Opinión en video
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22-12-2024 - 12:04 am
Desde una perspectiva jurídica, los precursores de la corrupción se refieren a los contextos, personas, y conductas que crean, facilitan y perpetúan el entorno donde estas prácticas corruptas se desarrollan y se mantienen.
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22-12-2024 - 12:03 am
"El episodio etiquetado como 'tráileres de la muerte' nos revelaron tanto a la sociedad jalisciense como del resto del país, que asociada a la crisis por desaparición de personas también teníamos una crisis forense de proporciones incalculables"
Los “tráileres de la muerte” fue la etiqueta que la prensa le puso a un hecho ocurrido en Jalisco en septiembre de 2018, hacia finales del sexenio del priista Aristóteles Sandoval Díaz: las autoridades forenses paseaban a cientos de cuerpos sin identificar en tráileres refrigerados por distintos municipios de la zona Metropolitana de Guadalajara. Las imágenes de los tráileres refrigerados conteniendo los cuerpos apilados indebida e indignamente le dieron la vuelta mundo. El episodio etiquetado como “tráileres de la muerte” nos revelaron tanto a la sociedad jalisciense como del resto del país, que asociada a la crisis por desaparición de personas también teníamos una crisis forense de proporciones incalculables.
El escándalo fue de tales dimensiones que obligó al gobernador Aristóteles Sandoval (asesinado hace cuatro años) a dar la cara y prometer atender la crisis existente en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) y hacer lo posible para solucionarla. Tres meses después, el gobernador priista entregó el Poder Ejecutivo a Enrique Alfaro Ramírez, de Movimiento Ciudadano, quien en su momento se comprometió a enfrentar este problema. Pero no ocurrió así.
El emecista Enrique Alfaro entregó el mando estatal el pasado 6 de diciembre y heredó a su sucesor Pablo Lemus con una crisis forense sin resolver y además agravada, como se puede confirmar al revisar casos gravísimos que se han dado a conocer en estos días en Jalisco.
El colectivo Buscando a Nuestros Tesoros Lagos de Moreno denunció el pasado 16 de diciembre una de las tragedias que la burocracia y crisis forense hacen atravesar a las familias. Se reveló el caso Diego Iván, un joven que desapareció el 11 de septiembre de 2018 en Lagos de Moreno. Tres días después, el 14 de septiembre de 2018 sus restos ingresaron al IJCF del municipio. A pesar de ello, las autoridades forenses no le entregaron a su familia, e incluso ocurrieron omisiones o negligentes extremadamente graves pues desde el 9 de julio de 2019, personal de la Fiscalía del Estado de Jalisco, entonces a cargo de Raúl Sánchez, firmó y selló un oficio “con la notificación de un dictamen de genética emitido por el IJCF donde se informa la compatibilidad de Diego con su madre al 99.9%”, reportan en su comunicado el colectivo de Lagos de Moreno.
Es decir, el cuerpo de Diego Iván permaneció 6 años, 3 meses y 5 días en las instalaciones forenses sin que se los entregaran a sus familiares. Son 6 años, 3 meses y 5 días de alargamiento del sufrimiento a su familia y la posibilidad de cerrar debidamente su duelo, debido a la negligencia e irresponsabilidad de las autoridades.
Estos casos se repiten por cientos en Jalisco y otras partes del país. A veces pasan ocho años sin que el cuerpo de un hijo buscado sea entregado a sus familias. No se trata solo de exceso de trabajo. Claro que hay más desaparecidos y fallecidos por identificar. En el caso de Jalisco trabajadores de Ciencias Forenses denunciaron una situación grave y caótica en el instituto al revelar ineficiencias, despilfarros, falta de comunicación y hasta falta de empatía con los colectivos de familiares que buscan a sus desaparecidos.
En una carta anónima que dirigen a los colectivos que buscan a sus desaparecidos del estado, trabajadores del IJCF denunciaron, que en ese instituto existen graves anomalías e irregularidades: Denunciaron que el director Gustavo Quezada Esparza no respeta los protocolos de investigación, que el IJCF no cuenta con insumos básicos, que faltan computadoras (“los tres médicos que trabajan fosas comparten una computadora”); y la existencia de aviadores y recomendados. También revelaron que el director dio la orden de prohibir el ingreso a las instalaciones de la señora Guadalupe Aguilar, madre de José Luis Arana desaparecido en Tonalá en enero de 2011 y fundadora de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), el primer colectivo de familias buscadoras fundado en el estado. De la mano de la señora Guadalupe Aguilar, Fundej se ha centrado en exigir búsquedas de desaparecidos mediante la identificación de cuerpos que están resguardados en los Servicios Médicos Forenses (Semefo) de la entidad.
Quizá el punto más grave de la denuncia de los trabajadores del Instituto Forense de Jalisco es que revelaron que en muchos casos se entrega un cuerpo a la familia sin que se tenga la certeza de que es el de la persona que andan buscando. Dice una parte del comunicado: “hemos recibido la orden de que se armen cuerpos con los diversos segmentos que existen, no obstante de que no se tenga la certeza de que las partes incluidas en determinado cuerpo, pertenezcan al mismo perfil genético”. Son denuncias gravísimas que deben ser investigadas.
Enrique Alfaro dejó la gubernatura y se fue a radicar a Madrid, España, supuestamente para terminar un curso de entrenador de futbol para luego cumplir su sueño de ser entrenador del equipo las Chivas del Guadalajara. Pero se fue a Madrid sin admitir que Jalisco padece una grave crisis forense y de las graves anomalías con las que trabaja el instituto forense estatal. Ahora el nuevo gobernador Pablo Lemus está obligado a admitir esta crisis e intervenir a fondo en el IJCF.
Con toda la gravedad de lo que ocurre en esta materia en Jalisco, apenas es un retazo del cuadro completo que nos bosqueja esta crisis forense de grandes proporciones que asola a todo el país. Si bien Jalisco encabeza la lista de entidades con más desaparecidos del país, con más de 15,300 casos, en rezago forenses ocupa el segundo lugar. El primer lugar lo ocupa Coahuila con 38 mil 361 cuerpos o restos sin identificar.
Así como Enrique Alfaro terminó su gobierno sin reconocer esta crisis, algo semejante hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador que hacia el final del sexenio dejó de apoyar los esfuerzos para avanzar debidamente con la identificación de cuerpos en los servicios forenses del país.
Pasaron ya tres años desde que en agosto de 2021 el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México presentó un informe el reveló que en el país había más de 52 mil personas fallecidas sin identificar, 60 por ciento de las cuales yacía en fosas comunes en cementerios públicos. Un año después, en abril de 2022 expertos entrevistados por el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmaron que en las condiciones forenses que existían en México, serían necesarios 120 años para identificar los restos humanos, sin contar los nuevos cuerpos que se van sumando cada día.
Al final del pasado sexenio, crisis se ha agravado y las instituciones o mecanismos para enfrentarla se han desmantelado o debilitado. Y los funcionarios que al comienzo del sexenio empujaron esta agenda, ahora están fuera del servicio público en México, como Karla Quintana ex Comisionada Nacional de Búsqueda, que ha sido designada por la ONU como responsable de un mecanismo independiente para determinar el destino de miles de personas desaparecidas en Siria ocurridas durante la guerra civil que vive ese país desde 2011.
Algo urgente y extraordinario se debe hacer desde la sociedad para evitar que sigan existiendo familias como la de Diego Iván a quienes las autoridades, por negligencia o incompetencia, le entregaron el cuerpo de su hijo buscado más de seis años después. Afrontar la crisis forense es una tarea urgente que debe ser atendida ya. No podemos esperar 120 años para identificar a todos los cuerpos que están en los servicios forenses, mientras afuera hay 120 mil familias que están buscando a sus desaparecidos.
