Opinión en video
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25-12-2024 - 12:05 am
El maíz es anterior al país y, por eso, como cultura no sólo es agrícola o gastronómica, sino que es la existencia misma de los habitantes de México. Es el fundamento del sustento, hasta la fecha. Nos comemos 27 millones de toneladas al año, 80 kilos por persona en el campo y 57 kilos por persona en las ciudades.
Arrocillo, Cacahuacintle, Chalqueño, Cónico, Cónico Norteño, Dulce, Elotes Cónicos, Mixteco, Mushito, Mushito de Michoacán, Negrito, Palomero de Jalisco, Palomero Toluqueño y Uruapeño, Dzit-Bacal, Comiteco, Coscomatepec, Motozinteco, Olotillo, Olotón, Tehua, Negro de Chimaltenango, Quicheño, Serrano, Mixeño y Serrano Mixe, Apachito, Azul, Complejo Serrano de Jalisco, Cristalino de Chihuahua, Gordo y Mountain Yellow, Blando de ocho hileras, Onaveño, Harinoso de Ocho, Tabloncillo, Tabloncillo Perla, Bofo, Elotes Occidentales, Tablilla de Ocho, Jala, Zamorano Amarillo, Ancho y Bolita, Conejo, Nal-Tel, Ratón y Zapalote Chico, Celaya, Tepecintle, Tuxpeño, Tuxpeño Norteño, Vandeño, Zapalote Grande, Nal-Tel de Altura, Pepitilla, Chiquito, Choapaneco y Cubano Amarillo, Chapalote, Dulcillo del Noroeste, Elotero de Sinaloa y Reventador. Esos son los 64 nombres de nuestros tipos de maíz. De ellos, 59 son nativos y han dado lugar a una gastronomía de las más variadas en el planeta. Por ejemplo, sin el maíz bolita, no hay tlayudas, así como sin el cacahuazintle no habría pozole, sin el maíz dulce, tampoco hay uchepos.
Mil 500 años antes de nuestra era, los olmecas representaron a la diosa del maíz con la forma de una “U”, por la manera en cómo las hojas enmarcan a una mazorca. Esa “U” la vemos por todas las culturas originarias de México y Centroamérica en la frente de los jaguares humanizados, porque son deidades de la lluvia. Así, si usted ve una “U” en cualquier relieve, pintura, códice y escultura prehispánicas está ante la imagen de una diosa que es nuestro maíz. El maíz es anterior al país y, por eso, como cultura no sólo es agrícola o gastronómica, sino que es la existencia misma de los habitantes de México. Es el fundamento del sustento, hasta la fecha. Nos comemos 27 millones de toneladas al año, 80 kilos por persona en el campo y 57 kilos por persona en las ciudades. Nuestros maíces aportan el 38 por ciento de proteínas, el 45 por ciento de calorías y el 50 por ciento del calcio que consumimos los mexicanos. No hay otro país en el mundo en el que el consumo sea tan alto, por lo que los estudios comparativos en ese tema nunca son concluyentes. Eso acaba de sucederle a México en el panel de los acuerdos de comercio con EU y Canadá: no hay forma de medir el impacto del maíz modificado genéticamente por las patentes corporativas en un país como el nuestro en que se cultivan 64 razas de maíz en los 32 estados que lo componen, no importando climas, lluvias, altura, o catástrofes naturales. No hay comprobación de que el maíz transgénico haga daño a la salud, pero tampoco de que sea inocuo, es decir, que no haga daño. Pero el problema real es que, si aceptáramos sembrarlo, tendería a uniformar los maíces blancos que comemos, a contaminarlos con trazas de genes manufacturados por la agroindustria de Estados Unidos.
El motivo de esta columna es doble. Por un lado, tratar de explicar qué diablos es el maíz transgénico y, por el otro, argumentar cómo nuestros maíces no son una simple mercancía, con un precio, y una forma de cocinarse, sino que sustentan una veneración que todavía tiene en su fundamento una traza de espiritualidad. Empecemos por el principio.
Los organismos genéticamente manipulados son los que cambian un gen de su ADN por el de otro organismo. Por ejemplo, a un maíz le ponen un gen de una bacteria o de un hongo. ¿Para qué lo hacen? Para hacer al maíz inmune a una plaga o a una enfermedad o, incluso, a una sequía. En este último caso, el de la sequía o las heladas, el CINVESTAV del Poli desarrolló maíces resistentes para proteger a las cosechas de los campesinos. Esta intervención en los genes se hace de distintas maneras: hay una en que literalmente se les bombardea de partículas a alta velocidad, otra en que se utiliza a un virus o una bacteria para que sirvan de transporte para meterlo a las células. Luego, con un filtro químico se separa a las células que recibieron el gen de las que no lo aceptaron, y se pasa a cultivar sólo las modificadas. Así se crea una nueva variedad resistente a lo que sea el problema que se quería resolver. Hasta ahí, todo parece una tecnología benigna. El problema y es esto para el maíz, viene cuando las abejas, moscas, colibríes, es decir, los polinizadores, o el simple viento se llevan genes modificados y los van insertando en otras variedades, a través del polen. Como ustedes saben, el polen es la célula sexual masculina de las plantas con flores. Lleva por lo tanto los genes del ADN de la planta. Por eso, con la aparición del maíz transgénico se habla de “deriva del polen” ---no de la autoritaria--- por la contaminación de una raza manufacturada en un laboratorio hacia los maíces nativos, como los nuestros. Es decir, que la raza manufacturada, más resistente, se fija como la dominante en contra de las demás, tendiendo a que se haga un monocultivo.
