La decisión de Trump, anunciada con gran fanfarria en la Rosaleda de la Casa Blanca el jueves, aísla de forma inmediata a Washington en un panorama internacional de preocupación. Demuestra que Estados Unidos está dispuesto a alejarse de la coalición que formó hace apenas 18 meses. Casi 200 países firmaron el pacto forjado durante la presidencia de su predecesor, Barack Obama. Ahora, solo Estados Unidos, Siria y Nicaragua están fuera. La nación centroamericana rechazó participar por considerar que los estándares planteados son insuficientes.
Ciudad de México, 2 de junio (SinEmbargo/EFE/AP).- La retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París tendrá en el peor de los casos un aumento adicional de 0.3 grados centígrados del calentamiento global hasta finales del siglo en comparación con los niveles preindustriales, señaló hoy un experto de la Organización Mundial de la Meteorología (OMM).
“No hemos creado nuevos modelos, pero las indicaciones son que (el impacto en el calentamiento global) podría ser en el peor escenario del orden de 0.3 grados centígrados””, señaló en rueda de prensa el director del Departamento de Investigación Atmosférica y Medioambiental de la OMM, Deon Terblanche.
“Probablemente no sea lo que ocurra”, señaló no obstante este experto en clima.
Terblanche explicó que incluso una reducción en las emisiones “no llevará a una disminución de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, porque esto tiene un efecto acumulativo y el CO2 permanece en la atmósfera durante cientos de años”.
“El clima seguirá calentándose en cualquier caso, de manera que se trataría de 0.3 grados adicionales de calentamiento debido a la retirada de EU”, indicó.
La renuncia de EU al principal instrumento mundial de lucha contra el cambio climático, que marca como objetivo evitar que el calentamiento global supere los 2 grados Celsius a finales de este siglo respecto a los niveles preindustriales, entre otras metas, tomará al menos tres años y requerirá igualmente tiempo para entender y cuantificar el impacto exacto de esta acción, dijo.
En el acuerdo, adoptado por 195 países en París en 2015 y que a día de hoy ya está en vigor con la ratificación de 147 estados, incluido EU, Washington se comprometía a reducir para 2025 las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 26 y un 28 por ciento respecto a los niveles de 2005.
El portavoz del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), Jonathan Lynn, recalcó a su vez que “no sabemos cuál será la tendencia de las emisiones estadounidenses como resultado de esta decisión y hay muchos factores que influirán”.
“Es bastante posible que las emisiones estadounidenses continúen bajando estén o no en el Acuerdo, por ejemplo. Hay muchas incertidumbres en torno” al anuncio anoche del Presidente de EU, Donald Trump, subrayó.
“No está claro en estos momentos cómo la retirada de EU del Acuerdo de París afectará las emisiones”, señaló el IPPC, cuyo portavoz dijo que en cualquier caso la evidencia científica “es clara” y el clima “está cambiando debido a la actividad humana”.
“Sin esfuerzos de mitigación adicionales más allá de los que ya existen, a finales del siglo XXI habrá riesgos muy altos de impactos irreversibles graves y extendidos”, según el portavoz.
El ICC considera que la ciencia es “más necesaria que nunca para informar a los legisladores y políticos sobre riesgos relacionados con el clima y sobre las opciones para reducirlos”.
La portavoz de la OMM, Clare Nullis, recalcó que la implementación del Acuerdo de París depende de manera importante de las acciones de los estados, de las ciudades, los municipios, del sector privado y que el mensaje que sus responsables han enviado tras el anuncio de Trump “es que están preparados para asumir las riendas” en la lucha contra el cambio climático.
El director de esta organización del Departamento para el Clima y el Agua, Johannes Cullmann, admitió que actualmente hay quienes ponen en duda la base científica del cambio climático y explicó que la OMM ha trabajado durante años con científicos estadounidenses prominentes, pero que ahora existe una oportunidad para comunicar y difundir los hallazgos de manera más entendible para el público.
ESTADOS UNIDOS SE QUEDA SOLO
La decisión de Donald Trump de retirar a su país del histórico acuerdo climático de París envía un mensaje inequívoco al mundo: Estados Unidos primero puede significar Estados Unidos en solitario.