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22-12-2024 - 12:01 am
Lo primero que me ha llamado la atención en la veintena de listas que he consultado es la enorme cantidad de títulos que me dicen muy poco. Ésta parecería ser una postura un tanto arrogante (lo acepto) en el sentido de que pretendo conocer lo que otros consideran mejor.
He consumido listados sobre los mejores libros por décadas, ya sea por interés profesional, por orientación, guía o simple curiosidad. Los he visto con respeto, indulgencia e interés. Durante algunos años discutí con esas listas que surgen de diferentes intenciones, desde la periodística dura hasta la que busca llenar un espacio sumando recomendaciones.
Desde hace algunos años ya no asisto con entusiasmo a esos encuentros. Sé, como todo el mundo, que estas relaciones de los mejores títulos obedecen a parámetros con los que no solemos coincidir. Hace algunos meses, escribí una serie de columnas relacionadas con la posibilidad de establecer parámetros cuantitativos para establecer la calidad literaria. Una de las conclusiones es que no es posible una objetividad extrema, aunque tampoco se pretende. Entonces, ¿por qué renegar de ciertos listados si éstos surgen de subjetividades diferentes?
Aún no lo tengo del todo claro. Me sumo, mientras tanto, a ese lugar común que implica no siempre saber qué motivaciones mueven a la publicación de tales listas. Incluso las que funcionan de forma más o menos clara, en las que participan decenas o cientos de lectores, evitan sesgos comerciales o cuotas editoriales, me han resultado lejanas. Me explico.
Lo primero que me ha llamado la atención en la veintena de listas que he consultado es la enorme cantidad de títulos que me dicen muy poco. Ésta parecería ser una postura un tanto arrogante (lo acepto) en el sentido de que pretendo conocer lo que otros consideran mejor. Algo hay de razón. Sin embargo, lo cierto es que sigo siendo un lector profesional y que leo varios libros al año. A diferencia de otras ocasiones, ahora me ha dado más trabajo encontrar coincidencias en esas listas. Las razones pueden ser muchas. La más evidente, por ejemplo, es que la industria editorial sigue aumentando el número de títulos que publica cada año. Si ya era imposible darles seguimiento, conforme esa cifra aumenta uno se tiene que resignar a leer apenas un minúsculo porcentaje de lo publicado. La que desbarata la arrogancia, por su parte, es que, en efecto, mis lecturas de este año se alejaron de las lecturas de ciertas mayorías. Y ya.
Aunque en ese “y ya” hay algo que me molesta un poco. No lo es tanto el que yo no haya leído una buena cantidad de los libros enlistados (al contrario, eso me abre puertas, me sugiere lecturas, acumula pilas inestables en el buró). Lo que me genera cierta inquietud es que en ninguna de las listas que he consultado aparezcan los libros que más me gustaron de los que leí este año. Eso significa que los parámetros se han modificado (sin que me avisaran), que me estoy anquilosando (algo siempre posible), que me estoy sofisticando (eso es poco probable), que me estoy convirtiendo en una clase de lector diferente (eso podría ser) o que ya no estoy entendiendo como antes ciertas lecturas (algo que es tan bueno como malo, dependiendo).
No elaboro, pues, nuevas listas porque una sucesión de títulos y autores sirve más para apapachar el ego de algunos o para levantar las ámpulas de otros. Como siempre lo he sostenido: más que una lista, lo relevante es hablar de los libros. Es la mejor forma de recomendarlos.
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21-12-2024 - 12:05 am
"Empecemos por la videocolumna anterior, dedicada a las Caravanas Navideñas de Coca-Cola, titulada Abuso a la infancia en nuestras ciudades. Como los comentarios fueron pocos, es fácil analizar el caso".
Los ataques a esta videocolumna se han mantenido durante más de un año y medio, de manera muy burda y, como lo demostraremos, bien sincronizados. Estos ataques se activan cuando exhibimos las estrategias y daños de las grandes corporaciones a la salud y al ambiente, cuando develamos la realidad de sus impactos, o cuando estas corporaciones ven dañada su imagen, sus intereses.
Empecemos por la videocolumna anterior, dedicada a las Caravanas Navideñas de Coca-Cola, titulada “Abuso a la infancia en nuestras ciudades”. Como los comentarios fueron pocos, es fácil analizar el caso. Cuando se revisan los comentarios durante el primer día de la publicación de la videocolumna en Youtube, cada comentario indica cuántas horas antes fue publicado en relación con el momento en que se está leyendo. Sin embargo, cuando se revisan los comentarios un día después se pierde esa referencia a las horas.
La videocolumna se publica a las 12 de la noche del viernes y la revisión la realizamos a las 18 horas del sábado; es decir, habían pasado, exactamente18 horas. Revisamos cuántos comentarios se publicaron durante cada una de esas horas, cuántos eran positivos, -es decir, apoyaban los argumentos de la videocolumna-, y cuántos negativos, -criticaban su contenido-. Encontramos lo siguiente: en un periodo de 18 horas, entre las 0 y las 18 horas, se publicaron, de forma distribuida, 30 comentarios positivos a la videocolumna. En unas horas no hubo comentarios, en otras 2 o 3. Entre las 9 y las 10 am se publicaron 6 comentarios positivos.
Sin embargo, en una sola hora, agrupados, entre las 12 y las 13 horas se publicaron 59 comentarios negativos, agrupados, que corresponden muy bien a la definición de “trols“: “personas que buscan provocar, ofender o empobrecer la conversación”. Es decir, no hubo ningún comentario profundo sobre el análisis presentado acerca del impacto de la publicidad de alimentos no saludables dirigida a la infancia y al uso de los personajes y elementos navideños para promover su consumo.
Ya habíamos bajado y analizado los comentarios de diversas videocolumnas. Los ataques se dispararon masivamente -aunque ya habían ocurrido antes- con la publicación de la videocolumna aquí en SinEmbargo, titulada: “La Drogacola, ¿Por qué somos adictos a la Coca-Cola?” (24 de junio de 2023). Esa videocolumna alcanzó una cantidad de vistas y comentarios que nunca antes ni después se ha tenido en mis colaboraciones. Logró más de medio millón de vistas, y más de mil quinientos comentarios.
Sin duda, la respuesta a esa videocolumna fue la expresión de la enorme resonancia social que tiene el planteamiento de la adicción a la Coca-Cola. En ella pedimos a la audiencia que compartiera si tenía alguna persona cercana que considerara que fuera adicta a esta bebida y cuál era su situación de salud. Los comentarios también fueron extraordinarios en número, más de mil quinientos, y presentaron diversas historias trágicas de esa adicción y sus consecuencias en salud.
La videocolumna recibió comentarios negativos, pocos en relación con el resto. Puede verse en la gráfica que muestra la naturaleza de los comentarios, los que aparecen como trolleo, ataques, no llegan al 7 por ciento, mientras que los testimonios son 41.1 por ciento, los de opinión 26.6 por ciento y los de apoyo 21 por ciento.
A partir de esa videocolumna se desataron los ataques de forma masiva. La semana siguiente publiqué la videocolumna “Testimonios de la DrogaCola” (1 de julio de 2023), con una selección de algunos testimonios de los lectores sobre la experiencia de la adicción a la Coca-Cola y sus efectos en la salud de personas cercanas. La extraordinaria y masiva reacción a la videocolumna del 24 de junio, sin duda, llamó la atención de las corporaciones, que prepararon una respuesta. Esa reacción llegó con esta segunda videocolumna.