Ahora hablemos del maíz como mercancía y de sus rasgos genéticos como supuestos “derechos de autor”. Resulta que corporativos como Monsanto patentan las secuencias del ADN que manipulan. De hecho, han logrado que la segunda generación de sus semillas sean estériles, obligando a los agricultores a comprarles nuevas semillas cada año. Esto es, por supuesto, un abuso del supuesto “derecho de autor”. Pienso, para mis adentros: imagínense que, habiendo leído el libro, ya no lo pudiera uno releer y tuviera uno que comprarlo otra vez. O una película, como si tuviera una caducidad, una obsolescencia programada como los focos. Pues ese es el caso con las semillas de Monsanto que llevó a un grado de abuso la llamada “privatización de la naturaleza”. Usar los “derechos de autor” para monopolizar los alimentos humanos es acaso el más infame de los atropellos contra la historia del planeta. Porque, Monsanto puede haber modificado una planta de maíz para que sea insensible a una plaga de hongos, pero no creó el maíz. El maíz se creó en el mundo, es una cosa que sucedió, simplemente. Y hace unos ocho mil años, unos humanos que vivían en lo que hoy es México, la cultivaron y la hicieron lo que es hoy. Se trata, en breve, de todo el patrimonio alimenticio del planeta en manos de un monopolio de secuencias genéticas privatizadas. Es de locos, pero es, si nos descuidamos, el futuro que heredaremos a las siguientes generaciones: monocultivos de una sola variedad, a precios de monopolio para los campesinos y agricultores. Actualmente, sólo cuatro corporativos biotecnológicos controlan el 60 por ciento de las semillas que se siembran en el planeta: la propia Monsanto-Bayer, Syngenta, Corteva (que es DuPont aliada con Dow), y ChemChina. El 80 por ciento de las semillas de maíz en los Estados Unidos son de Bayer-Monsanto. Es decir, es un monopolio. Pero los gobiernos de Estados Unidos no solamente no han hecho nada contra él, sino que pretenden que sus semillas se siembren en México, argumentando que es una mercancía que protege el comercio de América del Norte. Y eso, sembrar maíz transgénico, como ha dicho la Presidenta Claudia Sheinbaum, estará prohibido en la Constitución. Si no lo hiciéramos, estaríamos mutilando la herencia agricultural, el patrimonio alimenticio, la cultura del maíz para las nuevas generaciones. Aceptarlo sería suicida.
Y aquí viene el segundo motivo de esta columna. Es nuestra relación con el maíz. Para los antiguos mexicanos, era una diosa. Se le comparaba con la abundancia, con las lluvias, y con el jaguar, en la tradición más añeja, que es la Olmeca. Pero todas las civilizaciones que le siguieron tienen al maíz, no sólo como una divinidad, sino como mito de la fundación, el relato antes del tiempo, de donde venimos. Como dice Alfredo López Austin en Los brotes de la milpa: “Los mitos se forman en los descansos con el sudor refrescante de la sombra; se forman en los encuentros con el gesto, con la charla, con la lección, con el cruce indiferente; se forman con todos los enunciados del amor, y con los del dolor, la duda, el sueño y el ensueño; con saberes y misterios; con las pautas y con sus violaciones. Se forman, en suma, en las repeticiones y repeticiones de lo cotidiano; esas repeticiones que se integran con partículas novedosas, sorpresivas. Los verdaderos creadores de los mitos nunca saben que siempre están ha- ciéndolos”.
Es en los mitos en que nos reconocemos como mexicanos. ¿Cómo explicarnos que comamos tanto maíz, en tantísimas formas? Porque estamos hechos de él, según el mito originario. No es que realmente lo creamos que estamos hechos de él, sino que nos da una talla cósmica al ser lo que comemos de la tierra. No es una explicación como tal, sino una sustancia, la sustancia de la cultura. Así, los mayas en el Popol Vuh relatan que los dioses en ese tiempo antes de la historia, crearon a los animales. Cuando les pidieron que dijeran sus nombres, todo lo que obtuvieron fueron graznidos, ladridos, chillidos, y rugidos. Así que los exiliaron a los montes para servir de alimento. Entonces se propusieron crear algo que pudiera decir su nombre. Primero, intentaron con barro, pero se quebraba y no tenía alma. Luego, hicieron hombre y mujer de distintas maderas, pero anduvieron por ahí sin destino, obnubilados por la falta de entendimiento. Así que, finalmente, enviaron al ocelote, al coyote, a la guacamaya, y al cuervo a traer las mazorcas amarillas y blancas de Paxil y Cayalá. Molieron el maíz, hicieron con la masa nueve bebidas, y con ellas crearon la carne y la sangre del primer varón y la primera mujer, su fuerza y su vigor. Las maravillosas criaturas fueron la primera madre y el primer padre, y tuvieron unos hijos y unos nietos que alabaron y alimentaron con sus ofrendas a los dioses.
Así, también hay entre los nahuas, tepehuanes, purépechas, tzotziles y huastecos una misma historia mítica. El personaje central es el maíz. Su mamá queda preñada de un músico, un flautista, que la abandona y se va al País de los Relámpagos. El niño nace, pero su madre, furibunda por el abandono del músico, lo tira a un río. Cuando el niño nace, busca a la madre y, al enterarse de su desdicha, decide ir tras el padre al País de los Relámpagos. Al principio es atrapado por los rayos y torturado, pero logra escapar. Enfrenta, entonces, al Rayo Mayor y, tras una batalla, lo derrota. Con la victoria se le ofrecen dos regalos: uno, que su papá volverá a vivir cada año y que, también cada año, habrá lluvias. El hijo, entonces, toma la flauta del padre y la repara para que vuelva a tocar. Es este un mito fundador que explica cómo la vida debe regresar de la bodega debajo de la tierra, la de los muertos, cada año, como la lluvia y los músicos itinerantes. Todavía nuestro calendario de fiestas marca el inicio de las lluvias con la Santa Cruz en mayo y el Día de Muertos en noviembre, cuando termina de llover.
Así, también, los mayas, mopanes, choles, tzeltales, tojolabales, mochós, kekchíes, quichés, pokomames, cakchiqueles, mames, jacaltecos, achíes, tzutujiles, chortíes, pipiles, huastecos, totonacos, nahuas, mazatecos, cuicatecos, chinantecos, chatinos y chontales cuentan la historia de cómo el mismo Quetzalcóatl, el dios-gobernante, es el que descubre a una hormiga cargando una semilla de maíz y manda al mandamás de la lluvia, Nanahuatzin, a sacar al maíz de una cueva a la que tiene que entrar con el poder del relámpago. Lo acompañan sus cuatro hermanos, los tlaloque, cada uno de un color distinto. Una vez descubierto el tesoro del maíz, los tlaloque se lo roban y se los llevan a los cuatro puntos cardinales del mundo. Por eso, los colores del maíz son distintos en cada región de este país. Este es un mito que da cuenta de la variedad, eso que hoy llamamos “biodiversidad” y que Monsanto simplemente lo destruiría por vender sus semillas cada año.