La decisión de Trump, anunciada con gran fanfarria en la Rosaleda de la Casa Blanca el jueves, aísla de forma inmediata a Washington en un panorama internacional de preocupación. Demuestra que Estados Unidos está dispuesto a alejarse de la coalición que formó hace apenas 18 meses. Casi 200 países firmaron el pacto forjado durante la presidencia de su predecesor, Barack Obama. Ahora, solo Estados Unidos, Siria y Nicaragua están fuera. La nación centroamericana rechazó participar por considerar que los estándares planteados son insuficientes.
Este es un duro revés para los socios europeos, que pusieron en marcha una agresiva campaña para convencer a Trump de que el liderazgo estadounidense es clave en la lucha contra el cambio climático. Ni la petición directa del Vaticano persuadió al republicano.
El comisario de Acción por el Clima y Energía, Miguel Arias Cañete, calificó la decisión de Trump de “día triste para la comunidad global”.
Para sus angustiados aliados, el rechazo del pacto de París es especialmente duro tras su primer viaje internacional la semana pasada. Durante un discurso desde el corazón de Europa, Trump reprimió públicamente a sus socios de la OTAN por sus compromisos militares y no respaldó de forma explícita el acuerdo de defensa colectivo que desde hace décadas es la base de la alianza transatlántica. Su sorpresiva postura dejó la clara impresión de que para el nuevo inquilino de la Casa Blanca, las obligaciones del país con sus aliados no son inquebrantables.
Trump hizo poco por calmar esas preocupaciones el jueves. Ofreciendo un retazo de su aparente ansiedad por como se ve su imagen en el escenario internacional, el republicano explicó que los mismos países que prácticamente le rogaron que siguiera en el acuerdo de París, se burlaban de sui participación.
“No queremos que otros países se rían más de nosotros, y no lo harán”, declaró Trump. “Fue elegido para representar a los ciudadanos de Pittsburgh, no a los de París”
Los partidarios de Trump respaldaron su decisión, que cumple tanto su promesa electoral de abandonar el acuerdo climático como su compromiso de poner los intereses estadounidenses por encima de todo. Durante la campaña electoral, acusó a Obama de capitular ante otras naciones no solo en las negociaciones de París, sino también en pactos comerciales internacionales y en el acuerdo nuclear con Irán.
Las acciones de Trump con respecto a sus promesas electorales son dispares: actuó con rapidez para retirarse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica alcanzado por Obama, pero dijo a otros que seguirá en el pacto nuclear mientras Irán cumpla con sus obligaciones.
Trump no es el primer dirigente estadounidense que da la espalda al acuerdo internacional forjado por un predecesor. George W. Bush provocó un malestar similar entre los aliados europeos cuando decidió no aplicar el Tratado de Kioto sobre cambio climático de 1997, ratificado por 140 naciones. Bush presentó un argumento similar al de Trump, destacando que pondría al país en una situación de desventaja frente a China o India.
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El mantra “Estados Unidos primero” de Trump, subrayado por su condena tanto a las guerras de Bush como a la diplomacia de Obama, marca una nueva ola de aislacionismo. En su discurso del jueves no solo dijo que el de París es un mal acuerdo, sino que argumentó que su rechazo es “una reafirmación de la soberanía de Estados Unidos”.
Trump dejó abierta la puerta a adoptar un enfoque similar al recogido en París anunciando que, aunque el país dejará de cumplir con los estándares de ese acuerdo de forma inmediata, su gobernó iniciará negociaciones para alcanzar un mejor pacto. No estuvo claro qué necesitará Washington para iniciar los nuevos contactos ya que este pacto daba a cada país la capacidad de fijar sus propios objetivos para reducir la emisión de gases de efecto invernadero.
Las naciones europeas que presionaron al líder estadounidense para seguir en el acuerdo actual, no parecían dispuestas a facilitar que el dirigente se atribuya el mérito de cerrar uno mejor. Francia, Alemania e Italia emitieron rápidamente una declaración conjunta señalando que el acuerdo climático de París no puede ser renegociado.