Los primeros comentarios fueron muy positivos en relación con la información compartida; sin embargo, comenzaron a aparecer, casi en sincronía, los ataques. Muchos de ellos, desde entonces, consistieron en agresiones personales. Estos ataques, claramente escritos por equipos formados por personas con múltiples cuentas, repiten argumentos y frases, además de ser agresivos y carecer de fundamentos sólidos. En este caso, alcanzaron cerca del 50 % de los comentarios.
Algunos ejemplos del lenguaje de los comentarios clasificados como troleo —es decir, de acuerdo con su definición, “para provocar, ofender o empobrecer la conversación”— son los siguientes:
“¿Quitar la Coca-Cola? No digan mmdas, ¿y entonces con qué me voy a comer mis taquitos? Así no saben 😠. ¿Y luego cómo me voy a curar la cruda sin una coquita fría? Me voy a morir 😵. ¿Y luego qué voy a tomar terminando un partido a mediodía? No voy a rendir, ¡por favor! No digan esas cosas”.
“Que sea el primer y último video que subes, por favor, para no oírte seguir hablando de cosas sobre las que no tienes que opinar porque no te afectan a ti. Vive y deja vivir”.
“Ahorita me voy a chingar de puro coraje una Coca-Cola de medio litro”.
Lo interesante del caso es que estos ataques llegan todos juntos, uno detrás de otro, de golpe. Desde entonces, durante muchas columnas en las que traté el tema de la Coca-Cola, FEMSA, Nestlé, los impactos de los ultraprocesados en la salud, etc., los ataques se daban en la primera hora después de subir la videocolumna, entre las 12 de la noche del viernes y la 1 de la madrugada del sábado.
¿Quiénes están atentos a la medianoche a una publicación para atacar de inmediato, de manera sincronizada, repitiendo los mismos argumentos? ¿Por qué a esa hora se presentaban más comentarios que en el resto del día?
Seguramente, la coordinación de estos comentarios negativos cambiará a partir de esta videocolumna. Prevemos que ya no serán subidos a la misma hora, lo que dificultará más su estrategia “para provocar, ofender o empobrecer la conversación”.
Las corporaciones que dañan la salud y el ambiente con sus productos y prácticas utilizan todo tipo de estrategias para desviar la conversación, evitar las políticas que afectan sus intereses, capturar grupos académicos e instituciones y ponerlas a su servicio, y descalificar a quienes exponen sus impactos sobre la población y el planeta.
Estos productos y prácticas han recibido el nombre de “Determinantes Comerciales de la Salud”. La evidencia de sus daños y prácticas está bien descrita en la revista científica The Lancet, que dedicó una serie a estos productos y, en especial, a las prácticas de estas corporaciones en contra de las políticas de salud pública. Dejo aquí la liga a esa serie de The Lancet: https://n9.cl/huep89.
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21-12-2024 - 12:03 am
María Callas, predispuesta a la infelicidad, con una garganta que hacía llorar al público y que era un contador del tiempo que la llevaría a la muerte. Abusiva de su voz y de su desdicha, amó y fue amada.
Una vez más el problema de los biopics. O se impone la magia del retratado, y el actor elegido es capaz de vaciarse de sí mismo para encarnarlo (es el caso de Fredy Mercury, Elton John, incluso Whitney Houston entre muchas y muy bien logradas caracterizaciones), o resulta una farsa. Ese es el caso de María Callas y Angelina Jolly. No tengo nada en contra de ella, me parece una de las mujeres más misteriosas y bellas del cine; ha sabido marcar con su impronta a Hollywood, es rebelde, independiente, ambiciosa, seria y presumo, por su trayectoria y las películas que ha hecho, una mujer con una enorme sensibilidad.
Pero de ahí a convertirse en Callas hay una diferencia imposible de subsanar. Angelina es Angelina. Su defecto o virtud es que, haga lo que haga, es ella. Es tanta su personalidad que no logra ser camaleónica y menos con un desafío como el que representa Callas. Es como si chocaran ambas en vez de fusionarse.
Pablo Larraín, el director, debió saberlo. En una entrevista se declara orgulloso de su obra, ya que gracias a ella mucha gente conocerá a la diva. ¿Conocer a Callas a través de Jolly es un logro? Callas es una figura legendaria. Una voz que logró los momentos más sublimes de la ópera y los más desafortunados.
El documental Maria by Callas, de Tom Volf, intenta desentrañar a la leyenda para mostrarnos su lado humano y frágil. María Callas tuvo un don que también fue su condena. En una de sus entrevistas, narra cómo sufrió el abuso de parte de quienes querían explotarla, principalmente su madre, su esposo Giovanni Battista Meneghini y el amor de su vida Aristóteles Onassis. Su don se convirtió en un represor interno que la obligó a vivir a la altura de ese tesoro que tenía en la garganta. Callas no se autorizaba reposo o libertad para llevar una vida “feliz”. Lo que le ofrecía a su público, se lo quitaba a ella misma. Con su portentosa voz abarrotó los escenarios. Conocedores, fanáticos y curiosos pagaban lo que fuera por verla interpretar uno de sus legendarios roles. Su extravagante personalidad rebasó los escenarios y desbordó las páginas de sociales.
María les dio de comer a quienes movían el universo de la ópera al mismo tiempo que nutrió cualquier cantidad de reportajes llenos de chismes sobre su vida privada. Cantó como amó, con el mismo músculo, un corazón frágil que la condenaría a un infarto al miocardio a los 52 años. A esa temprana edad había vivido todo, padecido todo, desde la pasión de sus admiradores que la veían como una diosa, hasta el dolor profundo y el abandono de la única persona a la que verdaderamente amó. Perseguida, asediada, adorada, pero también juzgada y agredida por sus detractores; frágil y con una debilidad siempre a flor de piel. María escaló cada vez más alto. Vinieron los años de gloria y esplendor. Los teatros se la disputaban al mismo tiempo que no se le autorizaba un fallo. Cualquier cancelación por enfermedad la convertía en la diva berrinchuda, caprichosa, voluble, inconstante. Su carrera se llenó de adjetivos positivos y negativos con la misma intensidad con la que ella dejaba las cuerdas bucales en cada ópera. De reconocérsele una técnica perfecta y asombrosa interpretación, a juzgarla sin piedad por errores que llegarían a ser su sello de autenticidad. La belleza de su voz fue la suma de sus aptitudes y también de sus errores. No podía ser perfecta porque era el alma misma fugándose cada noche.
Su encuentro con el potentado griego precipitó su carrera a la encrucijada entre las ganas de seguir cantando y la necesidad imperiosa de complacer a su amante. Soñando con una relación estable dejó a su público sin importarle las consecuencias. Así vino la decadencia y luego la traición de un amor en el que depositó todo. María se enteró a través de los periódicos del matrimonio de Onasis con la no menos famosa socialité e icono de la elegancia, Jackie viuda de Kennedy. En sus cartas transmitió el dolor profundo que esto significó. Perdió la voz y ya nada la rescató. El final de su carrera se llenó de oscuridad. Sin su voz, se probó como actriz haciendo de Medea bajo la dirección de Passolini. Una decepción. Su capacidad histriónica estaba ligada a su voz, a la música, al sufrimiento. Los últimos años los dedicó a impartir clases maestras, a extenuantes giras con un fracaso tras otro, sólo para recibir el aplauso de quienes aún querían sostener el mito. Su muerte llegó como el último don que los dioses le obsequiaron. Sola, desencantada, pero también liberada de su propia imagen de diva.