La cultura es volver a contarse. Cuando tenemos un mito como el del maíz que nos habla del tiempo cíclico de la vida y la muerte, de la presencia y la ausencia, del brote de la milpa y su descenso a la bodega de lo muerto, ahí tenemos un relato que nos da coherencia. Pero también nos enorgullece de haber, no sólo domesticado a esta planta, sino de haberla hecho fundamento de una cosmovisión que tuvo en la observación astronómica la viabilidad de los cultivos en la tierra, esta tierra, estas tierras. Sin grandes astrónomos, no se hubiera dado la intensidad del cultivo de nuestros maíces. Sin conocimientos de las lluvias y su relación con la órbita de Venus. Sin la pausada selección de granos para la siguiente cosecha. Cada vez que comemos tortillas deberíamos de celebrar, asombrados, de lo que hemos sido capaces. No “autores” como los señores de Monsanto, sino victoriosos sobre el Rayo y la Muerte, como el hijo del músico. Es una historia de resistencia, de ciclos, de muerte y resurrección. Esta es la historia que encierra nuestro maíz que, en efecto, fue anterior al mismo país. Pero ahora le toca al país defender a su planta. Estoy seguro que triunfaremos.
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25-12-2024 - 12:04 am
"Marionetas más, marionetas menos. Cómo desamarrar esos nudos que nos impiden caminar con soltura."
A manera de preámbulo:
los rascacielos
en su ciego orgullo de acero y cemento,
tienen de testigo
la bruma de las montañas,
al amanecer de las urbes.
I
Marionetas más, marionetas menos.
Cómo desamarrar esos nudos
que nos impiden caminar con soltura,
cómo caminar en tierra minada
por los tribunos de una retórica apolillada
en monólogos de hastío
incansables, hipnotizados,
en la espiral descendiente
del empoderamiento de la fugacidad
y sus delirios;
la existencia vapuleada,
despreciada en su extrañeza sagrada,
inverosímil para la ciencia misma,
cuyos números del usufructo
delinean el encierro de su universo.
II
Desamarrar los nudos del ego,
evitar a los fantasmas
llamados personajes,
abrumados en sus deseos,
la imposición del entretenimiento,
ese alimento
de la era de la egocracia
que por millones se reparte.
La membrana de la cordura
horadada por doquier.
La multitud capturada en un gesto
que se enciende y se apaga,
aterrada de sí misma
cuando pierde el control digital;
y las yemas de sus dedos
recuerdan al índice y pulgar
en su entrañable humildad:
la verdad deslumbrante
de no saber nada; esa gracia
tan única de todos.
III
En ese rincón del sí mismo
retomar el nombre propio
advertir la Luz que persiste
en la vasija blanca de la mañana
mirar ahí
en esa nada
que envuelve
sin dejar huella,
mirar ahí
sin reparo alguno
en esa hondura
que alumbra,
mirar ahí
ya
sin palabra
alguna
con los labios cerrados;
dejar al viento
que llega
su danzar
su búsqueda.
Rendija:
Así están los tiempos: cuando descendió Moisés, ya no había nadie, se aburrieron y prefirieron irse.
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25-12-2024 - 12:04 am
"La buena fortuna de las Alcalde no es gratuita. Son hijas de una de las personas que, aseguran, más confianza le tiene el ex presidente, Bertha Elena Luján Uranga".
Dentro de la nueva “monarquía política hereditaria” ahora en la etapa morenista del gobierno central en México, como en el pasado priísta del País -sin excluir los doce años de gobiernos albiazules, porque no es exclusivo de insituto político alguno-, hay familias que, con el triunfo de su partido en las elecciones, les llega la buena fortuna, la bonanza política y la chamba en la nómina oficial.
Algunos apellidos son ahora mismo relevantes por ese nepotismo tan institucionalizado en el país. Los Monreal, los Batres, los López por supuesto, los Mier, los Scherer, los Delgado, los Félix, y claro, las Alcalde.
Bertha y Luisa María Alcalde Luján lanzaron sus carreras políticas de manera exponencial a partir de 2018, cuando Andrés Manuel López Obrador ganó la elección para presidente de México y nombró a la segunda su secretaria del Trabajo primero, y de Gobernación después, aunque ciertamente a la primera la mantuvo un tanto relegada, sí, con chamba en el gobierno, pero no con puestos ni cargos ni encargos, sino con trabajitos, asesorías, jefaturas, direcciones y hasta ahí.
La buena fortuna de las Alcalde no es gratuita. Son hijas de una de las personas que, aseguran, más confianza le tiene el ex presidente, Bertha Elena Luján Uranga, quien acompañó a López Obrador desde cuando hacían proselitismo para el PRD en la Jefatura de la Ciudad de México, hasta la fundación de Morena, al haber sido secretaria general del Movimiento de Regeneración Nacional y posteriormente presidente del Consejo Político Nacional de Morena de 2015 a 2022, pasando por otros encargos políticos en el interín.
Sin embargo, el evidente favoritismo de López Obrador hacia Luisa María Alcalde la catapultó a la posición número dos en el Gobierno de la República al sustituir a Adán Augusto López en la secretaría de gobernación cuando este se retiró para buscar la candidatura a la presidencia de la República por su partido Morena.
De suyo parte la nueva generación de morenistas impulsados por el ex presidente, poco antes que concluyera el sexenio, Luisa María Alcalde estuvo en las sobresalientes, tanto así, que hoy día es la dirigente nacional del partido fundado por López Obrador y del cual, aun en el alejamiento de la vida política, el tabasqueño sigue siendo el líder moral.
Pero la bonanza política de las Alcalde nada más no terminaba por también cubrir la vida pública de Bertha. El cargo de mayor rango que había tenido fue el de directora general en el IMSS. De ahí no pasaba. Le daban jefaturas de oficina, asesorías, una comisión en la Cofepris, y así… nada relevante en la primera línea de la función pública.
En el 2023 su persistencia por ocupar una posición de mayor rango, visibilidad e importancia, la llevó a inscribirse en la convocatoria para la elección de titulares a las consejerías del Instituto Nacional Electoral donde su nombre apareció en la quinteta para seleccionar a quien presidiría el Consejo ante la inminente salida de Lorenzo Córdova. Pero la fortuna no estuvo de su lado por entonces, y Bertha Alcalde no quedó en las posiciones para la tarea enorme de la organización electoral.
Por lo menos sirvió su paso por la convocatoria y el proceso elector del INE para ser considerada, ahora sí por el entonces presidente, e incluirla en una terna unos meses más tarde. Y no fue cualquier terna, sino la que envió el ex mandatario nacional al Poder Judicial para elegir Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, la consideración más alta que le tuvo a la hermana de Luisa María, Andrés López Obrador, aunque no lo suficiente, pues cuando desde el Poder Legislativo no le fueron aprobadas las ternas y el ex ocupante de Palacio Nacional debió designar de manera directa a una ministra, no eligió a Alcalde, sino a Lenia Batres (otra miembro de familia en abundancia política morenista).
