudad de México dejo un saldo de 37 personas muertas.