Susan Crowley
"La literatura y en especial la de Petrović, es un arte que sirve para conocer otros mundos, otros tiempos, a otros personajes y sentimientos".
El Pompidou de Richard Rogers y Renzo Piano recibe a Beuys como una de sus obras más preciadas, un relato que, dentro del espacio, nos lleva a otros espacios múltiples comparables a lo que solo la religión, tal vez el amor y, desde luego, el arte nos puede brindar.
El peso de su obra se tradujo en la manera de “hacer”. Como lo dice su biógrafo, Calvin Tomkins, “su influencia ha sido liberadora: abrió puertas, eliminó barreras y demostró con su propio ejemplo que la meta del arte no es la obra en sí sino la libertad de crearla”.
Pero el error que hemos cometido en nuestra cultura es volver la vida un sinónimo de triunfo y la muerte un fracaso. Consideramos estos dos estados como si fueran dos opuestos cuando son absolutamente otra cosa.
La discusión sigue atrapada en las mismas lecturas, no importa cuanto se debata, la negociación siempre estará del lado de los vencedores y estos sin duda siempre serán los occidentales.
La obra de Edward Hopper se desarrolla en hoteles de paso, sitios desolados, impersonales, en nada atractivos para un turista de ocasión. Escena de una película de presupuesto B.
No existe una explicación, ni narrativa, ni estética para comprender el abismo en el que se sumergió. ¿Locura por envenenamiento del plomo? En los muros pinta como desahogo.
La ligereza hoy más que una simple idea es una demanda, más que un concepto una urgencia, hacia donde vamos estamos condenados al atasque.
Por lo que se puede observar en la única imagen que existe, Rott era un ser frágil, pero de mirada aguda e inteligente. Bruckner se sorprendió con su capacidad para improvisar y la sensible y majestuosa forma de componer.
Una visita, cualquier día de la semana ofrece la posibilidad de vivir una experiencia única. Desayunar en la Ceda, desde unos tacos o hasta en alguno de los restaurantes, es un lujo. La calidad de los alimentos, la limpieza y atención es de primera, todo fresco y del día con recetas tradicionales.
"¿Cuáles son las razones para coleccionar? ¿un instinto de conservación? ¿ganas de permanecer más allá de la vida? ¿dejar objetos que hablarán de quienes fuimos?"
El tonto inocente somos cada uno de nosotros y nuestra conquista de la consciencia, la verdadera sabiduría que es la renuncia al ego por amor al otro. Un amor que se desborda en la música, transformándola en un infinito encuentro y salvación.
"Es indignante escuchar testimonios y opiniones de personas que, en vez de solidarias, actúan como si fueran las verdaderas víctimas de esta catástrofe culpando y mostrando su inconformidad".
La obra de Wagner es monumental no solo por su carga simbólica sino también por su logro estético. Un tiempo mítico en el que los círculos jamás se cierran, forman una espiral cuyo sentido es elevar la condición humana hasta su más alto horizonte.
La música es la duración del “yo” creador en diálogo con el otro, el que la escucha. La inmensa virtud del arte musical nos lleva a conocernos mejor y a conocer a los otros. Incluso puede ser una fructífera escuela para la convivencia.
Volviendo a "Maestro"; incluso la zona más oscura y terrible de un ser humano, en el caso de un creador suele ser fundamento de su obra. Por eso a los artistas les perdonamos todos sus defectos, liviandades, excesos, porque los consideramos superiores.