Pero la tercera sería la vencida para Bertha Alcalde, y ya con López Obrador fuera de la jugada política (al menos no presente en el escenario público), ahora sí lo logró. De haber pasado por áreas de salud y supervisión como el IMSS o la Cofepris, jefaturas en oficinas, litigios, haber aspirado a organizar elecciones, y posteriormente a una carrera judicial, la evidentemente todóloga Bertha Alcalde Lujan fue designada por una arroyadora mayoría morenista en la Ciudad de México, Fiscal General de esa entidad federativa.
Así, después de esforzarce durante siete años por aparecer, por ser considerada, por ser tomada en cuenta para posiciones de alto calibre político-gubernamental, y haber fracaso en el intento, por alguna u otra razón, en “el tiempo de las mujres”, con Clara Brugada al frente del gobierno de la Ciudad de México, la doctora Claudia Sheinbaum Pardo en la presidencia de la República, y López Obrador fuera del escenario político, la casta de las Alcalde se consolida con el nombramiento de Bertha como fiscal general de la Ciudad de México. La tercera, fue la vencida.
Lo que también se consolida en la etapa de gobiernos morenistas en el País, es la integración de la nueva “monarquía política”, como alguna vez calificó el fundador de Morena a las familias, que, particularmente en el PRI, se sirvieron de los cargos y del presupuesto por tener en esos momentos la filiación política correcta y compartir con familiares nombramientos, allende si tenían o no las calificaciones, la experiencia o la preparación correcta para el cargo. Qué bonitas familias, las de antes y las de ahora, que se aprovechan del poder por vil nepotismo.
Ahora sí que el poder en México no se transforma, se mantiene con los mismos vicios que actualmente tanto critican.
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24-12-2024 - 12:04 am
"El nuevo gobierno encabezado por una científica ha decidido cerrar la página de uno de los más bochornosos episodios en la historia de la ciencia en México".
Una de las características más significativas de los populismos del siglo XXI ha sido su carácter anticientífico. Esta actitud ante la ciencia fue muy bien exhibida en la película Don't Look Up, donde una catástrofe apocalíptica prevenible no puede ser detenida debido a la incapacidad de los gobiernos y los medios para distinguir entre la verdad y la mentira.
Tras las elecciones federales del 2018, el ex-presidente López Obrador nombró como Directora General del CONACYT a María Elena Álvarez-Buylla.
Educada, en parte, en la Universidad de California en San Diego, la bióloga parecía ser respetada por la comunidad científica. Su nombramiento auguraba un impulso significativo para la ciencia en México.
Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que Álvarez-Buylla comenzará a mostrar sus verdaderos colores.
Su gestión estuvo determinada por ataques contra instituciones insignes como el CIDE, la falta de defensa de los fideicomisos científicos y tecnológicos, el vituperio contra la comunidad científica e incluso un intento por encarcelar a científicos prominentes.
Pero quizás la bandera que más defendió la ex-directora del CONACYT haya sido su cruzada contra el maíz genéticamente modificado.
De una manera singular para una científica, su ofensiva rondaba la irracionalidad al no fundarse necesariamente en las investigaciones científicas más relevantes.
Así siguiendo su consejo, López Obrador publicó un decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 13 de febrero de 2023, prohibiendo el maíz genéticamente modificado.
Pues bien, recientemente un panel en el seno del T-MEC concluyó que ese decreto violaba sus términos. En efecto, el panel avaló las siete reclamaciones de la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos y recientemente informó de su resolución a la Secretaría de Economía del gobierno mexicano.
Ahora el gobierno mexicano tiene 45 días para cumplir con las conclusiones del panel. Afortunadamente, la Secretaría de Economía ha aceptado, aunque a regañadientes, la decisión del panel y anunció que acatará sus resoluciones.
Estas son buenas noticias y podría significar que el nuevo gobierno encabezado por una científica ha decidido cerrar la página de uno de los más bochornosos episodios en la historia de la ciencia en México.
Ya veremos cómo se realiza la gestión del la nueva Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), encabezada por Rosaura Ruiz Gutiérrez. Esperemos que ella siga una directriz muy diferente a la de su antecesora.
Esto será importante para que el futuro de México sea uno donde la verdad y la ciencia sean la base de la prosperidad de nuestro país. Es hora de que así sea.
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24-12-2024 - 12:03 am
"El cambio en la percepción ciudadana es un indicador fundamental de los resultados positivos, aunque se puede hacer más".
Tres datos para documentar las expectativas en seguridad en la Ciudad de México: 1) por seis años consecutivos los delitos de alto impacto mantienen una tendencia a la baja, 2) hay una disminución de 61.3 por ciento entre 2018 y 2024, y 3) este año hubo 37 mil 973 víctimas menos de la delincuencia.
Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública correspondientes a los periodos enero-noviembre fortalecen la certidumbre hacia un entorno más seguro en el cierre del año y revelan resultados difíciles de alcanzar en cualquier otra ciudad.
Santa Claus parece que se adelantó y trajo buenas noticias para fundamentar el objetivo de la Jefa de Gobierno de la CDMX, Clara Brugada, de profundizar esa reducción en 5 por ciento más durante este diciembre.
Entre las claves, además de la relevancia de las políticas sociales enfocadas a las causas del delito —estrategia central iniciada en la capital nacional por la ahora Presidenta Claudia Sheinbaum— están el fortalecimiento de tecnologías como la videovigilancia en puntos estratégicos, y el reforzamiento de la presencia policial.
Tanto el operativo policial de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, a cargo de Pablo Vázquez, como las cerca de 84 mil cámaras de videovigilancia del C5 contribuyen a la disuasión y persecución de la actividad delictiva para ofrecer tranquilidad a Santa Claus y a quienes realizan compras.
El cambio en la percepción ciudadana es un indicador fundamental de los resultados positivos, aunque se puede hacer más. En ese sentido, la prevención contribuye a la estrategia integral de seguridad.
En esta temporada es recomendable planear la actividad comercial, evitar las grandes cantidades de dinero en efectivo y priorizar el uso de tarjetas bancarias.
Al realizar las compras es mejor tener un bajo perfil: no exhibir innecesariamente objetos de valor —joyas, relojes o dispositivos electrónicos—, guardar el celular y la cartera en bolsillos de difícil acceso, emplear mochilas o bolsas cerradas sin perderlas de vista, así como mantenerse alerta del entorno.