María es parte de la trilogía que Larraín creo. Spencer, un pasaje incierto en la vida de Lady Di, es la mejor lograda, me parece que gracias a lo inocuo de la princesa y la fascinante capacidad de borrarse de Kristen Stewart y su entrega para construir al personaje. Jackie es un bodrio con una pretensiosa Natalie Portman ejerciendo el método a cada segundo. A pesar del desequilibrado binomio, el director fue por más. María Callas, un icono demasiado explorado por los que aman la ópera e inexistente para los públicos más jóvenes. Jolly es una gran actriz, pero no le es fácil hacer una bio como no sea de Jolly (chiste de mi novio). Trabajó meses enteros, nadie duda de su intención y los méritos de estudiar y prepararse. Tristemente, al final, se nota ese esfuerzo y aún más por los acartonados diálogos que no dudan en recalcar que se trata de una diva. Aún peor, introduce un personaje imaginario, Antrax, la muerte que la espera, de una obviedad molesta e innecesaria. Muy bien Ari, el mayordomo y la dama de compañía (no pude dejar de pensar en su maravillosa actuación en La amiga brillante). Los escenarios, decorados y los momentos imaginados en los que se logra fusionar el personaje con la Callas real, son de buen gusto. Y ahí está el problema central de la película. Si no se conoce la trayectoria de Callas, poco se entera el espectador, ya que las escenas son viñetas aisladas, podría decirse, situaciones que sólo entiende quien fue su fan siempre y se ha devorado biografías y escuchado desesperadamente sus grabaciones remasterizadas hasta el cansancio y en la que aún se pueden encontrar fallas de voz importantes.
Después de ver Maria, me gustaría olvidar a Jolly y regresar a Callas como lo que fue: una diosa eterna que aún sigue siendo escuchada; a pesar de los años que lleva desaparecida, continúa como referente para todas las cantantes de hoy. No hay nadie que incursione en esta carrera que no aspire a alcanzar su grandeza. Fue tal su dominio que de cierta manera usó a sus victimarios para su propio provecho: su madre, Meneghini, los críticos, los reporteros caníbales y el gran depredador Onassis. Quizá todos ellos fueron un simple pretexto para que las cuerdas de su garganta se crisparan y emitieran los más dolorosos y profundos sonidos: graves perfectos, pero también aquellos agudos, a veces de gato que nadie se atrevería a cuestionar. Sin duda fueron los mejores momentos de la historia de la ópera.
María Callas, predispuesta a la infelicidad, con una garganta que hacía llorar al público y que era un contador del tiempo que la llevaría a la muerte. Abusiva de su voz y de su desdicha, amó y fue amada. Murió una tarde parisina con el único compañero fiel, el mito que la ha sobrevivido tantos años. En una época en la que nadie muere por amor, dejó de existir a la altura de las heroínas de sus óperas: Violeta, Cio- Cio San, Norma, Carmen, Medea o la enorme Fiora Tosca. Al interpretarlas, María Callas terminó encarnando su fatal destino. Quizá Larraín no esté tan errado. La interpretación de Jolly, a ratos Maléfica, a ratos Tomb Raider, nos obliga a explorar quién fue en realidad la gran diva. María Callas por siempre.
@Suscrowley
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21-12-2024 - 12:02 am
La complejidad de la corrupción en México se debe a que está relacionada con otros fenómenos como el narcotráfico, el secuestro, el tráfico de órganos, la trata de personas, la extorsión, la compra de armas, el asesinato de periodistas...
El sino del escorpión ha fatigado una buena cantidad de estudios y análisis sobre la corrupción en México y ha tenido la sensación de que apenas describen la superficie del problema al apuntar datos como su definición, sus costos económicos y sociales, los casos emblemáticos, las astronómicas cantidades de dinero que los corruptos han desviado, ocultado o de plano se han robado con todo cinismo. Pero de todo, apenas si ha leído algún texto que identifique las estructuras profundas, nacionales e internacionales, que sostienen esa corrupción. Una labor que exige investigación especializada.
La complejidad de la corrupción en México se debe a que está relacionada con otros fenómenos como el narcotráfico, el secuestro, el tráfico de órganos, la trata de personas, la extorsión, la compra de armas, el asesinato de periodistas, la manipulación en los medios de comunicación, el otorgamiento de contratos públicos, el lavado de dinero y la operación de negocios con compañías transnacionales.
Es una problemática imbricada con tantas otras vertientes criminales y delincuenciales que no opera de forma aislada ni es sólo un fenómeno local o regional de algunos funcionarios corruptos, sino que su operación ocurre también mediante esquemas internacionales y globales de complicidad.
El alacrán lee con detalle la documentada nota de Nora Nancy Gaspar Reséndiz, del equipo de investigación de Sinembargo, titulada “Limpian mugre municipal. Funcionarios por todo el país, detenidos por corrupción”. Ahí la periodista da cuenta de más de un centenar de funcionarios detenidos por corrupción en Chiapas, Oaxaca, San Luis Potosí, Michoacán, el estado de México y otras entidades. Los cargos van de homicidio y desaparición de personas a extorsión, nexos con grupos criminales, peculado y desvío de recursos.
Una campaña contra la corrupción que también “barre abajo”, porque eso de que la escalera se barre de arriba hacia abajo no deja de ser un chiste si la mugre se sigue acumulando en el primer escalón. “Queremos el cumplimiento de la ley”, señaló la Presidenta Claudia Sheinbaum ante las numerosas detenciones. “Ahí donde se encuentra que hay colusión entre la autoridad y el crimen, pues se tiene que actuar”.
Al mismo tiempo, se develaron los complejos esquemas de corrupción que han carcomido al Infornavit y que han hecho posible un peculado a gran escala que involucra a empresarios, funcionarios de la institución, notarios, constructoras y políticos, además de los salarios de medio millón de pesos o más para Alejandro Murat y David Penchyna, últimos titulares de este instituto, que busca hacer realidad el derecho de los trabajadores a la vivienda. El alacrán recuerda cómo se reían los intelectuales y periodistas de López Obrador en 2018, cuando el entonces candidato insistía en que acabar con la corrupción generaría suficientes recursos económicos para remediar muchos de los males del país.
Pero el venenoso insiste, ¿cómo identificar las estructuras financieras globales de la corrupción? Un asomo a ello fueron los Panamá Papers conformados por 11.5 millones de documentos que involucran a líderes políticos de todo el mundo, miembros de la aristocracia, narcotraficantes, personajes de la farándula y empresarios. Todos colocaron su dinero en paraísos fiscales con la intención de proteger sus activos contra robos, obtener la confidencialidad de bienes y (claro) evadir al fisco. Y aunque tener recursos depositados en esos países no es ilegal, lo que lo hace ilegale es no pagar impuestos en los países de donde procede la riqueza.
Entre los mexicanos involucrados con la firma panameña Mossack Fonseca, responsable de gestionar los paraísos fiscales albergados en las Islas Caimán, las Bahamas y las Islas Británicas, está el que fuera dueño de la empresa Higa, Juan Armando Hinojosa, quien se vio beneficiado de millonarios contratos del gobierno mexicano, luego de haber vendido una lujosa vivienda por una cantidad simbólica a Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto.
El empresario Hinojosa ocultó más de 100 millones de dólares en paraísos fiscales en las Islas Nieves y las Islas Vírgenes Británicas. También se menciona al ex director de Pemex, Emilio Lozoya; al contratista de Pemex, Ramiro García; al narcotraficante colombiano Jorge Milton Cifuentes, socio del “Chapo” Guzmán, y al empresario y presidente de Televisión Azteca, Ricardo Salinas Pliego. También aparecen: Alfonso de Angoitia, un alto ejecutivo de Televisa; la finada actriz Edith González, y el dueño de la firma Oceanografía, Amado Yáñez, acusado en 2014 de defraudar al banco estadounidense Citi, y de utilizar documentos falsos para obtener créditos bancarios por más de 400 millones de dólares a través de su filial bancaria Banamex.
