Tomás Calvillo Unna
Los primeros segundos/ también son los últimos,/ si se reconoce/ como se desplazan e intercalan/ el tiempo,/ el pensamiento,/ y la memoria.
Rendija: Ser fieles a sí mismos no implica abrir las puertas del infierno; en todo caso, saber ver a los demás que caminan en diversas direcciones obliga a comprender mejor el tema histórico del destino individual y colectivo: inseparables en su acertijo.
“Hay un lugar donde el tiempo se inhabilita: la devoción que descubrieron los antiguos; y nosotros, la confundimos y convertimos en la propia atmósfera que habitamos”.
“El olvido son nuestras huellas, no hay nada que nos pertenezca y perdure”.
“Cada viaje en carretera es una estancia en la mente”.
“El vértigo siempre presente al acecho de su culminante momento”.
“Creer que la podemos sustituir es una apuesta perdida en el tiempo”.
I Creer que uno es quien es; esa dosis, esa mezcla, de tiempo y química. Esa elaboración sociológica que constriñe el tiempo y dicta sus funciones como inapelables. Esa necesidad extraña, cruel e ingenua de erigir la esfinge, ante el espejo. En esas tajadas de vida que nombramos biografía, apenas se vislumbra el soterrado intento […]
“La irrupción de la nada en la habitación de la creación”.
“Ahí las miles de familias de migrantes que buscan más allá de las ruinas de su presente cruzar los territorios de guerra”.
“La celebración del juego diestro interroga en su hondo silencio”.
“Somos un solo cuerpo en la inmensidad, que palpita en nuestros poros: polvo de luz, la caravana de la humanidad en el camino llamado universo”.