Frente a situaciones sospechosas o ante la comisión de un delito, sufrido en carne propia o atestiguado, en el número de emergencias 911 o los botones de auxilio ubicados en postes de videovigilancia, desde el C5 ofrecemos atención 24/7 y, de ser necesario, coordinamos seguimiento en el lugar de los hechos a través de unidades policiales.
La seguridad es tanto un derecho como una responsabilidad compartida. En estas fiestas, Santa Claus puede repartir regalos en una Ciudad más segura.
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23-12-2024 - 12:08 am
¿Es tan importante mantener sano el movimiento como lidiar con Trump? Por supuesto que sí. No tengo dudas de que el Presidente electo de Estados Unidos hizo buenas migas con López Obrador porque lo consideró un hombre honesto, mientras que maltrató a Peña y maltrata a Trudeau porque los considera o consideró deshonestos. El bono democrático es todo frente a las amenazas externas.
Como Claudia Sheinbaum no resultó un títere que Andrés Manuel López Obrador mueve desde la oscuridad (o desde la selva), hay un pequeño (y todavía más ridículo) ajuste en el discurso de sus opositores. Ahora dicen que ella “está haciendo todo” para distanciarse de él.
–Ella tiene ganas de diferenciarse –dijo Roy Campos a El País. Campos dirige Mitofsky, una encuestadora que sirvió al PRI y luego al PAN para los fraudes electorales. Ahora simula imparcialidad después de décadas de prestarse para golpear a la izquierda desde el poder mediático.
No es sólo él. Una parte de la oposición en México pasa sin rubor de los argumentos más insensatos (el de “la dictadura”, por ejemplo) a las groserías más grotescas. El monero de El Financiero Antonio Garci Nieto es un ejemplo de ello. Lleva años vomitando ofensas y contenido mentiroso, como José Antonio Crespo, Roger Bartra, Mario Di Constanzo o Beatriz Pagés. Agregaría a esta lista a reconocidos calderonistas pero, parece, varios de ellos han modificado su actitud y coquetean con la 4T, y habrá quién los acoja (como sucedió en el episodio Layda Sansores-Jorge Lavalle) o no sé y en todo caso, cada quién.
La oposición ensaya y se equivoca, ensaya y se equivoca. Sigue buscando desesperadamente un discurso que permita separar a la Presidenta de López Obrador. Algunos líderes opositores acusaron que AMLO la manipulaba para que ella se distanciara de él; ahora dicen que las diferencias marcadas por ella son justo en los aspectos rudimentarios y ofensivos de López Obrador. Es decir: a él lo señalan de perverso, machista, xenófobo, altanero, polarizador y dan por hecho los calificativos contra el más importante dirigente social de México desde Cárdenas, y con esos calificativos la miden a ella. Intentan minarlo a él y “rescatar” a Claudia. Lo que desean es que los niveles de aceptación de AMLO no la beneficien a ella. Que el lópezobradorismo la haga a un lado, pues.
Quieren aislar a la Presidenta como las hienas aíslan a una víctima y ya no importa si ellas o el león dan el zarpazo: hasta con carroña sobreviven. Quieren una 4T 2.0 dividida entre dos líderes: uno ausente y la otra presente. Para fortuna de Claudia, eso no pasó. Dice la última encuesta de Enkoll que de hecho ella ha sumado a otros que hace seis años eran reticentes a apoyar a López Obrador.
Para una 4T 2.0; es decir, para un siguiente periodo exitoso de la izquierda en el poder, se requerirá seguir lidiando con esa oposición tramposa, incapaz de armar un proyecto de Nación, pero siempre puesta a inventar las teorías más inverosímiles. Sin embargo, la oposición no es el único reto que la Presidenta tiene que enfrentar. He hecho algunos apuntes sobre otros retos para ella que son, al final, retos para el movimiento en el poder.
1. Trump
Asume el 20 de enero y es, sin duda, el primer gran reto para la Presidenta. Escucho en algunos la confianza de que ella podría lidiar con el odiador convertido en Presidente de Estados Unidos. Creo que tienen razón. Sobre todo porque Claudia se ha hecho rodear de gente que ya lidió con él. Creo que para administrar a Trump se requerirá algo de sicología y algo de estrategia empresarial. Al tipo le gustan los pleitos uno a uno. Justin Trudeau es un ejemplo de ello, como lo era Enrique Peña Nieto. No soportaba a Peña como no soporta a Trudeau. Es un deseo muy personal ponerlos en aprietos aunque dañe al país que representan. Ese es, pues, un primer reto. La Presidenta de México tendrá que ser muy astuta y prudente; las dos características las tiene.
2. La economía
Con y sin Trump, las proyecciones indican que vienen crecimientos rabones para la economía mexicana. Obvio con aranceles del 25 por ciento se trastoca todo, pero aún sin ellos se prevén años de PIB cortito. La lección de López Obrador a los economistas es que el nuevo modelo de desarrollo mexicano enfatiza en el reparto de los beneficios (bienestar) por encima del crecimiento a rajatabla. Pero el crecimiento es importante. Más riqueza generada, más riqueza que se reparte; así de simple. Creo que la Presidenta necesitará impulsar proyectos grandes con la iniciativa privada a la vez que desarrolla los propios, los estratégicos. Será importante estar cazando oportunidades. Ejemplo: Trump está presionando a Panamá por las tarifas y no ve bien que administre el Canal. Piensa que China se querrá meter (y quizás tenga razón). Una buena idea es ofrecerle a Washington, en las mesas de trabajo, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Dentro de esa ensalada de egos, fobias, manotazos y sentido común que es Trump, se pueden encontrar oportunidades. Hay que aprovecharlas. El tema es sacar a México del 1.5-2.5 de crecimiento y generar más riqueza, mucha más riqueza.
3. El movimiento
Recuperar la ética del movimiento, zangoloteada o puesta en pausa durante gran parte de 2024 para alcanzar objetivos electorales o para las reformas, es un reto tan grande como los dos anteriores. Así lo creo. Escribí antes: nadie culpará a Claudia si se pierde una gubernatura o se pierden cinco, si fue en el proceso de limpiar la política. La limpieza, y no los colaterales, será recordada por muchos años, para bien. Pero si el movimiento se pudre desde adentro se culpará a Claudia y se recordará, para mal, por muchos años.