Otro caso emblemático es el del banco Hong Kong and Shanghai Banking Corporation (HSBC), que se ha visto involucrado en transacciones turbias que atraviesan a todos los continentes. Entre 2006 y 2010, el Cártel de Sinaloa utilizó este banco para lavar 881 millones de dólares producto del negocio de la droga. HSBC México aceptó cientos de miles de dólares en efectivo en una sola cuenta y aunque HSBC fue multado con 1.9 millones de dólares por lavado de dinero proveniente del narcotráfico, se vio nuevamente involucrado en otros casos de corrupción y se le volvió a multar con 353 millones de dólares por evasión de impuestos de clientes franceses en noviembre de 2017.
Otra multa en la misma fecha fue por 51 millones de dólares por fallas con la banca privada suiza; otra multa adicional en septiembre del 2017 por 175 millones de dólares debido a prácticas ilegales en manipulación de divisas, y una más en enero de 2018 por 101.5 millones de dólares, nuevamente por manipulación de divisas.
Toda esta pertinente información y aún más, está contenida en el estudio “La geopolítica de la corrupción en México”, publicado en 2019 por la investigadora y doctora en geopolítica Nubia Nieto, en el Anuario Latinoamericano de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales. El lector puede ahí asomarse a las complejas estructuras de la corrupción en México y el mundo, y preguntarse, junto con el alacrán, si no es la corrupción una pieza integral, estructural y necesaria en la maquinaria del capitalismo salvaje que vivimos.
@Aladelagarza
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21-12-2024 - 12:01 am
"El origen político de la expresión stay woke (‘mantente despierto’, en español) es relativamente nuevo pues se activa en el nuevo ciclo de las luchas contra el racismo en los Estados Unidos de Norteamérica y por su radicalidad ante un statu quo conservador y violento, rápidamente fue asumido por las izquierdas de las democracias occidentales como una alerta contra cualquier forma de desigualdad social en relación con razas, género, orientación sexual o minorías".
Queremos de regreso a la Dra. Guadalupe Dobler
a 8 días de su desaparición en Mazatlán.
Defendido por la izquierda, rechazado por la derecha, este lenguaje novedoso expresa una de las nuevas modalidades del debate político contemporáneo y tiene en el centro la discusión sobre la inclusión, los prejuicios y el desafío a las estructuras tradicionales de poder y discriminación.
El origen político de la expresión stay woke (‘mantente despierto’, en español) es relativamente nuevo pues se activa en el nuevo ciclo de las luchas contra el racismo en los Estados Unidos de Norteamérica y por su radicalidad ante un statu quo conservador y violento, rápidamente fue asumido por las izquierdas de las democracias occidentales como una alerta contra cualquier forma de desigualdad social en relación con razas, género, orientación sexual o minorías.
Y aunque no faltan quienes lo ven o usan como una moda en la forma de hablar, incluso, como una suerte de caló renovado, de sectores sociales no necesariamente marginales sino de clases medias universitarias.
No es moda y, menos, entre los afroamericanos que lo han utilizado para crear conciencia sobre sus vidas y luchas contra la discriminación, la persecución y los tiroteos y golpes policiales que sufren con frecuencia los miembros de sus comunidades.
Por ejemplo, el movimiento woke tomó un nuevo brío en agosto de 2014, cuando fue asesinado el joven Michel Brown por un policía blanco en Ferguson, Misuri y eso, provocó, en distintas ciudades estadounidenses manifestaciones, protestas y enfrentamientos violentos entre la población negra y la policía, incluso, la intervención directa del entonces presidente Barack Obama y un pronunciamiento enérgico contra el racismo de Ban Ki-Moon, el secretario general de la ONU.
O sea, el término tiene un origen de rebeldía en las comunidades raciales brutalmente violentadas y ancladas a tradiciones políticas variopintas que van desde el armado de los Black Panther hasta el pacifismo de Martín Luther King pasando por los activistas de Black Lives Matter.
Todo, ello, ha sido fuente de inspiración y renovación pragmática, quizá, y permítaseme la especulación teórica, motivada por el pensamiento crítico de Hébert Marcuse quien sostenía desde el marxismo crítico en sus clases de filosofía en la Universidad de San Diego en los ya lejanos años setenta -y teniendo, como adjunta, a la legendaria militante comunista estadounidense Angela Davis-, que el sujeto histórico de la revolución ya no estaba en la clase obrera por su “aburguesamiento”, sino, que el actor revolucionario, se encontraba en el entonces llamado Tercer Mundo y en las luchas de las minorías raciales (léase de este autor para abundar Contrarrevolución y revuelta).
Este giro argumental contra la ortodoxia marxista no estaría completo sin considerar los efectos políticos que trajo consigo el derrumbe de la URSS y la caída del Muro de Berlín, como tampoco, el incremento de las clases medias producto de las políticas del Estado de Bienestar que se convirtieron en el espejo de contraste con la pobreza de consumo que existía, y existe, en el campo socialista con excepción de la potente China.
Entonces, dirán, exponentes de la derecha, con cierto gozo, que las clases medias occidentales son el mayor éxito del capitalismo democrático y el fracaso de la oferta igualitaria del socialismo soviético y ante esta realidad manifiesta, al menos hasta hace unos años, se hace visible la incapacidad de los personeros ideológicos y políticos de la izquierda para utilizar los viejos dogmas del marxismo pautado por la lucha de clases.
Y ante esto, da un giro discursivo hacia formas más visibles de desigualdad en el mundo democrático que no, hay que subrayarlo, en sociedades autocráticas por conveniencias políticas.
O acaso, para verlo domésticamente ¿el sector marxista de Morena o el PT esgrime sus viejos dogmas como argumento del cambio de régimen?
Claro que no, el argumento de estos y otros sectores dentro de la 4T atienden principalmente al discurso de las emociones que están detrás de la promoción de los apoyos sociales, la oferta de echar a los corruptos de viejo cuño y, ahora, la nueva hornada del llamado PRIMOR o la polarización bajo la matriz, izquierda-derecha, liberales y conservadores, ricos y pobres, fifís y chairos…
O, más sofisticados, el discurso de la desigualdad que proviene del género, el feminismo, el ambientalismo, la preferencia sexual o el indigenismo, lejos, muy lejos, de los antiguos lemas de la izquierda doctrinaria, clase contra clase, un gobierno obrero, campesino y popular o, simplemente, las elecciones como vía democrática para alcanzar el socialismo.
Entonces, estos temas del debate público en las democracias democráticas pluralistas que, por supuesto, no se reproduce con el mismo énfasis en los países del “campo socialista”, sin embargo, es un argumento perfecto en democracia para mantener a flote el discurso de la desigualdad y generar nuevas clientelas políticas especialmente entre los jóvenes, mujeres y grupos LGBTQ que son más susceptibles de aceptar por simple identidad y simpatía ante un hecho irrebatible en una sociedad cada día más compleja con sus nuevos clivajes sociales y políticos.
Esto que la derecha reprocha a la izquierda como la ideología de género o la “necesidad necesitada” de tener temas en un tipo de sociedad muy descafeinada, ideológica y estratégicamente más pragmática, que ha encontrado resistencias ante lo que se denomina “extremismo progresista” porque iría en contra del sentido común y las tradiciones culturales.
Vamos, hasta la RAE, ha tenido que tomar partido en este debate que a su juicio es excesivo porque en el vocabulario español contempla la inclusión y corrige la plana “progre” al decir que “todos” incluye a todos, sin distingo de género y, por lo tanto, para esta academia de la lengua el lenguaje inclusivo puede dificultar la comunicación en contextos formales o educativos.
