The Conversation
Desde hace tiempo se lleva alertando sobre el hecho de que el cese de la vacunación contra la viruela humana en zonas endémicas del virus de la viruela del simio ha provocado aumento de los casos de infección por este virus en humanos.
Desde las lesiones cutáneas hasta la pérdida de audición, los datos que van apareciendo nos muestran que los síntomas de la COVID-19 pueden ir más allá de lo que cabría esperar de un resfriado normal o una gripe.
Algunos expertos consideran que estas tres experiencias demuestran que el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), la etapa final de la infección por VIH, podría convertirse en una enfermedad curable en un futuro muy próximo si se consiguen generalizar esta terapia.
Las evidencias que apuntan hacia los murciélagos como reservorios de los virus Ébola no son tan sólidas. A diferencia del de Marburgo, aún no se han logrado aislar las especies víricas más patógenas en murciélagos.
La cantidad de sal que consumimos en la dieta depende en gran medida del marco cultural y de los hábitos alimenticios del conjunto de la población. Es sabido que los cambios de hábitos son complejos y tardan en instaurarse.
Hace unos días se publicó en The Lancet un artículo lanzando una atrevida hipótesis que podría explicar el fenómeno de las hepatitis. Lo primero que hay que tener en cuenta es que muchos de los niños afectados por esta nueva hepatitis habían pasado la COVID recientemente (por ejemplo, en Israel sucedía en 11 de 12 casos).
El primer caso humano de viruela del simio fue notificado en agosto de 1970 en Bokenda, una aldea remota en la provincia ecuatorial de la República Democrática del Congo.
Si bien la hepatitis infantil de origen desconocido causa preocupación, los distintos tipos de hepatitis ya existentes también acarrean estragos en el mundo, puesto que las hepatitis víricas se encuentran entre las mayores causas de muerte a nivel mundial.
Aunque el envejecimiento es un proceso normal y natural, la acumulación de daño degenerativo no se da sólo en personas en edad avanzada. La obesidad enciende las mismas señales biológicas que se atribuyen al paso del tiempo y podría ser un factor que acelera el envejecimiento.
Este proyecto deja patente la capacidad que la artista tiene para articular problemáticas sociales atemporales, que vinculan las percepciones goyescas de la modernidad, con su representación pictórica contemporánea a través de la cultura pop nipona.
Cada enfermedad requiere una actuación específica y la puesta en marcha de distintos mecanismos de prevención, respuesta y tratamiento. Por esta razón, es fundamental identificar los orígenes y los patrones de aparición de los patógenos.
A medida que la tecnología evolucione, los ojos serán cada vez más útiles para diagnosticar todo tipo de enfermedades y afecciones porque, al ser transparentes, requieren métodos de examen mucho menos invasivos que otras partes del cuerpo.
La candidata a vacuna, llamada CoVPSA, se obtuvo gracias a la potencia del superordenador Arina de los Servicios Generales de Investigación (SGIker) de la UPV/EHU. Su potencia es equivalente a la de miles de ordenadores personales agregados.
La COVID-19 es una infección del tracto respiratorio inferior. Aunque algunos infectados no presentan síntomas o son muy leves, la mayoría de enfermos muestran fiebre, tos seca, disnea e incluso estrés respiratorio agudo.
Existe abundante y sólida evidencia científica que muestra la relación entre la práctica de ejercicio y las adaptaciones cerebrales que se producen. Por ejemplo, al empezar a hacer ejercicio, la contracción muscular demanda mayor volumen de sangre bombeado por el corazón. Esto hace que aumente la llegada de flujo sanguíneo al cerebro a través del sistema cardiovascular.
Cualquier persona puede ser víctima de este software y es difícil darse cuenta. Está diseñado para permanecer bajo el radar y dificultar la detección (incluso se puede autodestruir si es necesario).