Yo se que no pasará, pero imagínense a Morena tomando distancia de varias gubernaturas por razones éticas y, al mismo tiempo, presionando a varios/varias gobernadores/gobernadoras para que se asuman en los hechos como de izquierda. No pasará, como digo, porque en los hechos es soltar áreas de influencia deliberadamente, y eso le da más pavor a la dirigencia de un partido que corromperse. Pero imagínense qué actos más poderosos serían exigirle a Ricardo Gallardo o a Layda Sansores corregir o tomar distancia de Morena. Uno es del Partido Verde y la otra es de Morena, pero como si fueran del PRIAN. Imagínense el poder que da exigirles rendir cuentas y el poder (la fuerza moral es siempre fuerza institucional) que le daría al movimiento expulsar a uno o a dos.
Cuando se incorpora a un corrupto a las filas de la izquierda se pudren muchas cosas pero, sobre todo, se pudre el bono democrático. Y perder bono democrático es tomar distancia con la gente. Eso debe quedarle bien claro a los dirigentes del movimiento.
Concluyo: son tres retos los que veo de corto y mediano plazos, y a los tres los veo igualmente importantes. ¿Es tan importante mantener sano el movimiento como lidiar con Trump? Por supuesto que sí. No tengo dudas de que el Presidente electo de Estados Unidos hizo buenas migas con López Obrador porque lo consideró un hombre honesto, mientras que maltrató a Peña y maltrata a Trudeau porque los considera o consideró deshonestos. El bono democrático es todo frente a las amenazas externas. Perderlo sería una tontería del tamaño de una montaña.
Me despido por ahora de todos ustedes con un ruego: que el Creador de todas las cosas acompañe nuestro camino y que nunca separe su mano de este país y de su gente. Que haga un hueco entre los dedos y que allí nos tenga siempre. Felices fiestas.
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22-12-2024 - 12:04 am
Desde una perspectiva jurídica, los precursores de la corrupción se refieren a los contextos, personas, y conductas que crean, facilitan y perpetúan el entorno donde estas prácticas corruptas se desarrollan y se mantienen.
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22-12-2024 - 12:03 am
"El episodio etiquetado como 'tráileres de la muerte' nos revelaron tanto a la sociedad jalisciense como del resto del país, que asociada a la crisis por desaparición de personas también teníamos una crisis forense de proporciones incalculables"
Los “tráileres de la muerte” fue la etiqueta que la prensa le puso a un hecho ocurrido en Jalisco en septiembre de 2018, hacia finales del sexenio del priista Aristóteles Sandoval Díaz: las autoridades forenses paseaban a cientos de cuerpos sin identificar en tráileres refrigerados por distintos municipios de la zona Metropolitana de Guadalajara. Las imágenes de los tráileres refrigerados conteniendo los cuerpos apilados indebida e indignamente le dieron la vuelta mundo. El episodio etiquetado como “tráileres de la muerte” nos revelaron tanto a la sociedad jalisciense como del resto del país, que asociada a la crisis por desaparición de personas también teníamos una crisis forense de proporciones incalculables.
El escándalo fue de tales dimensiones que obligó al gobernador Aristóteles Sandoval (asesinado hace cuatro años) a dar la cara y prometer atender la crisis existente en el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) y hacer lo posible para solucionarla. Tres meses después, el gobernador priista entregó el Poder Ejecutivo a Enrique Alfaro Ramírez, de Movimiento Ciudadano, quien en su momento se comprometió a enfrentar este problema. Pero no ocurrió así.
El emecista Enrique Alfaro entregó el mando estatal el pasado 6 de diciembre y heredó a su sucesor Pablo Lemus con una crisis forense sin resolver y además agravada, como se puede confirmar al revisar casos gravísimos que se han dado a conocer en estos días en Jalisco.
El colectivo Buscando a Nuestros Tesoros Lagos de Moreno denunció el pasado 16 de diciembre una de las tragedias que la burocracia y crisis forense hacen atravesar a las familias. Se reveló el caso Diego Iván, un joven que desapareció el 11 de septiembre de 2018 en Lagos de Moreno. Tres días después, el 14 de septiembre de 2018 sus restos ingresaron al IJCF del municipio. A pesar de ello, las autoridades forenses no le entregaron a su familia, e incluso ocurrieron omisiones o negligentes extremadamente graves pues desde el 9 de julio de 2019, personal de la Fiscalía del Estado de Jalisco, entonces a cargo de Raúl Sánchez, firmó y selló un oficio “con la notificación de un dictamen de genética emitido por el IJCF donde se informa la compatibilidad de Diego con su madre al 99.9%”, reportan en su comunicado el colectivo de Lagos de Moreno.
Es decir, el cuerpo de Diego Iván permaneció 6 años, 3 meses y 5 días en las instalaciones forenses sin que se los entregaran a sus familiares. Son 6 años, 3 meses y 5 días de alargamiento del sufrimiento a su familia y la posibilidad de cerrar debidamente su duelo, debido a la negligencia e irresponsabilidad de las autoridades.
Estos casos se repiten por cientos en Jalisco y otras partes del país. A veces pasan ocho años sin que el cuerpo de un hijo buscado sea entregado a sus familias. No se trata solo de exceso de trabajo. Claro que hay más desaparecidos y fallecidos por identificar. En el caso de Jalisco trabajadores de Ciencias Forenses denunciaron una situación grave y caótica en el instituto al revelar ineficiencias, despilfarros, falta de comunicación y hasta falta de empatía con los colectivos de familiares que buscan a sus desaparecidos.
En una carta anónima que dirigen a los colectivos que buscan a sus desaparecidos del estado, trabajadores del IJCF denunciaron, que en ese instituto existen graves anomalías e irregularidades: Denunciaron que el director Gustavo Quezada Esparza no respeta los protocolos de investigación, que el IJCF no cuenta con insumos básicos, que faltan computadoras (“los tres médicos que trabajan fosas comparten una computadora”); y la existencia de aviadores y recomendados. También revelaron que el director dio la orden de prohibir el ingreso a las instalaciones de la señora Guadalupe Aguilar, madre de José Luis Arana desaparecido en Tonalá en enero de 2011 y fundadora de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco (Fundej), el primer colectivo de familias buscadoras fundado en el estado. De la mano de la señora Guadalupe Aguilar, Fundej se ha centrado en exigir búsquedas de desaparecidos mediante la identificación de cuerpos que están resguardados en los Servicios Médicos Forenses (Semefo) de la entidad.
Quizá el punto más grave de la denuncia de los trabajadores del Instituto Forense de Jalisco es que revelaron que en muchos casos se entrega un cuerpo a la familia sin que se tenga la certeza de que es el de la persona que andan buscando. Dice una parte del comunicado: “hemos recibido la orden de que se armen cuerpos con los diversos segmentos que existen, no obstante de que no se tenga la certeza de que las partes incluidas en determinado cuerpo, pertenezcan al mismo perfil genético”. Son denuncias gravísimas que deben ser investigadas.