En definitiva, el lenguaje woke si bien tiene aceptación en sectores “progres” de izquierda hay otro sector de la misma que lo considera irrelevante y siguen en la tradición lingüística, menos, todavía, entre los conservadores que lo ven como una amenaza para los valores tradicionales y familiares; entre los académicos que defienden la pureza del lenguaje y rechazan los cambios “artificiales” o entre los sectores populares que lo ven como un lenguaje elitista, promovido por sectores políticos que no tienen que ver con la realidad cotidiana de sus comunidades y simplemente lo ven como una pose “progre”.
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20-12-2024 - 12:05 am
"Aunque no hubiera incurrido en actos de corrupción, la sola trayectoria calderonista de Lavalle lo acredita como un personaje contrario a la soberanía nacional, que es el sentido rector de los principios de Morena".
En días recientes se dio a conocer una lista parcial de personas que podrían competir para diversos cargos en el Poder Judicial, regido ya con las nuevas reglas provenientes de la Reforma de este año, donde destaca el hecho que tendrán que someterse a votación popular.
En ese sentido, destacan dos nombres que pretenden alcanzar el cargo de Ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y que son Roberto Gil Zuarth y Marisela Morales Ibáñez, personajes en cuyas biografías existe una coincidencia mayor: se trata de ex altos funcionarios del calderonismo.
Roberto Gil, panista chiapaneco, sólo ha resaltado en su carrera política por haber sido funcionario de la secretaría de Gobernación de Felipe Calderón y, en 2011, su secretario particular, poco antes de fungir como coordinador de campaña presidencial de Josefina Vázquez Mota en 2012, en una contienda donde el presidente espurio se decantó por apoyar al priista Peña Nieto, mientras funcionarios de García Luna espiaban al equipo de campaña de la panista.
Gil fue cercano colaborador de un presidente políticamente olvidable pero de taras imborrables, donde destaca el hecho de haber sido un gobierno que puso al Estado como plataforma de servicio de un cártel y que tornó al país en fosa común y al debate público en fosa séptica. El propio Gil tuvo una destacada actuación en ese sentido, cuando en la primavera de 2012 su partido, el PAN, emitió un espot abiertamente calumnioso donde editaron un discurso de López Obrador en Tlatelolco, y cortaron su enunciado, para que pareciera que el entonces perredista llamaba a un alzamiento armado, cuando en su alocución precisamente había dicho lo contrario. Gil apareció en un programa de debate para justificar esa canallada calumniosa panista, al señalar, como si él fuera un lector de mentes, que AMLO en realidad quiso decir lo que no dijo y que por lo tanto el espot panista no mentía.
A ese currículum turbio se suma el hecho de que Gil Zuarth fue condenado en Barcelona, hace doce años, por haber golpeado a policías, en una noche de bacanales donde el ex panista, como miembro de una camada de Júniors prepotentes, fue a España a hacer alarde de los modos indignos de conducta del mirreynato mexicano. Así, Gil representa una estampa de la vileza que es el calderonismo.
En el mismo tenor va la señora Marisela Morales, ex Procuradora General de la República de Calderón en 2011, luego de sustituir al grisáceo Arturo Chávez, sitial donde la funcionaria pasó con más pena que gloria, en un momento donde recrudecía la violencia y sangre de la farsa de la “guerra contra el narco” y la impunidad campeaba en el país.
Morales tenía tras de sí un currículum nada loable. Antes de eso, había sido una grisácea funcionaria en la subprocuraduría de Delitos Federales de la PGR en tiempos de Vicent Fox, donde el subprocurador era un burócrata autoritario llamado Carlos Vega Memije, politicastro guerrerense que pasó a la historia por dos cuestiones:
La primera fue aparecer en pantalla aplaudiendo un discurso de José López Portillo donde lamentó hasta las lágrimas haberle fallado a los más pobres del país, en un informe de gobierno, a la par que hacía aspavientos con las manos. Mientras el histriónico López Portillo derramaba llanto de cocodrilo en una escena grotesca, empeoraba la imagen el funcionario Vega Memije, que aplaudía conmovido el lloriqueo de su jefe.
La segunda cuestión es aún más notable, pues Vega Memije fue el fiscal encargado de llevar la causa del desafuero de López Obrador en la coyuntura iniciada en 2004, cargo al cual tuvo que renunciar cuando el 27 de abril de 2005, Vicente Fox aceptó públicamente que esa acusación era una farsa autoritaria que pretendía no un acto de legalidad sino encarcelar a un inocente para impedirle ser candidato presidencial.
Días antes, Vega Memije fue el encargado de dar el discurso de la PGR el día del desafuero. El 7 de abril de 2005, el subprocurador foxista que antes había sido priista, fue a arengar a favor de la prepotencia de su patrón, acusando sin bases que el jefe de gobierno debía ser desaforado. A su lado, como una escribana de los deseos vulgares de Fox, apareció Marisela Morales, quien junto con Vega y Macedo de la Concha llevaron la causa tramposa del primer gobierno del PAN. Más tarde, Vega Memije desapareció de escena, pero su subalterna escaló en la burocracia de la PGR en el siguiente sexenio sangriento. Así, Marisela Morales representa la antidemocracia del calderonismo, no sólo por haber emergido de un fraude electoral, sino de haberlo cocinado desde sus raíces con el desafuero, que no era otra cosa que un golpe de estado preventivo.
Años después de estos sucesos, es necesario seguir diciéndolo hasta el cansancio: la vida pública mexicana necesita hacer un cerco sanitario contra todo el calderonismo y sus resabios, cuyo legado es el mar de sangre y dolor que significó la guerra contra el narcotráfico, y, en el mejor de los casos, una sistemática violación a las reglas mínimas de la democracia.
Por eso, es de resaltar aún más lo que sucede en Campeche, donde la gobernadora Layda Sansores, morenista fundadora de su partido, nombró recientemente al calderonista Luis Lavalle Maury como Secretario de Desarrollo Económico, personaje que es la representación nítida del calderonismo.
Vale hacer memoria y decir que si algo significan el obradorismo y Morena, partido donde milita la gobernadora Sansores, es precisamente la antítesis del calderonismo. El partido guinda nació en 2004 oponiéndose al desafuero (ese que perpetró Marisela Morales) y de ahí evolucionó a un movimiento nacional precisamente denunciando las peores canalladas de Felipe Calderón y su séquito, primero su fraude electoral en 2006, luego su añagaza de la guerra contra la delincuencia organizada y en 2008 su intento de privatización energética.
La identidad de Morena se construyó, así, con las proclamas en favor de la limpieza electoral. Con ellas el movimiento que antecede a Morena se dio una génesis, y, con la lucha contra la privatización energética, consolidó su madurez. Todo ello, en un marco de tiempo donde destacó siempre la serie de taras más horrible del calderonismo como su principal antagonista.
Y así como Marisela Morales representa el antidemocrático desafuero, Lavalle Maury representa la visión espuria del calderonismo, al ser un precursor de la privatización energética que, si bien no se logró en el sexenio panista en 2008, sí se logró en 2014 en el gobierno de Peña Nieto, hecho ante el cual, el 16 de agosto de 2014, con la reforma constitucional privatizadora y la traición a los principios soberanistas consumada, Lavalle escribió que “México entraba en una nueva etapa”, en una hueca vanagloria del despojo energético padecido.
Pero lo peor del caso vino después, cuando se hizo público que esa privatización energética no se dio por mera vacuidad ideológica del PAN sino a través de corrupción grotesca y sobornos, donde el señor Lavalle Maury fue un principal activo para corromper y destacó como una pieza clave del caso Odebretch en México, la trama criminal más notoria en Latinoamérica en los últimos lustros.