Enrique Alfaro dejó la gubernatura y se fue a radicar a Madrid, España, supuestamente para terminar un curso de entrenador de futbol para luego cumplir su sueño de ser entrenador del equipo las Chivas del Guadalajara. Pero se fue a Madrid sin admitir que Jalisco padece una grave crisis forense y de las graves anomalías con las que trabaja el instituto forense estatal. Ahora el nuevo gobernador Pablo Lemus está obligado a admitir esta crisis e intervenir a fondo en el IJCF.
Con toda la gravedad de lo que ocurre en esta materia en Jalisco, apenas es un retazo del cuadro completo que nos bosqueja esta crisis forense de grandes proporciones que asola a todo el país. Si bien Jalisco encabeza la lista de entidades con más desaparecidos del país, con más de 15,300 casos, en rezago forenses ocupa el segundo lugar. El primer lugar lo ocupa Coahuila con 38 mil 361 cuerpos o restos sin identificar.
Así como Enrique Alfaro terminó su gobierno sin reconocer esta crisis, algo semejante hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador que hacia el final del sexenio dejó de apoyar los esfuerzos para avanzar debidamente con la identificación de cuerpos en los servicios forenses del país.
Pasaron ya tres años desde que en agosto de 2021 el Movimiento por Nuestros Desaparecidos en México presentó un informe el reveló que en el país había más de 52 mil personas fallecidas sin identificar, 60 por ciento de las cuales yacía en fosas comunes en cementerios públicos. Un año después, en abril de 2022 expertos entrevistados por el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), afirmaron que en las condiciones forenses que existían en México, serían necesarios 120 años para identificar los restos humanos, sin contar los nuevos cuerpos que se van sumando cada día.
Al final del pasado sexenio, crisis se ha agravado y las instituciones o mecanismos para enfrentarla se han desmantelado o debilitado. Y los funcionarios que al comienzo del sexenio empujaron esta agenda, ahora están fuera del servicio público en México, como Karla Quintana ex Comisionada Nacional de Búsqueda, que ha sido designada por la ONU como responsable de un mecanismo independiente para determinar el destino de miles de personas desaparecidas en Siria ocurridas durante la guerra civil que vive ese país desde 2011.
Algo urgente y extraordinario se debe hacer desde la sociedad para evitar que sigan existiendo familias como la de Diego Iván a quienes las autoridades, por negligencia o incompetencia, le entregaron el cuerpo de su hijo buscado más de seis años después. Afrontar la crisis forense es una tarea urgente que debe ser atendida ya. No podemos esperar 120 años para identificar a todos los cuerpos que están en los servicios forenses, mientras afuera hay 120 mil familias que están buscando a sus desaparecidos.
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22-12-2024 - 12:01 am
Lo primero que me ha llamado la atención en la veintena de listas que he consultado es la enorme cantidad de títulos que me dicen muy poco. Ésta parecería ser una postura un tanto arrogante (lo acepto) en el sentido de que pretendo conocer lo que otros consideran mejor.
He consumido listados sobre los mejores libros por décadas, ya sea por interés profesional, por orientación, guía o simple curiosidad. Los he visto con respeto, indulgencia e interés. Durante algunos años discutí con esas listas que surgen de diferentes intenciones, desde la periodística dura hasta la que busca llenar un espacio sumando recomendaciones.
Desde hace algunos años ya no asisto con entusiasmo a esos encuentros. Sé, como todo el mundo, que estas relaciones de los mejores títulos obedecen a parámetros con los que no solemos coincidir. Hace algunos meses, escribí una serie de columnas relacionadas con la posibilidad de establecer parámetros cuantitativos para establecer la calidad literaria. Una de las conclusiones es que no es posible una objetividad extrema, aunque tampoco se pretende. Entonces, ¿por qué renegar de ciertos listados si éstos surgen de subjetividades diferentes?
Aún no lo tengo del todo claro. Me sumo, mientras tanto, a ese lugar común que implica no siempre saber qué motivaciones mueven a la publicación de tales listas. Incluso las que funcionan de forma más o menos clara, en las que participan decenas o cientos de lectores, evitan sesgos comerciales o cuotas editoriales, me han resultado lejanas. Me explico.
Lo primero que me ha llamado la atención en la veintena de listas que he consultado es la enorme cantidad de títulos que me dicen muy poco. Ésta parecería ser una postura un tanto arrogante (lo acepto) en el sentido de que pretendo conocer lo que otros consideran mejor. Algo hay de razón. Sin embargo, lo cierto es que sigo siendo un lector profesional y que leo varios libros al año. A diferencia de otras ocasiones, ahora me ha dado más trabajo encontrar coincidencias en esas listas. Las razones pueden ser muchas. La más evidente, por ejemplo, es que la industria editorial sigue aumentando el número de títulos que publica cada año. Si ya era imposible darles seguimiento, conforme esa cifra aumenta uno se tiene que resignar a leer apenas un minúsculo porcentaje de lo publicado. La que desbarata la arrogancia, por su parte, es que, en efecto, mis lecturas de este año se alejaron de las lecturas de ciertas mayorías. Y ya.
Aunque en ese “y ya” hay algo que me molesta un poco. No lo es tanto el que yo no haya leído una buena cantidad de los libros enlistados (al contrario, eso me abre puertas, me sugiere lecturas, acumula pilas inestables en el buró). Lo que me genera cierta inquietud es que en ninguna de las listas que he consultado aparezcan los libros que más me gustaron de los que leí este año. Eso significa que los parámetros se han modificado (sin que me avisaran), que me estoy anquilosando (algo siempre posible), que me estoy sofisticando (eso es poco probable), que me estoy convirtiendo en una clase de lector diferente (eso podría ser) o que ya no estoy entendiendo como antes ciertas lecturas (algo que es tan bueno como malo, dependiendo).
No elaboro, pues, nuevas listas porque una sucesión de títulos y autores sirve más para apapachar el ego de algunos o para levantar las ámpulas de otros. Como siempre lo he sostenido: más que una lista, lo relevante es hablar de los libros. Es la mejor forma de recomendarlos.
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21-12-2024 - 12:05 am
"Empecemos por la videocolumna anterior, dedicada a las Caravanas Navideñas de Coca-Cola, titulada Abuso a la infancia en nuestras ciudades. Como los comentarios fueron pocos, es fácil analizar el caso".