Aunque no hubiera incurrido en actos de corrupción, la sola trayectoria calderonista de Lavalle lo acredita como un personaje contrario a la soberanía nacional, que es el sentido rector de los principios de Morena. Nada tendría que hacer en un proyecto soberanista, menos aún en el sureste mexicano, donde la historia petrolera agrava aún más el error de la gobernadora Sansores.
Así, Lavalle no sólo representa el carácter vendepatrias del calderonismo, sino la venalidad corrupta y corruptora, aderezada de un cinismo patológico,fundado en el hecho de que el personaje de marras habrá de presentarse a sus oficinas de gobierno morenista ostentando en su muñeca el brazalete de preso.
El cerco sanitario al calderonismo es una exigencia ética que no sólo tendría que hacer el PAN y la derecha mexicana para sanearse un poco. También la vida pública y el debate mediático tendrían que hacer lo mismo para elevarse. Que hoy el PAN hubiera resucitado la muerta carrera de Lavalle habría sido un hecho imperdonable. Pero que lo haga una gobernadora Morenista, es ya un hecho surreal.
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20-12-2024 - 12:04 am
"La presidenta de la República está obligada a dar un firme golpe de autoridad, para advertirles a todos, dentro y fuera de su gobierno, dentro y fuera de su partido, que a muchos ya se les acabó la fiesta, que las provocaciones y desafíos tendrán una respuesta puntual y ejemplar".
Enero del 2025 será un mes clave para la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y para el rumbo de su gobierno, pues la presidenta de la República está obligada a dar un firme golpe de autoridad, para advertirles a todos, dentro y fuera de su gobierno, dentro y fuera de su partido, que a muchos ya se les acabó la fiesta, que las provocaciones y desafíos tendrán una respuesta puntual y ejemplar.
Junto a la presidenta de la República estará, muy compacto, su núcleo más cercano y confiable de colaboradores, que trazarán las líneas obligadas de conducta para quienes no han entendido que ya está en marcha la cuenta regresiva para la corrupción, los abusos, el desenfreno y el cinismo de quienes se conducen como una verdadera banda de facinerosos al amparo de la premisa de que lo más importante es cuidar y preservar la unidad del partido.
Con sus respectivas herramientas, estarán en la primera línea la responsable de la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno, Raquel Buenrostro Sánchez; la Consejera Jurídica del Ejecutivo Federal, Ernestina Godoy Ramos, quien inevitablemente, desplazará en breve al Fiscal General de la República Alejandro Getz Manero; Pablo Gómez Álvarez, el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda; la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez y, por supuesto, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar Hamid García Harfuch, que forma un comparto bloque de apoyo a Sheinbaum Pardo con los responsables de las fuerzas armadas y la Guardia Nacional.
Al gobierno de la Cuarta Transformación lo asechan los demonios de la derecha, que aprovecharán cualquier resquicio o debilidad para poner en entredicho la certeza de un protecto que se predica sustentado en premisas simples pero trascendentes: no mentir, no engañar, no robar y no traicionar al pueblo.
Muchos abusivos, hipócritas y sinvergüenzas enquistados en algunas áreas del gobierno de la Cuarta Transformación o en las estructuras de Morena, podrían haber olvidado muy pronto la advertencia del expresidente Andrés Manuel López Obrador, expresada en su conferencia mañanera del jueves 25 de septiembre del 2024, cuando aseguró que la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum Pardo, era una mujer muy capaz y de carácter, que no debería ser subestimada.
En esa mañanera López Obrador reiteró que Claudia Sheinbaum Pardo no era manipulable y que no tendría miedo de cumplir sus responsabilidades y ejercer el poder: “Ya lo dije una vez y lo repito, [frente a Claudia] yo soy fresa”.
Por cautela y prudencia La presidenta no dará pasos en falso y seguramente actuará con firmeza cuando ya tenga a algunos sinvergüenzas atrapados y sin salida.
Hay asuntos urgentes que serán atendidos: el diferendo entre el coordinador de la Cámara de Senadores, Adán Augusto López Hernández y el coordinador de la Cámara de Diputados. Acusó el tabasqueño que había malos manejos en el dinero del senado, durante el periodo de Ricardo Monreal Ávila, que presentaría las denuncias correspondientes. El asunto quedó, aparentemente suavizado luego de una reunión con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez Velázquez. Sin embargo, el diputado zacatecano no es gente de fiar, por lo menos para la presidenta. Su carrera política, antes del PRD y de Morena, y también en su tránsito por estos partidos en el gobierno, ha estado marcada por la viscosidad, los vaivenes interesados y el amago grosero de la traición latente, como reclamo al cumplimiento de sus caprichos.
En seguida, dos botones de muestra que ilustran esta conducta sinuosa del zacatecano.
“El Diputado priista Ricardo Monreal exigió ayer que se reponga el procedimiento para la elección del candidato del PRI al Gobierno de Zacatecas a fin de que se le permita participar, y advirtió que, de lo contrario, replanteará su permanencia en ese instituto político al que sirvió durante 20 años”, publicó el periódico El Norte, de Monterrey, el 3 de febrero de 1998.
Cuatro días después, el 7 de febrero de 1998, el consejo estatal del PRD acordó por unanimidad postular a Ricardo Monreal como candidato al Gobierno de Zacatecas y sumarse, con ello, a la alianza ciudadana por “la dignidad y la democracia” convocada por el expriista. El lunes 6 de julio de 1998 el Instituto Electoral del Estado de Zacatecas confirmó la victoria de Ricardo Monreal Ávila, candidato del PRD a la Gubernatura.
“El aún morenista Ricardo Monreal coquetea con el Frente Ciudadano por México en pos de la candidatura a Jefe de Gobierno de la Ciudad de México”, publicó en su portada el martes 24 de octubre del 2017 el periódico Reforma. El entonces Jefe Delegacional en Cuauhtémoc, Ciudad de México, estaba inconforme porque el partido que presidía Andrés Manuel López Obrador había decidido postular para Jefa de Gobierno a Claudia Sheinbaum.
En entrevista con Grupo Reforma, y a pregunta expresa sobre si aceptaría que el Frente, conformado por el PRD, el PAN y Movimiento Ciudadano lo nombrara candidato, respondió: “Es probable, pero no lo han hecho”. Al admitir que podría encabezar el Frente Opositor en la Ciudad de México, Monreal declaró que su adversaria no sería Claudia Sheinbaum, sino Andrés López Obrador, porque su imagen estaba muy arraigada en la Ciudad de México. En compensación y para evitar que se fuera a la oposición, Ricardo Monreal fue postulado candidato al Senado para los comicios del 2018.
Pero en el camino de la presidenta hay otros asuntos importantes por resolver: la impertinencia de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores San Román, que incorporó a su gabinete estatal como secretario de Desarrollo Económico a Jorge Luis Lavalle Maury, un enemigo declarado del gobierno de la Cuarta Transformación, expanista, traficante de influencias, que fue imputado y procesado por acusaciones de cohecho, lavado de dinero y asociación delictuosa, delitos relacionados con el caso Odebrecht y por los que estuvo preso en el Reclusorio Norte. En libertad condicional, el exsenador panista está obligado a usar un brazalete electrónico.
Entre los pendientes de la Cuarta Transformación y que serían imperativos morales para la presidenta Sheinbaum, están los casos de los corruptos Alejandro Moreno Cárdenas, más conocido como el alias de “Alito”, a quien las fiscalías de Campeche y la General de la República le han formulado serias acusaciones; al igual que al exgobernador panista de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quien en su carpeta de investigación tiene un amplio catálogo de denuncias.
La advertencia de que deben modificar su actitud, para los gobernadores frívolos, ineficientes, torpes y corruptos, que se amparan en la cuarta transformación y en la bondadosa generosidad del pueblo, debe ser también muy clara y terminante.
Apenas el pasado miércoles 18 de diciembre del 2024 el director del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), Octavio Romero Oropeza, describió durante la conferencia mañanera, una salvaje e impúdica red de corruptelas entre funcionarios públicos, dirigentes obreros y empresarios, que durante años se han robado el dinero aportados por los trabnadores, que sueña con tener una vivienda digna. Y eso, tendrá que ser sancionado con severidad por la el gobierno de la Cuarta Transformación.
Muchos malvivientes han infiltrado el proyecto de la Cuarta Transformación con la anuncia de los impresentables dirigentes del Partido Verde ecologista de México, y tanto unos como otros tendrían que ser combatidos por la administración de Sheinbaum Pardo.
Pero igual, para que el proyecto de la 4T avance, la presidenta está obligada a respaldar y condicionar a la dirigente nacional de Morena, Luisa María Alcalde Luján, para que lleve a cabo una purga profunda en las filas del Movimiento de Regeneración Nacional, al que le sobra mucho pueblo, pero se ha quedado muy pequeño en su trayecto a convertirse en un verdadero partido político profesional, eficiente honrado, al servicio de la gente.
No sería una sorpresa que en enero el país se cimbrara con la noticia de la captura o eliminación de alguno, o algunos prominentes capos de la delincuencia organizada, que inclusive podrían ser extraditados de inmediato y sin mayores trámites, para ponerlos a disposición de tribunales estadounidenses que los reclaman.
Por algo López Obrador advirtió antes de irse que no subestimaran a la presidenta. Entre las groserías misóginas de sus enemigos políticos y de sus críticos en medios de comunicación, así como las descalificaciones envidiosas de otras mujeres que pretenden sobajarla, la presidenta seguramente dará algunas sorpresas en el inicio del año. De entrada, tiene todo el poder, el carácter, y no le falta inteligencia para dejar constancia de que podrá y sabrá usar la legítima autoridad que le delegó el pueblo en los comicios del domingo 2 de junio del 2024.
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20-12-2024 - 12:03 am
"Por todo lo anterior, el año que termina no es precisamente ocasión de festejo y alegría, por más buena voluntad que tengamos. Digamos que el término que califica mejor a 2024 es el desaliento".
Entre más nostalgias que alegrías, con aromas navideños inevitables, termina ya este 2024. Año difícil, aciago diría yo, y para muchos definitivamente funesto. Catastrófico para la democracia mexicana.
En lo personal, recibí expresiones abundantes y enormes de afecto y solidaridad que agradezco a cada uno de mis familiares y amigos. También tuve satisfacciones profesionales y una salud excelente. Hube que sufrir sin embargo la pérdida de mis dos hermanos mayores, José Agustín y Humberto José, con un intervalo de apenas tres meses.
En lo social, se mantuvo prácticamente inalterable el clima de inseguridad que se vive en el país, que se ha agudizado en los últimos meses. El número de asesinatos en el año volvió a estar de nuevo arriba de los 30 mil (82.3 por día, en promedio), con lo que el total en el sexenio de Andrés Manuel López Obrador habrá rebasado todo precedente, con más de 200 mil víctimas.
Particularmente en Sinaloa se vive una auténtica guerra entre los seguidores del Chapo Guzmán y los del Mayo Zambada, que ha costado más de 500 muertos y 600 desaparecidos en solo 100 días. Una masacre, pues.
En lo económico, México habrá crecido apenas un 1.3 por ciento en 2024, muy lejos de las metas propuestas por el gobierno que concluyó el pasado 30 de septiembre. Empleo y consumo a la baja e inflación persistente que apenas acusa una desaceleración en el último trimestre.
En lo político, un año que pudo marcar un nuevo y sólido avance democrático devino en una elección técnicamente impecable pero éticamente y políticamente lamentable. Fue evidentemente una elección de Estado, en la que el Presidente participó sin estar en la boleta. Hubo una compra masiva y descarada de voluntades y de votos a través de los programas sociales del gobierno, usados como chantaje y aplicados como extorsión. Funcionó también la estrategia lopezobradorista de confrontación entre los mexicanos.: los buenos y los malos.
En tanto, una oposición forzadamente coaligada fue absolutamente incapaz de contrarrestar esa estrategia y sobre todo de ofrecer una alternativa real al electorado, a pesar de tener en Xóchitl Gálvez una candidata atractiva que a como quiera alcanzó el respaldo de 27.45 por ciento de los votantes, lo que no es poca cosa. Los partidos coaligados parecieron paralizados ante el abrumador uso de medios, recursos y funcionarios al servicio de la campaña morenista.
Resultado de lo anterior, el oficialismo obtuvo una votación contundente a favor de su candidata Claudia Sheinbaum Pardo, que llegó al 59.76 por ciento del total. No lo fue tanto en cuanto al resultado de la elección de legisladores federales, donde la diferencia fue de apenas 16 puntos porcentuales de ventaja.
Lo más grave sobrevino después: el agandalle a mansalva de la mayoría calificada en el Congreso. El gobierno contó para ello con la complicidad primero de integrantes del Consejo General del INE y del Tribunal Electoral de la Federación, que avalaron darle a Morena y cómplices esa inmerecida sobre representación y luego con la traición de diputados y senadores supuestamente opositores que se sumaron a la bancada oficialista. Por más inverosímil que parezca, la coalición oficialista que tuvo el 54 por ciento de la votación acapara el 74 por ciento de las curules en la Cámara de Diputados (20 por ciento de exceso). La oposición en su conjunto, que obtuvo el 41 por ciento, se quedó con sólo el 25 por ciento de los representantes populares.
Increíble. Esa fue la magnitud del fraude a la voluntad popular, ¡avalado por la autoridad electoral!
La demolición del Poder Judicial a través de una reforma constitucional impuesta a través de esa mayoría fue la primera y gravísima consecuencia del agandalle. El segundo, la supresión de los organismos autónomos, el INAI entre ellos, que significaban alguna posibilidad de supervisión, control, vigilancia y sobre todo de cuidar la transparencia de las acciones gubernamentales y la utilización de recursos públicos, logros innegables de la lenta y costosa transición democrática de este país que hoy se ve cancelada.
Un dato esencial –y especialmente incoherente-- es que ese 40 por ciento de los mexicanos que no votó por los candidatos del gobierno no está en los hechos representado en el Congreso. Esto es más de 35 millones de ciudadanos (amén de otro tanto que se abstuvo de participar en los comicios). Las bancadas opositoras se han convertido de simples paleros involuntarios ante la aplanadora imparable de los morenistas. No hay posibilidad alguna de conciliación o acuerdo, de negociación parlamentaria.
Del avance democrático conseguido penosamente a lo largo de 30 años regresamos de golpe al autoritarismo. ¡Y lo que nos falta!
Tenemos ahora una Presidenta que no gobierna… aunque tenga el poder. Simplemente niega cualquier hecho negativo de su gobierno, desdeña la crítica, descalifica y menosprecia a la maltrecha, desdibujada oposición.
Por todo lo anterior, el año que termina no es precisamente ocasión de festejo y alegría, por más buena voluntad que tengamos. Digamos que el término que califica mejor a 2024 es el desaliento. Válgame.
DE LA LIBRE-TA
ECHEN CONFITES Y CANELONES. Y a pesar de los pesares, deseo a mis cuatro fieles y queridos lectores una muy Feliz Navidad, con al menos un poco de Paz. Vale.
@fopinchetti
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