Los ataques a esta videocolumna se han mantenido durante más de un año y medio, de manera muy burda y, como lo demostraremos, bien sincronizados. Estos ataques se activan cuando exhibimos las estrategias y daños de las grandes corporaciones a la salud y al ambiente, cuando develamos la realidad de sus impactos, o cuando estas corporaciones ven dañada su imagen, sus intereses.
Empecemos por la videocolumna anterior, dedicada a las Caravanas Navideñas de Coca-Cola, titulada “Abuso a la infancia en nuestras ciudades”. Como los comentarios fueron pocos, es fácil analizar el caso. Cuando se revisan los comentarios durante el primer día de la publicación de la videocolumna en Youtube, cada comentario indica cuántas horas antes fue publicado en relación con el momento en que se está leyendo. Sin embargo, cuando se revisan los comentarios un día después se pierde esa referencia a las horas.
La videocolumna se publica a las 12 de la noche del viernes y la revisión la realizamos a las 18 horas del sábado; es decir, habían pasado, exactamente18 horas. Revisamos cuántos comentarios se publicaron durante cada una de esas horas, cuántos eran positivos, -es decir, apoyaban los argumentos de la videocolumna-, y cuántos negativos, -criticaban su contenido-. Encontramos lo siguiente: en un periodo de 18 horas, entre las 0 y las 18 horas, se publicaron, de forma distribuida, 30 comentarios positivos a la videocolumna. En unas horas no hubo comentarios, en otras 2 o 3. Entre las 9 y las 10 am se publicaron 6 comentarios positivos.
Sin embargo, en una sola hora, agrupados, entre las 12 y las 13 horas se publicaron 59 comentarios negativos, agrupados, que corresponden muy bien a la definición de “trols“: “personas que buscan provocar, ofender o empobrecer la conversación”. Es decir, no hubo ningún comentario profundo sobre el análisis presentado acerca del impacto de la publicidad de alimentos no saludables dirigida a la infancia y al uso de los personajes y elementos navideños para promover su consumo.
Ya habíamos bajado y analizado los comentarios de diversas videocolumnas. Los ataques se dispararon masivamente -aunque ya habían ocurrido antes- con la publicación de la videocolumna aquí en SinEmbargo, titulada: “La Drogacola, ¿Por qué somos adictos a la Coca-Cola?” (24 de junio de 2023). Esa videocolumna alcanzó una cantidad de vistas y comentarios que nunca antes ni después se ha tenido en mis colaboraciones. Logró más de medio millón de vistas, y más de mil quinientos comentarios.
Sin duda, la respuesta a esa videocolumna fue la expresión de la enorme resonancia social que tiene el planteamiento de la adicción a la Coca-Cola. En ella pedimos a la audiencia que compartiera si tenía alguna persona cercana que considerara que fuera adicta a esta bebida y cuál era su situación de salud. Los comentarios también fueron extraordinarios en número, más de mil quinientos, y presentaron diversas historias trágicas de esa adicción y sus consecuencias en salud.
La videocolumna recibió comentarios negativos, pocos en relación con el resto. Puede verse en la gráfica que muestra la naturaleza de los comentarios, los que aparecen como trolleo, ataques, no llegan al 7 por ciento, mientras que los testimonios son 41.1 por ciento, los de opinión 26.6 por ciento y los de apoyo 21 por ciento.
A partir de esa videocolumna se desataron los ataques de forma masiva. La semana siguiente publiqué la videocolumna “Testimonios de la DrogaCola” (1 de julio de 2023), con una selección de algunos testimonios de los lectores sobre la experiencia de la adicción a la Coca-Cola y sus efectos en la salud de personas cercanas. La extraordinaria y masiva reacción a la videocolumna del 24 de junio, sin duda, llamó la atención de las corporaciones, que prepararon una respuesta. Esa reacción llegó con esta segunda videocolumna.
Los primeros comentarios fueron muy positivos en relación con la información compartida; sin embargo, comenzaron a aparecer, casi en sincronía, los ataques. Muchos de ellos, desde entonces, consistieron en agresiones personales. Estos ataques, claramente escritos por equipos formados por personas con múltiples cuentas, repiten argumentos y frases, además de ser agresivos y carecer de fundamentos sólidos. En este caso, alcanzaron cerca del 50 % de los comentarios.
Algunos ejemplos del lenguaje de los comentarios clasificados como troleo —es decir, de acuerdo con su definición, “para provocar, ofender o empobrecer la conversación”— son los siguientes:
“¿Quitar la Coca-Cola? No digan mmdas, ¿y entonces con qué me voy a comer mis taquitos? Así no saben 😠. ¿Y luego cómo me voy a curar la cruda sin una coquita fría? Me voy a morir 😵. ¿Y luego qué voy a tomar terminando un partido a mediodía? No voy a rendir, ¡por favor! No digan esas cosas”.
“Que sea el primer y último video que subes, por favor, para no oírte seguir hablando de cosas sobre las que no tienes que opinar porque no te afectan a ti. Vive y deja vivir”.
“Ahorita me voy a chingar de puro coraje una Coca-Cola de medio litro”.
Lo interesante del caso es que estos ataques llegan todos juntos, uno detrás de otro, de golpe. Desde entonces, durante muchas columnas en las que traté el tema de la Coca-Cola, FEMSA, Nestlé, los impactos de los ultraprocesados en la salud, etc., los ataques se daban en la primera hora después de subir la videocolumna, entre las 12 de la noche del viernes y la 1 de la madrugada del sábado.
¿Quiénes están atentos a la medianoche a una publicación para atacar de inmediato, de manera sincronizada, repitiendo los mismos argumentos? ¿Por qué a esa hora se presentaban más comentarios que en el resto del día?
Seguramente, la coordinación de estos comentarios negativos cambiará a partir de esta videocolumna. Prevemos que ya no serán subidos a la misma hora, lo que dificultará más su estrategia “para provocar, ofender o empobrecer la conversación”.
Las corporaciones que dañan la salud y el ambiente con sus productos y prácticas utilizan todo tipo de estrategias para desviar la conversación, evitar las políticas que afectan sus intereses, capturar grupos académicos e instituciones y ponerlas a su servicio, y descalificar a quienes exponen sus impactos sobre la población y el planeta.
Estos productos y prácticas han recibido el nombre de “Determinantes Comerciales de la Salud”. La evidencia de sus daños y prácticas está bien descrita en la revista científica The Lancet, que dedicó una serie a estos productos y, en especial, a las prácticas de estas corporaciones en contra de las políticas de salud pública. Dejo aquí la liga a esa serie de The Lancet: https://n9.cl/huep89.
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